Prensa MPPC (17/04/3015).- Antonio Nadal es un escritor puertorriqueño, fundador del Departamento de Estudios Puertorriqueños y Latinos en Brooklyn College (Universidad de la Ciudad de Nueva York); presidente de la Junta del Círculo de la Hispanidad en Long Beach, Long Island; y comisionado de Derechos Humanos de Nassau Country. Ha publicado artículos sobre la educación bilingüe en Estados Unidos, música popular y folclórica puertorriqueña.
También es coeditor de la revista Alborada Boricua. En 2011, el Brooklyn College lo galardonó con el Premio Steinberg. Es miembro de diferentes organizaciones cívicas, culturales y profesionales, el Instituto de Puerto Rico, la Asociación de Estudios Caribeños, la Asociación de Estudios Latinoamericanos, y el Comité de Puerto Rico en las Naciones Unidas.
Nacido en 1948 en Puerto Rico, su familia se mudó a Estados Unidos con la gran migración puertorriqueña, empujada esencialmente por la política de consumo y manufactura estadounidense, después del declive de la industria nacional de caña de azúcar, sustento de los campesinos y trabajadores puertorriqueños de aquel entonces.
Nadal expresó el sentir de muchos, al decir que el norteamericano no viene para establecer la democracia, viene a aprovecharse de las riquezas de las naciones, y apela como Corretjer, diciendo: “Yo sería puertorriqueño aunque naciera en la luna”. Se crió en Estados Unidos, con norteamericanos, y según relata, su inglés es mucho mejor que su español. Escribe en inglés la mayoría de sus escritos académicos, pero también incursiona en la poesía en español en ocasiones.
Durante la Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven) 2015, realizada del 12 al 22 de marzo en el Teatro Teresa Carreño, asistió como delegado de Puerto Rico, país invitado a la Feria. Allí aprovechó para exponer el panorama cultural de Puerto Rico en su lucha por la independencia y soberanía.
¿Por qué poesía y no otro género en español?
Porque fíjate, la poesía para mí es más expresiva que escribir un ensayo o un estudio. Además que mucha gente no te lee, tú escribes un artículo sobre, digamos “The statement of Puerto Rico in New York city for after 96”, ¿quién demonios va a leer eso? Eso es para un académico y para que te promuevan en el trabajo. Para los profesores en las universidades norteamericanas hay un dicho: “You publish or you perish” (Si no publicas, pereces).
Pues, claro, mi trabajo académico es mayormente en este idioma, me especialicé en literatura y estoy trabajando en un Departamento de Estudios Puertorriqueños y Latinos, y eso fue una lucha de los estudiantes latinos para que existiera un departamento académico estudiando a la diáspora y Puerto Rico, en su lugar de origen. Es muy interesante que en Puerto Rico no hay un Departamento que se llame Estudios Puertorriqueños, sería un departamento muy controvertido porque tendrías que enseñar historia, y con eso puedes crear en el estudiantado una pequeña revolución.
Nosotros en la diáspora tenemos un papel que jugar con la descolonización de Puerto Rico, no sólo en las academias, trabajo con una comisión de la ONU de Puerto Rico que todos los años llevamos el caso de Puerto Rico, y hemos logrado 34 resoluciones aprobadas por el Comité de Descolonización. Y los Estados Unidos está tratando de negar que nosotros lleguemos a que se incluya Puerto Rico como uno de los territorios coloniales que tienen que recibir su independencia y autodeterminación. Ahora somos 4.6 millones allá en Estados Unidos; y en Puerto Rico, 3.5, porque ya la diáspora es mucho más grande que la población, desde 1917 se registran en el mismo Puerto Rico como ciudadanos estadounidenses aunque nazcas y vivas allí. Eso no fue por dádiva de los Estados Unidos, sino que había una guerra en ese entonces y tenías que ser ciudadano para ser mano de obra barata para traer a las ciudades sin problemas de legalización, por eso el empuje de sacarnos. El hecho de la ciudadanía es que los puertorriqueños no pueden votar por presidente, ni puestos públicos en Estados Unidos. Lo que te quiero decir es que aunque vivamos en Estados Unidos, tomamos un papel importante en nuestra lucha. Aún con todos los progresistas y socialistas, gran parte de la población puertorriqueña no conoce su historia.
