Quiso la “suerte” que un cabo de presos sacara de La Rotunda los primeros borradores de este libro. En efecto su escritura nació mientras el autor estaba en prisión y desde este lugar vio publicada las primeras versiones de su obra. Pocaterra pudo ver el horror que produce la tortura que lleva a la muerte, el hambre, y las enfermedades que debilitan la voluntad, la progresiva agonía de sus compañeros y los gestos sencillos y solidarios en donde la vida pervive y resiste. En todos estos momentos la memoria produce discursos que colindan entre la historia y la crónica, entre el ensayo político y la sociología, entre el humor y la tragedia. Tal collage evidencia una estrategia por parte del autor: denunciar a través del testimonio su verdad utilizando un lenguaje directo y al mismo tiempo reconocible para todos, en algún momento Pocaterra señaló que sus libros “son resultado de la fiebre, del dolor, de la injusticia, de la reacción profunda y sincera”. Este libro es una emoción contenida, sus cuatro partes recorren desde Cipriano Castro hasta el ascenso de Juan Vicente Gómez, su gobierno tiránico y los documentos que evidencian lo escrito por el autor, no es casual que la primera edición venezolana sea de 1936.
El primer tomo va de 1889 —cuando Castro toma el poder— a 1919, con Gómez consolidado como amo del país, luego de 12 años del golpe con el que derrocó a su compadre. El segundo retoma el año de 1919 y cierra ante la tumba de Gómez en 1936, a lo que le siguen valiosos apéndices sobre la resistencia contra el tirano, incluida la invasión del Falke a Cumaná en 1929.