Oriundo de El Tigre, de joven ingresó a la Escuela de Letras en la Universidad de Los Andes, Mérida, para aprender sobre poesía, pero asimiló al poco tiempo, con base en un pensamiento de Víctor Valera Mora: “Huid de las escuelas de letras… todo en ellas es inodoro, incoloro e insípido”, que la poesía la aprendes con la vida hasta encontrar una voz personal. Ese es el poeta Tarek William Saab, abogado, especialista en derechos humanos, exdiputado, exgobernador y actualmente Fiscal General de la República, quien participó como invitado especial en el capítulo 21 del programa Las formas del libro que conduce el periodista Raúl Cazal.
Saab inició su afición poética a los 15 años, en un laboratorio de física, durante cuarto año de bachillerato, cuando divisó por un ventanal los árboles que se asomaban y la lluvia que se precipitaba sobre ellos. Desde entonces, asegura que las imágenes lo asechan y logra plasmarlas en papel a través de la palabra. “Han pasado 45 años y esa imagen me ha asediado, abordado, acompañado. Ese poema lo titulé Lluvia”, recordó.
Precisamente esta es la respuesta a la apreciación de lectores, críticos literarios y editores que han exaltado la potencia de la transmisión de la imagen en sus obras, entre ellos el mismo periodista Raúl Cazal. “Eso se debe a que hay una imagen que me va asediando, poco a poco, incluso puede ser durante años. Está ahí. Luego yo logro en un poema plasmarla. Y eso parece una secuencia corta de una película o una secuencia fotográfica”.
Así fue como comenzó su producción literaria que abrió con Los ríos de la ira, poemario que le valió mención de honor en el Premio Internacional de Poesía Koeyú Latinoamericano (1986) y primer finalista de la III Bienal Francisco Lazo Martí del Ateneo de Calabozo (1987).
“A partir de ahí se iniciaría un río de inspiración y compromiso”, afirmó el Fiscal, quien luego de Los ríos de ira, publicado en 1987, lanzaría seguidamente El hacha de los santos (1992) y Al Fatal (1994), entre otros títulos, hasta publicar más recientemente, con Monte Ávila Editores Latinoamericana, su libro Hoguera de una adolescencia intemporal (2022), al que se refirió como un viaje literario, un recuento de su hazaña al salir de un pueblo olvidado en la sabana, en la mesa de Guanipa, y de pronto a los 30 años de edad hallarse participando en el Encuentro iberoamericano de jóvenes escritores, Literatura y compromiso, realizado en Málaga, España, en 1993, donde compartió con grandes personalidades de la literatura, como José Saramago, Mario Benedetti, Jorge Amado, Augusto Roa Bastos, entre otras.
Del papel al celular
Desde ese primer encuentro con la poesía en un salón de clases, con papel y lápiz, logró continuar esbozando poemas y ahora lo hace incluso mediante un teléfono inteligente, aunque este acto pudiera parecer para algunos un proceso antipoético.
“No hay que temerle a la reinvención mientras no traiciones tu esencia”, aseguro Saab. Además, destacó el uso de estos dispositivos para la lectura de obras en formato digital, entre ellas las publicadas por las editoriales que integran la plataforma del libro y la lectura del Ministerio del Poder Popular para la Cultura: El perro y la rana, Monte Ávila Editores y Biblioteca Ayacucho.
De acuerdo con lo que llamó como su verdadera escuela de vida existencial como poeta, no tiene horarios para escribir. “Normalmente se me da muy en la noche, en la madrugada, pero he escrito mis poemas más queridos y luminosos en horas del día”, aseguró. “Todo depende del momento, de esa oportunidad, algunos lo llaman musa o inspiración, que tú puedas tener. Yo soy de esa escuela”, prosiguió.
Eso sí, Saab aclara que siempre debe haber una motivación para escribir. “Tiene que haber algo que me lleve, me mueva a tener el compromiso de escribir y, obviamente, de publicar”. De acuerdo con sus reflexiones, como dato adicional, su voz poética logró definirla con su obra Memorias de Gulan Rubani y otros poemas.
Mitos sobre escritores
Consultado sobre una posible relación entre los literatos y el alcohol u otras sustancias para gestar sus obras, el poeta y fiscal aprovechó para desmitificar, desde su experiencia y conocimiento, la percepción que pudiera existir acerca de que durante el proceso creativo los escritores están bajo los efectos de sustancias estupefacientes y psicotrópicas, como drogas y alcohol.
“Bajo los efectos del alcohol y las drogas, según todo lo que he estudiado sobre la neurociencia, la mente, la psiquis, tú estás dopado, y si estás dopado ¿cómo vas a escribir? Eso es mentira”, reflexionó.
Citó como ejemplo al novelista Jean-Louis Lebris de Kérouack, más conocido como Jack Kerouac, quien falleció como consecuencia de sus excesos con el alcohol, pero de quien, a su juicio, duda que haya escrito libros como En el camino o Los vagabundos del dharma en estado de ebriedad.
“Yo dificulto que él haya escrito Los vagabundos del dharma completamente borracho, porque borracho ni siquiera vas a poder pensar en eso. Hay un mito con eso”.
Además, también, entre otras ideas, el Fiscal se refirió a movimientos sociales que han influido en la literatura y que han sido sujetos de prejuicios, como el de los hippies, nacido en los 60 en Estados Unidos, y a cuyos integrantes los medios de propaganda han querido colocar como parte de un movimiento transculturizante, conformado por drogadictos y personas desnudas en las calles.
“Mentira. El movimiento hippie puso en jaque el establishment estadounidense. Fue un movimiento pacifista que logró inspirar a movimientos rebeldes en el mundo”, opinó.
Vocación de poeta con cargo público
Saab fue gobernador de Anzoátegui entre 2004 y 2012. Durante su gestión creó e impulsó un fondo editorial donde se publicaron poetas olvidados. Eduardo Sifontes, Roque Dalton, Ernesto Cardenal son algunos de los autores editados.
“Si tienes el poder que te da un cargo de elección popular y eres un poeta, es lo mínimo que podía haber hecho”, subrayó.
Incluso, durante su gestión como gobernador se llegó a desvelar en 2008 un busto en homenaje al cantautor y poeta Bob Dylan en el Parque Andrés Eloy de Puerto La Cruz, en Anzoátegui. En 2016, Dylan recibiría el Premio Nobel de Literatura.
En ese contexto, durante el transcurso del programa Las formas del libro, hubo también un espacio para comentar junto al poeta Tarek William Saab la poesía vista desde el Rock and Roll, género musical popularizado en Estados Unidos en los 50.
“Yo vengo de todas estas cruzadas, que viví y pude estudiar y me siguen acompañando”, manifestó Saab, para quien el reto ahora es enseñar a las nuevas generaciones a creer en el amor, la familia, la poesía, la lealtad, los valores y que no se extravíen en el camino de la destrucción.
El capítulo 21 de Las formas del libro está disponible en su canal de videos de las redes sociales. Recientemente fue trasmitido por Globovision como un Programa Especial. Todos los episodios se transmiten por ANTV, semanalmente.