Prensa CENAL.
Lectura de Caracas, de Bolívar a Chávez se tituló la actividad donde las investigadoras Mirla Alcibíades y Coromoto Ramírez acompañadas por el poeta Isaías Cañizalez disertaron durante la tarde del domingo 29 de julio en la sala Hugo Chávez de la 9na Feria del Libro de Caracas.
Alcibíades dirigió su intervención a la literatura de la colonia, de ese modo describió con base a sus investigaciones la dinámica del funcionamiento de los conventos, en especial los de clausura, como fue el caso de los votos de silencio cuando solo se podía conversar con un confesor. Planteó que la curia romana inventó el antecedente del psicoanálisis, al exigirle a las monjas que escribieran un diario, porque “los curas descubrieron a tiempo que cuando uno hacía registro, uno se volcaba y lograba el mayor grado de comunicación posible que es la escritura”.
Explicó que con el terremoto de Caracas y la guerra de independencia, los conventos perdieron casi toda la memoria escrita que había, “sin embargo hay noticias de cómo eran esos diarios”, mencionó entonces la publicación que realizó en el años 2007 Biblioteca Ayacucho titulado Madre Francisca Josefa de la Concepción de Castillo Su Vida, una religiosa de Bogotá, “ese era el tipo de diario que las monjas llevaban”.
Coromoto Ramírez por su parte hizo énfasis en las vanguardias generacionales en Venezuela en el campo de la literatura, desde 1900 hasta los años 60. Ramírez destacó tres producciones editoriales, que son revistas “que marcaron una gran significación en su momento con respecto al contexto histórico en que se produjeron”.
La primera es la revista Alborada (1909), posterior al gobierno de Cipriano Castro, es decir el régimen de Juan Vicente Gómez “por supuesto la gente creía que era un nuevo periodo, no conocían lo que se avecinaba y había mucho estímulo en los intelectuales de ese momento porque tenían aspiraciones en que iba a empezar un nuevo estilo político en el país”. Resaltó la colaboración de Rómulo Gallegos y acotó “que esta revista viene a cumplir un papel de proclama de la rebelión juvenil, una proclama ante una nueva situación de país”.
Válvula fue la segunda producción editorial mencionada por Ramírez, la cual nace en 1928, período que señaló como muy importante por la Generación del 28. En esta revista “vamos a encontrar 29 colaboradores, que después van a pasar a formar parte de la ya mencionada Generación del 28”, entre ellos Fernando Paz Castillo, Miguel Otero Silva, Pedro Sotillo, entre otros.
Cerró su intervención describiendo una tercera revista: Sardio (1958), donde detalló que entre sus características está que sus miembros se agrupaban en torno a un ideal socialdemócrata y seguían la línea del pensamiento de Sartre, el humanismo existencialista, donde el intelectual era llamado a asumir un compromiso ante la vida, de ese modo “no solo era el hombre en si mismo, sino consciente de que pertenecía a un universo”. Resaltó que entre los que pertenecían a Sardio están Edmundo Aray, Carlos Contramaestre y otros que luego pasaron al movimiento El Techo de la Ballena.
Por su parte, Isaías Cañizalez tuvo la tarea de revisar los autores contemporáneos, para ello se refirió a la posibilidad del libro virtual, lo cual, a su juicio “va a permitir generar enlaces con el resto del mundo”.
Señaló que “evidentemente la gente siempre tiene amor por el libro publicado, de tenerlo en físico”, sin embargo también destacó que hay muchos jóvenes actualmente que están escribiendo directamente en sus blogs y en otros soportes que para otras épocas no eran los más cotidianos. Expresó que ya hay lectores que están directamente vinculados a estos espacios virtuales, “sin ningún tipo de menoscabo de la propia relación con la lectura”.
Acotó que muchos de los autores de este tiempo se están dando a conocer a través de los concursos y bienales, que a su parecer “han abierto la puerta a muchas voces que tienen una gran fuerza”, entre los que destacó Jairo Rojas Rojas, Valentina Fuentes, Francisco Catalano, entre otros.