En el marco de la 37.ª Feria Internacional del Libro de Bogotá (FilBo), el escritor venezolano Miguel Ángel Pérez Pirela dictó la charla “Verdades manipuladas: cómo las redes sociales distorsionan la realidad”, que se llevó a cabo en el stand de Venezuela.
Pérez Pirela, comunicador y filósofo, reflexionó sobre la influencia que tienen las plataformas digitales en la información que consumen sus usuarios.
Tras citar el mito de la caverna de Platón, el autor acotó que todo lo que “pensamos que es la realidad, son solamente sombras” que después son interpretadas como una realidad, que verdaderamente “son solamente imágenes”.
Para Pérez Pirela, “en estos momentos de la comunicación 2.0 estamos encerrados en unas cavernas de celulares”.

En ese sentido, quienes se exponen a las redes sociales no solo reciben una “verdad”, también la difunden.
Sobre esto, añadió que “ya ni siquiera el mundo del periodismo está preocupado por mostrar la verdad o mostrar el hecho”, ya que los acontecimientos son un dictamen “de los grandes poderes”.
“De ahí viene el concepto de mentira, al concepto de fake news”, aseveró Pérez Pirela, haciendo énfasis en que este término es un constructo de la “antiverdad” en los medios de comunicación que “ya no son medios, sino fines de comunicación”, señaló.
El escritor alertó que no existe una legislación internacional que pueda regular las redes sociales y, por ende, no tienen o no se les exige responsabilidad social respecto al manejo de información y, en consecuencia, con la reproducción de la “verdad”.



Estas “libertades individuales” se evidencian en la red social X, que pertenece al multimillonario “claramente militante del partido republicano de los Estados Unidos” Elon Musk, a quien “lentamente” se empieza a ver “cómo comienza a meter sus manos en la política de Alemania, en la política de Italia, y trata, a través de las redes sociales”, de influir en las decisiones soberanas de algunos países.
Redes como mecanismos de manipulación
Agregó que, en la actualidad con el auge de la inteligencia artificial en las plataformas digitales como Google, “existe un océano de información” que la población mundial ofrece de acuerdo con el uso que se le da a dicha herramienta.
De manera que tanto la comunicación y los medios se convirtieron en mecanismos de manipulación.
“La comunicación 3.0 secuestra al ser humano y lo hace parte del mecanismo del hecho comunicativo”, explicó Pérez Pirela.
Argumentó que el mundo se encuentra ante una forma de esclavitud, servidumbre voluntaria o dictadura en la que someten a las personas a partir de su cuerpo.



“Todos los días y a toda hora le estamos dando Zuckerberg de Facebook, a Elon Musk de X… es decir a millonarios con empresas millonarias, toda la información de nuestras vidas. Todos tus gustos, todas tus apetencias sexuales, tus tendencias políticas, tus miedos, tus esperanzas en tiempo real y de forma completa”, advirtió Pérez Pirela, agregando que gracias a toda la información que “regalamos” a las redes sociales se puede realizar la hipersegmentación de datos que luego personajes como Donald Trump utilizan en el marketing electoral, para saber cómo dirigirse o cómo hablarles, por ejemplo, a los jóvenes y a la población estadounidense en general.
Pérez Pirela culminó su ponencia reflexionando acerca de que el uso de estas plataformas también distorsiona las preferencias de los usuarios. Para explicar lo que ocurre en este caso, hizo referencia a cuando los consumidores pasan horas caminando en un centro comercial viendo vitrinas tras vitrinas, hasta que se convencen de comprar un producto.
“Lo que quiere lograr el algoritmo 3.0 de arquitectura es que tú te pierdas. Entre más vitrinas veas, más posibilidades tendrás de comprar”, dijo, estableciendo similitudes entre su reflexión y el tema de las redes sociales que vuelve “adictos a las pantallas” a los consumidores.



“El reto que se nos está poniendo en este momento no es solamente político, epistemológico, estético, de la belleza (porque aquí también se vincula una belleza), sino que al fin y al cabo arribamos al “llegadero” de la filosofía.
Aquí estamos hablando de un tema metafísico, de un tema ontológico”, finalizó el escritor.