¿Cómo se maneja todo lo que está sucediendo en Puerto Rico desde la diáspora boricua?
La diáspora está contribuyendo a una visión puertorriqueña de poderío, porque el puertorriqueño en Estados Unidos se ha relacionado con otros grupos que también sufren opresión, los afroamericanos, los nativos americanos, hay lucha, y esa lucha es importante y hay que traerla también a la patria, o sea, que en Puerto Rico se entienda que nosotros que somos un grupo ya, globalmente. Tú no sabes el regocijo que tuve cuando supe que la Filven estaba honrando a Puerto Rico como país escogido.
Es importante que Puerto Rico extienda su pluralidad cultural, porque ya es ampliamente conocido por su música y su deporte, ¿qué opina de esto?
Vaya, yo también soy músico, tenía un grupo de salsa. Y la música es una cosa esencial en la cultura puertorriqueña, porque si no te vas a leer un libro de historia o un estudio, escucha una canción que tenga un mensaje, mira, eso pega.
Cierto, las letras de las canciones también tienen mensajes, y pueden ser medios para crear conciencia del mundo que nos rodea ¿no?
Es así, mira a Residente y Calle 13, o John Brown, y en Estados Unidos, pues claro, también tenemos un aspecto de salsa patriótica, porque no hay salseros puertorriqueños en Nueva York que no hayan grabado o por lo menos compuesto una canción que tenga que ver con Puerto Rico. Especialmente una que se llama “Puerto Rico, isla del encanto”. Eso es importante porque se te queda.
Un gran músico de nombre Pete Seeger, murió hace como dos años, creó todo un movimiento con otros artistas norteamericanos sobre la opresión, el racismo y demás; y él era blanco, norteamericano, pero progresista, y crearon un movimiento que lo llamaron el folk rock, música folclórica norteamericana, square dancing, y otras cosas que se oyen en el Sur de Estados Unidos, pero oyeron su mensaje. Claro, su famosa frase cuando lo entrevistaron es: “¿Oiga, y usted por qué usa la música popular, folclórica, con propósitos políticos?”, y él dijo: “Because you have to be aware of the movement that sings” ( Porque debes estar al tanto de un movimiento que canta), es decir, hay que tenerle miedo al movimiento que canta. Esto es porque la música es elemento esencial, artístico, cultural. Aparte tenemos que desarrollar todo lo otro, tenemos que desarrollar profesores, es importante.
Los muchachos jóvenes no conocen nada de su cultura. Hay allá muchachos de Latinoamérica que no conocen un demonio de su cultura ni su país, sólo McDonalds y la cultura de consumo de Estados Unidos, porque eso se les priva. Así que ese es el papel nuestro, no sólo la cuestión puertorriqueña.
Quizás por esa situación de diáspora es que se hace mucho más necesario esa apuesta a crear conciencia de pertenencia y cultura de sus raíces, ¿no?
Sí, los gringos tienen un dicho: “Si te dan limones, haz limonada”, y de algo agrio se saca provecho. En Chicago hay una comunidad puertorriqueña grandísima, de algunos 600 000, segregada claro, porque los gringos no quieren que los boricuas se unan, porque eso les baja sus ingresos. Pero los boricuas lo que han hecho es aprovechar y han formado una comunidad, como ha pasado en otros grupos de exiliados que han sido segregados, y dicen: “Pues, mira, vamos a utilizar esa unidad que tenemos en comunidad de laborar en clave, y vamos a mover la agenda”.
¿Cómo ve usted el panorama puertorriqueño?
