La necesidad de recuperar el pasado histórico desde una dimensión inédita y al mismo tiempo épica, la conformación de nuestra nacionalidad, y el orgullo de ingresar a una ciudadanía modélica y moderna conjugaron —dentro del imaginario nacional— la importancia de la gesta emancipadora para elevarla a un nivel simbólico y colectivo. Es la época de las pinturas de Martín Tovar y Tovar, la inauguración de la estatua del Libertador en la plaza Bolívar (1874), la creación del Panteón Nacional (1874), el decreto de llevar a Himno Nacional la canción popular y patriótica “Gloria al Bravo Pueblo” (1881), y la celebración del Centenario del nacimiento de Simón Bolívar (1883). En ese contexto de reivindicaciones históricas se escribe Venezuela heroica en 1881. Eduardo Blanco ha creado una epopeya americana: ya desde el mismo año de su publicación se sucedieron varias reediciones. Un lector de su tiempo, impactado por la fuerza de esta novela declaró: “Cuando se deja este libro de las manos, parece que se gana una batalla”. Era José Martí.
Eduardo Blanco (1839-1912) Militar, escritor y político. Vinculado al ejército desde los 20 años, decide cambiar la carrera de las armas por la de las letras al publicar sus primeros relatos con el seudónimo de “Manlio”. Promotor de la instalación de la Academia Venezolana de la Lengua en 1883 y ministro de Instrucción Pública en dos ocasiones, en 1911 fue homenajeado como el gran escritor nacional. Entre sus obras se cuentan: Una noche en Ferrara (1875); Lionfort (1879); Cuentos fantásticos. Vanitas vanitatum y El número 111 (1882); Zárate (1882) y Las noches del Panteón (1895).
Eduardo Blanco
Venezuela heroica
Colección Bicentenario Carabobo 3
ISBN 978-980-7301-39-8
220 pp.