La naturaleza de las pasiones

Las pasiones son inherentes a todas las almas. El conflicto existe cuando se tienen que reseñar y poner orden en una lista. El filósofo Miguel de Unamuno corregía a aquella persona que al presentar a un médico, agregaba que además era poeta. El autor de Del sentimiento trágico de la vida invertía el orden. 

En ese mismo libro ser filósofo o poeta se equiparan cuando se refiere a los “escolásticos metidos a literatos —no digo filósofos metidos a poetas, porque poeta y filósofo son hermanos gemelos, si es que no la misma cosa—”.

Si eres escritor —y cuando decimos “escritor” generalmente se entiende que es aquel que escribe cuentos y novelas—, poeta, periodista y alpinista, como es el caso del napolitano Erri De Luca, uno se pregunta cuál de todas ellas son pasiones y en qué orden las pondría si le tocara hacerlo.

Son incógnitas que quizás nunca son conflictos, más si se toma en cuenta que ejerció oficios tan disímiles como albañil, conductor de camiones o trabajador de pista en un aeropuerto.

Involucrado además en política, es natural que evidentes rastros de esas experiencias se filtren en su obra literaria. Pero su accionar político es parte de esa esencia que tiene que ver con las posturas personales ante los actos injustos del poder.

Hay que acotar que en temas de política y profesiones, el periodismo propagandístico hace uso de la profesión para decir que el poder cercena a profesionales. Por ejemplo, el periodista alemán Günter Wallraff, autor del célebre libro Cabeza de turco, protestó contra la junta militar fascista de Grecia, en 1974, y fue preso, torturado y enjuiciado. Él nunca dijo que fue como periodista sino como activista político.

Similar actitud tiene De Luca. Arma manifiestos que luego escritores e intelectuales firman debajo de él su acción solidaria.

Hombre de mentalidad liberal, llena sus novelas de personajes populares que las más de las veces muestran un frontal desacuerdo con el sistema social, cuando no se oponen a él abiertamente.

En La natura expuesta, es fácil comprobar que, en la práctica, todos sus personajes viven al margen del sistema. Desde un narrador confinado entre las nieves de Los Alpes, hasta los migrantes que, en plan de coyote, ayuda a cruzar la frontera en abierta burla de la ley.

A diferencia de su última novela, Imposible, en la que un exrevolucionario se enfrenta a un fiscal que representa, aunque a su manera, el orden establecido, en La natura expuesta ni siquiera los representantes de la iglesia están en disposición de asumir de manera ortodoxa la tarea que se le impone.

De Luca ha llegado a afirmar que la “verdadera historia de este siglo se halla en la narrativa, no en los libros de historia, porque ha sido una historia colectiva que solo puede ser explicada por los interesados directos”.

Esa historia está marcada por el incesante paso de migrantes que desde África se dirigen a Italia como punto de llegada o de tránsito hacia otros países de Europa. De Luca aborda a esos migrantes no desde una mirada sociológica o caritativa. Su abordaje del asunto se acerca más a una concepción de la vida marcada por el cinismo.

La novela está narrada desde el desarraigo y el distanciamiento. Una voz que se vuelve, en su propia tierra, tan errante y fuera de lugar como esos migrantes con quienes se relaciona de igual a igual.

Migrantes perseguidos, religiosos tomados por la duda, o un narrador que descree de todo son los personajes protagonistas de La natura expuesta, y son a la vez esos interesados directos en el devenir de la historia.

Las novelas de De Luca suelen resumar política. No una política explícita, como la de quien toma partido abiertamente. Se trata de una cierta inconformidad que se filtra por diversos medios a través de los personajes. Es una visión sombría de la sociedad desde una conciencia que ejerce un existencialismo difuso, sin otro anclaje que una experiencia vital marcada por la derrota y el desinterés.

Las instituciones podrán tener diferentes políticas u opiniones que esculpidas en piedra de nada sirven. Sin embargo, las pasiones siguen el curso de la historia.