Mira, para mí eso está en flujo. Tu sabes, es una situación compleja, es una situación problemática. Aquí en Venezuela hay lucha para establecer una independencia propia, para adaptar al pueblo en términos culturales, yo sé que era parte de la agenda de Chávez. Claro, hay gente que dice: “Bajó el precio del petróleo”, “Aquí la carne está cara”, utilizan lo que yo llamo “elementos nimios” para montar una oposición que, francamente, lo que quiere decir es: “Quítate tu pa’ ponerme yo”, y eso se ha visto, se ve en mi país también. En mi país de movimiento de puertorriqueños que quieren la estabilidad para Puerto Rico, la asimilación completa con Estados Unidos, con todo lo que hemos sufrido nosotros bajo el poder de los yanquis, allá y acá. Y todavía son, constituyen, un 45% de población que vota, o sea, que es una fuerza, es la derecha, y creen en la cuestión de la libre empresa y políticas neoliberales de privatizar todo, educación y, claro, hay que luchar contra eso, porque es un ataque al pueblo, ¿para qué?, ¿para que siga adelante la clase dominante que siempre ha existido en Latinoamérica?, ¿más intervención de los Estados Unidos?
Nosotros logramos algunas cosas, la generación mía, yo era estudiante revolucionario cuando estaba en la universidad, ser puertorriqueño y darnos cuenta de quienes éramos, pues, se lograron muchísimas cosas, un partido político, la unión estudiantil boricua. Los estudiantes negros en rebelión, había una lucha contra la guerra de Vietnam, que el pueblo norteamericano rechazó, y eso comenzó en la universidades. Fue la juventud la que dijo: “No, a mí no me van a mandar de cuero de cañón allá”, y fue esa la guerra que perdió Estados Unidos. En esa guerra que duró unos diez años, 58 000 norteamericanos muchachos, muchos de ellos regresaron radicalizados, se dieron cuenta que los habían mandado a una guerra esencialmente para quedarse con los recursos naturales de Vietnam y para contrarrestar el poder de China. El miedo era la China, ahora China es la dueña de casi todo.
De Vietnam llegaron sin brazos, sin piernas, sin cabeza, el gran costo, ¿y para qué? En ese proceso me concienticé como puertorriqueño, me di cuenta “Espérate, no es solamente la guerra y derechos civiles, es la gente nuestra”. Me gradué en la universidad y me convertí en catedrático y profesor, y he continuado esa agenda, y no sólo en el salón de clases, porque eso es importante, pero los universitarios son una minoría de una minoría, el pueblo que está viviendo diariamente que no tiene conocimiento, y mira, prefieren que sea así porque así te pueden explotar, si no tienes una educación, si no lees. El libro es escaso en muchos hogares en Nueva York, no sólo puertorriqueños, mucha gente blanca ya no lee tampoco, porque ahora todo es redes sociales. Pero eso hay que hacerlo, porque la educación es fundamental si uno va a crear patria, eso lo saben los chinos, lo saben los rusos, lo saben los cubanos.
Yo fui a Cuba también, la primera vez fuimos a varias tiendas de libros, y los libros estaban a menos de un dólar como aquí en Venezuela, estaba como Alicia en el país de las maravillas. La educación es fundamental, y eso debe estar subsidiado por el Estado, eso es función del Gobierno, que la educación sea para todo el mundo. Los conservadores te dicen que la educación debe ser privilegiada y privatizada, pues claro, para ellos, porque si el pueblo no se educa, mira el dominio que hay.
