5ta Bienal Nacional de Literatura Félix Armando Núñez

A lo largo de una semana y teniendo como escenario la histórica y turística Hacienda Sarrapial, ubicada en Boquerón, se desarrollará en Maturín la Feria Regional del Libro y 5ta Bienal Nacional de Literatura Félix Armando Núñez, honrando la memoria del reconocido escritor monaguense Premio Nacional de Literatura y quien se proyectó a nivel internacional como crítico, poeta y ensayista, inspirando a otros escritores que a través de las páginas de sus libros nos describen el legado cultural de este artista.

Por tratarse de un evento con trascendencia nacional y donde el elemento libro y lectura es el protagonista la Bienal Nacional incluye la Feria Regional del Libro, desde el martes 13 al domingo 18 de junio, en los espacios de la mencionada Hacienda Sarrapial, sede de Pdvsa La Estancia.

La Bienal desde su creación ha sido impulsada por la Fundación Neoana para el Desarrollo Integral de las Artes, contando con el respaldo del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, a través del Centro Nacional del Libro, Fundación Casa Nacional de las Letras Andrés Bello, el Gabinete Cultural del estado Monagas, la Gobernación Bolivariana de Monagas y la estadal petrolera.

La programación de la Bienal Literaria y Feria Regional del Libro contempla actividades como: expoventas de libros y artesanías, recitales, foros, conversatorios, talleres, conciertos, además de dinámicas para el entretenimiento de niños, niñas y adolescentes, convirtiéndola en un espacio para el encuentro de artistas, cultores, intelectuales, estudiantes, trabajadores y público en general de todas las edades.

La Bienal Félix Armando Núñez (1897-1972), forma parte del Sistema Nacional de Bienales. La convocatoria se abrió en la categoría de narrativa (cuento corto). Para esta 5ta edición el jurado evaluará 38 obras inéditas que cumplieron con las bases establecidas para su postulación al premio literario.

Premiación

El autor o autora de la obra ganadora recibirá certificado y un premio en metálico de Cien mil bolívares (Bs 100.000,00), otorgado por el Centro Nacional del Libro, además de la publicación de la obra.

Del Autor

Ana Anka, poeta y presidenta de la Fundación Neona, escribe una biografía de Félix Armando Núñez Beauperthuy, describiéndolo con un hilo poético y definiendo su historia como: La Magia de Boquerón, populosa parroquia de Maturín y donde nació y vivió el escritor, crítico y pedagogo monaguense. En lo que fue su casa natal hoy se encuentra el liceo que lleva su nombre.

Hasta la fecha ha sido el único escritor monaguense en ser reconocido como Premio Nacional de Literatura (1951-52), con su libro “El Poema de la Tarde”.

“Nuestro poeta, pedagogo, ensayista, crítico y amante de la literatura Félix Armando Núñez Beauperthuy, vertió las aguas del Guarapiche en el río BioBío (Concepción, Chile), desde el año 1914 hasta el 16 de mayo de 1972, en que fallece”.

Fue poeta crepuscular, maestro de la introspección: mirarse más hacia adentro en su sola búsqueda, enamorado eterno, es realmente un poeta lunar, habiendo nacido en el trópico, en medio de plantaciones de cacao y café, en la sabana de Boquerón, Maturín (estado Monagas, el 28 de noviembre de 1897); siempre lleva la impronta de la errancia, de la lejanía de sus seres amados y esa melancolía del autoexilio.

“Por su vocación pedagógica, en el año 1921 se traslada a la ciudad de Concepción, Chile, como profesor de liceo en dicha ciudad. En 1922 pasó a servir conjuntamente en la Universidad de Concepción, donde se desenvolvió, primero como pro-secretario general y profesor, luego, a partir de 1931, como Secretario General, Decano de la Facultad de Filosofía y Educación, Profesor de Literatura, Profesor de Estética Literaria y miembro del cuerpo directivo de la revista Atenea (creada en 1924); ante todo esto, no abandona su creación poética, pues en 1922 publica “Corazón Abierto”, un canto a la naturaleza, a las estaciones del año, a los sauces y a la patria”, comenta Anka.

