En el ansiado encuentro con el poema, Enriqueta Arvelo Larriva supo indagar la búsqueda constante de su propia expresión. Esta voz, que en sus palabras era lo único que poseía, dio origen en nuestro país a una poesía liberada de la métrica; esto supuso una bisagra generacional y señalaba el porvenir de una tradición. Su primer poemario, Voz aislada (1939), testimonia esa conciencia y voluntad de hablar desde una musicalidad propia, pero también de expresarse por ella misma, una voz sostenida en el paisaje, en el miedo y en su propia feminidad. En Poemas perseverantes (1963) hay un lenguaje mucho más conciso en comparación al tanteo de su primer libro, de un romanticismo ya lejano. Ahora las palabras conservan su justa emoción y se trasladan a la naturaleza, no solo con el objetivo de describir, sino con el anhelo de formar comunión con el universo interior de la poeta. ¿Es un mundo poblado? Solo si nombra las cosas o las escucha o puede alcanzarlas con el decir del lenguaje. En este sentido su voz deja de ser aislada, al encontrar en el lector el temblor que produce la hoja al caer en el agua.
Enriqueta Arvelo Larriva. Poeta y política nacida en Barinas en Barinas en 1886. Pertenece a una amplia familia de escritores y políticos venezolanos; sin embargo, su ascendencia y originalidad en la poesía la logra a través de una esforzada como cuidadosa formación autodidacta, en su Barinitas natal. En 1945 se establece en Caracas y empieza a colaborar en la sección de cultura de El Nacional. Diputada a la Asamblea Legislativa del estado Barinas (1946-1947) y diputada suplente a la Asamblea Constituyente (1947). El mismo año de su fallecimiento, 1962, se le concede el premio Municipal de Poesía. De su obra destacamos: El cristal nervioso (1941); Poemas de una pena (1942); Presencias y retornos (1967) y Obra poética (1987). Murió en Caracas en 1962.
Enriqueta Arvelo Larriva
La voz aislada – Poemas perseverantes
Colección Bicentenario Carabobo 109
ISBN 978-980-440-098-8
148 pp.