Luis Laya ganó el concurso literario Joropo: Alma y movimiento de Venezuela

El cuento La semilla del catire, del joven escritor venezolano Luis Laya, resultó el ganador del concurso de literatura infantil Joropo: Alma y movimiento de Venezuela, organizado por el Centro Nacional del Libro, a propósito de la celebración en 2014 del Año del Joropo.
La lectura del veredicto se realizó en la sala de la Librería del Sur de la Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven) 2015 y estuvo a cargo de la presidenta del Cenal, Christian Valles.
El jurado integrado por Fidel Barbarito, Ignacio Barreto y Antonio Trujillo decidió otorgar por unanimidad el premio al cuento “por la sencilla y armoniosa manera de mostrarnos con gracia y sobrada devoción una escritura asistida por notables rasgos de nuestra literatura oral”, según reza el veredicto
“En esta semilla testimonio, escritura, alude a la significativa y vital andanza de Margarito Aristigueta, ese prodigio altomirandino señalado desde la infancia por los dioses de la armonía. Encontramos en lo narrado la ofrenda y el espacio de un paisaje luminoso. Donde la perseverancia elige y entrega por manos mismas de la naturaleza, la rigurosa tradición de juego, sonidos y danza y una cultura nacida por alma solo para cantar, amar y resistir desde la profunda costumbre del pueblo”, leyó Valles en el veredicto.
La presidenta del Cenal entregó al ganador el premio en metálico por 15 mil bolívares y anunció que se espera que la obra sea publicada y presentada en la próxima edición de la Filven.

IDENTIDAD
Laya manifestó su alegría por el reconocimiento recibido. Asimismo, agradeció a sus familiares y las cultoras y a los cultores del país “por su estar, por su saber, por su permanecer, por su creer; por ser reserva de identidad”, y a quienes sienten el joropo como parte de ellos mismos.
En conversación con el Correo del Orinoco, manifestó que este texto -que cuenta la historia de un niño llamado Margarito- tuvo su inspiración, por una parte en el amor y en la identificación particular que tiene con el género musical y de la identidad nacional, sino también por la vida y la obra de muchos cultores y en especial del coplero Margarito Aristigueta, quien partió físicamente en septiembre del año pasado.
“Es un argumento que se desenvuelve en una niñez, en un ambiente en el que el país, la tradición se hace presente y él es muestra de esa identidad”, expresó.
Para el narrador este concurso fue una oportunidad de conectarse desde la narrativa con el joropo y con la identidad venezolana.

DIVERSIDAD
Uno de los integrantes del jurado, el músico y coordinador de operaciones del Centro Nacional de Música, Ignacio Barreto, destacó que este concurso fue una de las actividades que durante todo un año se desarrollaron para resaltar este género musical y su diversidad en cada región del país.
Valles manifestó que estas iniciativas forman parte del “compromiso colectivo de la descolonización, que pasa por revisar cómo nos ubicamos frente a nuestros símbolos y nuestras tradiciones y cómo queremos resignificarlas, si es el caso como se ha hecho con varias tradiciones a lo largo del tiempo”.

T/ Sharlaine Chona
F/ Héctor Rattia

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