Poeta de estirpe patriota porque desciende de Antonio José de Sucre, el Gran Mariscal de Ayacucho, fue su padre Don Félix Núñez Sucre (familia directa del Mariscal) y su madre, María Beauperthuy Coll. El poeta Félix Armando le rinde un homenaje a Bolívar con el poema “Romance del Libertador”, en su libro “Canciones de Todos los Tiempos” (1943), porque su mente y su corazón son alumbrados al retornar a Caracas (1940-41), para dirigir las cátedras de Filosofía y Pedagogía en el Instituto Pedagógico de Caracas, fundado por el presidente Eleazar López Contreras, al cual fue invitado por el escritor Mariano Picón Salas, exiliado en Chile durante la dictadura de José Vicente Gómez (1857-1935).

T/F: Prensa Mincultura Monagas

 

A 126 años de José Antonio Ramos Sucre

La sensibilidad de Ramos Sucre se aprecia tardíamente en nuestro país; es en los años setenta que los aportes literarios de este poeta venezolano se convierten en referencia ineludible. No había podido ser introducida en los registros culturales pues los críticos no ubicaban su obra en ningún movimiento literario, sin embargo a 126 años de su nacimiento su figura poética ha trascendido y se impone como eminencia de las letras americanas.

Cumanés, nacido en el estado Sucre el 9 de junio de 1890, comenzó a hilar su aprendizaje en Carúpano, entre las ramas de Derecho y Literatura, al mismo tiempo que se dedicaba a su labor poética. En 1917 se gradúa en la UCV de abogado, sin embargo es la educación la que lo sostiene para vivir, dando clases de Historia, Geografía, Latín y Griego.

Para entonces el carácter solitario y drástico de Ramos Sucre ya se dejaba leer en sus poemas y una enfermedad nerviosa que le aquejaba, se manifestaba en estado de insomnio, malestar que expresa en sus versos. Referencias genealógicas lo catalogan como un poeta artesano, artífice, selector excepcional de fórmulas poéticas y referencias críticas literarias lo han llegado a definir como un “poeta maldito”.

La incomprensión a la que hace referencia en sus escritos, viene a tender un ancho puente entre su obra y lo que se pudiera creer del origen de sus poemas. Reseñado en El Universal entre los años 1918 y 1929, los poemas de sus únicos tres títulos, La torre de Timón, publicado en 1925, El cielo de esmalte y Las formas del fuego, estos últimos editados en 1929, permiten ver a un poeta que buscó ser leído por el público y cuya intención se basa en la construcción y el arte por voluntad propia, todo ello en plena época gomecista donde temas como la soledad y la muerte eran tabú en aquella Venezuela de principios de siglo XX.

Duramente juzgado por los críticos de su época, confiaba en la certeza de su pensamiento: “Creo en la potencia de mi facultad lírica. Sé muy bien que he creado una obra inmortal y que siquiera el triste consuelo de la gloria me recompensará de tantos dolores”, en una carta enviada a su hermano Lorenzo el 25 de octubre de 1929. Sin embargo no debe entenderse sólo el lado personal de la poesía ramosucreana sino también desde una perspectiva político – social que refleja a través de su conocimiento sobre historia de Venezuela, semblanzas sobre héroes patrios y personajes históricos.

En Ginebra, en 1929, suceden las últimas anécdotas de Sucre, cuando asume el cargo de Cónsul de Venezuela. Pese a los intentos de internado para su quebranto mental, decide una muerte temprana a sus 40 años de edad. Su último poema “Residuo” fue escrito para ese entonces.