Venerado órgano lleno de sangre

Preguntado acerca de su religiosidad,  Erri De Luca respondió que no era creyente y no era ateo.

Semejante paradoja es un buen punto de partida para ingresar a su novela La natura expuesta, en la que un particular concepto de lo religioso juega un papel destacado.

Uso el adjetivo destacado, y no central, porque esta novela no tiene centro. Tampoco tiene una historia, al menos no una única historia. De hecho, lo esencial en este libro es el tránsito de una conciencia cuya voz cruza espacios y momentos temporales  cual si se tratara de una saga interior, de un reconocerse frente al mundo, al que se mira siempre con suspicacia y no poca ironía.

Aunque la lectura avanza de manera armónica y secuencial, lo cierto es que no hay en esta novela una anécdota que pueda considerarse el eje de la narración. Se trata, en cambio, de un registro de acciones y eventos que pueden presentarse en simultáneo o cronológicamente organizados, aunque nada de ello subsane la sensación de caos que se apodera del lector.  

Acorde con esa estrategia narrativa,  la obra se imprime en pequeños fragmentos separados por líneas horizontales, que, si es cierto que suelen tener continuidad en lo que cuentan, no dejan de ser como pequeñas escenas más apropiadas para un guion cinematográfico.

La fragmentariedad da pie a la multiplicidad de personajes y de eventos que se suceden a lo largo del texto. Tan así, que algunos de esos eventos nunca se cierran, dando pie a escenas inconclusas y a personajes cuyo rol no se define. En ese caso,  el intento de darles significado en el contexto de la novela queda todo en manos del lector.

De la variedad de peripecias ejecutadas por el personaje narrador -conducir migrantes a través de Los Alpes o una fugaz relación amorosa a punto de terminar en tragedia- destaca la solicitud de un sacerdote de rehacer el sexo de una estatua de Cristo, cubierto con un drapeado por una mano censora. De ese encargo surge un poderoso, aunque ambiguo, misticismo por cuyo medio se expondrá una manera igualmente ambigua de abordar lo religioso. Ya sabemos que De Luca se define a sí mismo como no creyente y no ateo. Por si eso fuese insuficiente, en el texto de La natura expuesta abundan indicaciones más precisas acerca del tipo de religiosidad que concibe el narrador:

“¿Es usted creyente? —No en la divinidad, creo en algunos representantes de la especie humana. — ¿Qué entiende por sagrado? —Aquello por lo que una persona está dispuesta a morir.”

Ocurre, en el decurso de la novela,  que aquello por lo cual una persona está dispuesta a morir se asocia estrechamente con el ámbito religioso. Es el  caso del migrante musulmán que recibe con veneración un ejemplar del Corán salvado de las mismas aguas donde murieron quienes lo traían consigo: “—Es nuestro libro sagrado. Salvado de las aguas es más sagrado aún.”

Tal parece que la idea de divinidad que maneja De Luca se concreta en una fuerza misteriosa que puede o no estar asociada con algún sistema de creencias de los variados al alcance del ser humano contemporáneo.

En el caso del escultor de la estatua que requiere ser restaurada, el novelista logra un juego de espejos entre el artista y la obra que, como era de esperar, humaniza al dios y diviniza al hombre.

Una incipiente erección en el Cristo le permite al narrador profundizar en la dimensión humana de la divinidad representada, y, además, siguiendo el proceso de identificación entre el artista y la obra, dejar establecida una concepción si no sagrada, sí misteriosa del arte en sí mismo.

Si la erección responde a los espasmos del condenado que “culminan a menudo en una erección mecánica”, la posterior muerte del escultor reviste todos los visos de una búsqueda mística que incluye cambios físicos que lo habrían acercado al objeto divino.

En esta brevísima novela, que no excede las ochenta páginas, De Luca logra, mediante la fragmentariedad y la organización caótica de eventos y personajes, un discurso no solo original sino de una estimulante complejidad conceptual capaz de convocar a lectores con muy variados puntos de vista.La natura expuesta puede descargarse http://libgen.is/