Si la pregunta es dónde estamos y para dónde vamos, pues, mira, el camino es escabroso y hay mucho que hacer. Pero me alienta mucho lo que estoy viendo, especialmente aquí, y creo que esa lucha se va a dar, y como es una lucha justa se le va a hacer bien difícil a la oposición quedarse con la suya, como dicen. Claro, es lucha continua. Una cosa que aprendí en lo sesenta era que nosotros habíamos hecho unos cambios, se reconocieron los derechos de la mujer, las universidades ahora, que la cátedra son mayormente mujeres, cuando yo estudié casi nunca veías a una profesora. Las mujeres blancas y las mujeres negras se unieron, los gays, y todos esos movimientos se dieron en una época donde se podían lograr unos cambios, y el Gobierno no quería tener una revolución civil. Pero si tú te sientas en tus laureles una vez has llegado a la comodidad y ya no quieren salir a las barricadas, ya no quieren unirse a los movimientos sociales, pues mira, una revolución que no se sostiene, se cae. Y por eso es que me gusta cuando voy a Cuba, porque dicen vivimos en revolución y la revolución es continua. La lucha continúa, así es.
Para concluir, ¿qué impresiones le ha generado la Filven 2015?
Eso no hay ni que cuestionarlo, ha tenido un impacto enorme, ha sido uno de los hitos de mi carrera, después de venir aquí, de ser invitado. Pero claro, dar todo lo que yo pueda, dar un entendimiento no solamente de nuestra situación, también el aspecto global, y la Filven no tanto porque se honre a Puerto Rico únicamente, sino que se honre al libro, eso es fundamental.
Yo no creo que el libro deba desaparecer de los anaqueles de las bibliotecas, porque es sumamente importante y es un instrumento que, francamente, cuesta muy poco. Cuesta muy poco divulgar buenas ideas. Mueren los hombres y las mujeres, y la ideas quedan allí, se plasman en el libro. Es decir, que estoy muy complacido, hablar con la juventud, ustedes tendrán que formar y ser líderes. Quiero terminar con esto, hay un grupo que se formó en el año 61, con una educadora visionaria de nombre Antonia Pantoja, que vio la situación de los puertorriqueños , que era pésima. Las peores escuelas, en los peores barrios, una pérdida de personal humano. Ella creó un grupo que se llamó Aspira, niños en escuelas secundaria y en la universidad, y ella les dio una orientación sobre cómo ellos en el futuro podrían ser líderes, adelantarse y romper los estereotipos de que los puertorriqueños no valen, que es menor que el gringo, le dio esa motivación. Creó una filosofía que yo uso en el salón de clase, se llaman las tres Aes, en inglés. La primera es Awareness (concientizar) que significa estar conscientes, conocer cuál es el problema social, de racismos, de exclusión, de lo que fuera. La segunda es Analysis (análisis) ya que sabes cuál es el problema, desmenuzarlo, por qué se creo ese problema, de dónde surgió, cuáles fueron los autores, qué perspectiva hay, y una vez que lo entiendes y los has analizado, la tercera A es Action (actuar). Mi docencia se basa en que no puedo darle sólo datos de los autores, sino referirlo a su propia realidad, decir: “¿Qué es lo que te está diciendo esto aquí cuando lo lees?”, este cuento, esta novela, este poema y eso los franceses lo llaman langage que te van atrapando, y no es cuestión de crearte un lavado de cerebro, no, básicamente es lo que se llama pensamiento crítico, que empieces a ver las cosas de otra o varias perspectivas, y luego de tenerlas decir “Espérate, ¿hacia dónde voy?”, si encuentras un grupo cívico o cualquier tipo de acción. Claro, no creo que sea el individuo solo, como Don Quijote que se lanza a luchar contra los molinos, únase usted a un grupo que esté claro, que tenga unos principios y que esté basado en ese proceso, como el de Antonia Pantoja. Son cosas fáciles, no hay que ser gran filósofo ni gran estudioso para entender eso. Para mí el mayor homenaje que me pueden hacer mis estudiantes es afuera, que asuman el liderazgo, porque ellos son el futuro, suena como un cliché decirlo, pero es una premisa verdadera.
Como decía el físico Einstein, si uno se propone hacer la misma cosa sin analizarla, hacerla todas las veces y obtiene los mismos resultados, eso es fracasar. Tu no puedes hacer lo mismo siempre igual para que haya resultados diferentes, eso no funciona.
T/ Centro Nacional del Libro