LEGADO RAMOSUCREANO

Ramos Sucre cambió la poesía venezolana y latinoamericana, amplió el sentido literario y lo introdujo en la vanguardia, legado en el que coinciden numerosos escritores contemporáneos y que han sido parte del reconocimiento de este olvidado poeta después de su muerte. Uno de los encargados en este redescubrimiento, fue el grupo literario El Techo de la Ballena, a finales de los años 50. Un nuevo letargo precede a los años 70 cuando es publicado por Monte Ávila Editores, la Dirección de Cultura de la Universidad Central de Venezuela y Biblioteca Ayacucho. Desde esa fecha en la “Casa Ramos Sucre” en Cumaná, se celebra la Bienal Literaria Jose Antonio Ramos Sucre, momento en el que también se editaba su obra en España.

El Ministerio del Poder Popular para la Cultura y el Centro Nacional del Libro auspician la Cátedra de Literatura Venezolana José Antonio Ramos Sucre creada por la Universidad de Salamanca en homenaje al poeta venezolano, mediante un convenio con el Consejo Nacional de la Cultura (CONAC) en noviembre de 1993.

Dos veces al año participan profesores en los cursos de Literatura Venezolana, integrados en el programa de Doctorado de Literatura y en el Máster de Literatura Española e Hispanoamericana, de la talla de Pedro Díaz Seijas, José Balza, Luis Barrera Linares, Domingo Miliani, Ednodio Quintero, Carlos Pacheco, Judit Gerendas, Laura Antillano, Alberto Rodríguez Carucci, Cósimo Mandrillo, Camila Pulgar Machado y Rosa Elena Pérez Mendoza. Estos cursos con créditos académicos se realizan en mayo y noviembre con un total de 30 horas cada uno.

La Cátedra de Literatura Venezolana José Antonio Ramos Sucre, está dirigida por la profesora Carmen Ruiz Barrionuevo quien realizó una compilación de los Encuentros de escritores venezolanos titulada: Voces y escrituras de Venezuela, publicado por el CENAL y la Editorial El perro y la rana, 2011. Sumando las actividades y eventos que realiza el Cenal en torno a esta figura literaria.

La poesía ramosucreana se ha convertido en objeto de estudio dentro y fuera del país, ubicándola en Europa, Estados Unidos (Universidad de Barclay, California) y México, en donde su obra se imparte a nivel de postgrado.

Aunque el venezolano sigue en camino de su descubrimiento, la resonancia entre las letras venezolanas ha sido importante en cuanto a referente en los centros de lectura e investigaciones. Gustavo Pereira, Francisco Perdomo, José Balza lo reviven nombrándolo como uno de los autores más renovadores que haya producido la poesía latinoamericana. “La suya es una escritura de rigurosa exactitud, tallada en erudición y perfeccionismo, pero al mismo tiempo en desdoblamiento y evasión imaginativa. En ella se expresa otro ser, un ser alterno escapado de un presente que tuvo por sombrío. Para sustraerse del mismo recreó mundos ilusorios, ajenos a toda contingencia del aquí y ahora, aunque un ejercicio de extrapolación puede depararnos sorpresas”, dijo en una oportunidad el poeta Gustavo Pereira.

Proponer la obra de Ramos de Sucre en el acervo cultural e indagar más allá del medio creador que ultilizó en su momento, es parte de la tarea para el rescate de un poeta venezolano que trascendió el olvido.

Yo quisiera estar entre vacías tinieblas porque el mundo lastima cruelmente mis sentidos y la vida me aflige, impertinente amada que me cuenta amarguras.Entonces me habrán abandonado los recuerdos: ahora huyen y vuelven con el ritmo de infatigables olas y son lobos aullantes en la noche que cubre el desierto de nieve.El movimiento, signo molesto de la realidad, respeta mi fantástico asilo; mas yo lo habré escalado del brazo con la muerte. Ella es una blanca Beatriz, y, de pies sobre el creciente de la luna, visitará la mar de mis dolores. Bajo su hechizo reposaré eternamente y no lamentaré más la ofendida belleza ni el imposible amor.

(Preludio. Uno de los poemas más famosos de José Antonio Ramos Sucre)

T/CENAL