Anuncian premios Nacionales de Cultura y Glorias Artísticas de Venezuela

El Ministro del Poder Popular para la Cultura de la República Bolivariana de Venezuela, Ernesto Villegas Poljak, anunció los premios nacionales de Cultura y Glorias Artísticas de Venezuela en su canal de Telegram.

Informó que los jurados que evaluaron las postulaciones y decidieron los Premios Nacionales de Cultura 2023-2024 (salvo las menciones honoríficas), fueron los siguientes:

Artes circenses: Oswaldo Barreto Monroy, Eliel Brizolla y Carlos Arroyo

Literatura: Neguel Machado, Ana Cristina Bracho e Ignacio Barreto.

Humanidades: Beatriz Aiffil, Jorge Berrueta y Rosario Soto

Música, cultura popular y saberes tradicionales: Adrian Oscar Lista, Nelson Hurtado, Javier Marín

Artesanía: Ana Alejandrina Reyes, Julio Manuel Paredes y Abraham Márquez

Danza: Lisbeth Villalba, Oswaldo Marchionda, Freddy Carmona

Teatro: Julia Carolina Ojeda, Jericó Montilla y José Luis León

Artes plásticas: Natalia Rondón, Perla García, Humberto Matos, Leonel Durán, Zacarías García.

Arquitectura: Fabiola Velasco, Newton Rauseo, Margarita Padrón

Fotografía: Yoset Montes, Ángel Corao, Aldo di Bari.

Cine: Irabé Seguías, Rubén Hernández, Carlos Tabares.

Los ganadores de los premios fueron los siguientes:

Premio Nacional de Cultura, mención Cultura Popular 2023-2024: RAFAEL E. SALAZAR
Por su larga e ininterrumpida trayectoria como investigador, musicólogo, compositor y promotor cultural.

Premio Nacional de Cultura, mención Literatura 2023-2024: ANTONIO TRUJILLO
Por su amplia y variada obra que se distingue por su belleza, con su conexión con los sentimientos y valores del pueblo venezolano y que sirve de faro para las generaciones actuales y futuras.

Premio Nacional de Cultura, mención Humanidades 2023-2024: ALÍ ENRIQUE LÓPEZ BOHÓRQUEZ
Por su aporte y contribución por más de 50 años en la docencia, enseñanza, investigación y difusión histórica.

Premio Nacional de Cultura, mención Música 2023-2024: JOSÉ ANTONIO “TOÑITO” NARANJO
Por su trayectoria como intérprete y formador de generaciones de flautistas venezolanos y por su aporte a la cultura venezolana.

Premio Nacional de Cultura, mención Saberes tradicionales 2023-2024: GIANCARLA BRANCALEONI
Por su aporte y conservación en pro de la tradición de los Caballitos de San Juan en Ciudad Bolívar.

Premio Nacional de Cultura, mención Artes circenses 2023-2024: DARWIN “NICKY” GARCÍA
Por su trayectoria y aporte a la cultura venezolana formando generaciones de artistas circenses para Venezuela y el mundo.

Premio Nacional de Cultura, mención Artes circenses (post mortem) 2023-2024: JULIETA HERNÁNDEZ
Por la siembra inmortal de sonrisas y conciencia a través de las Artes circenses, la poesía y el amor.

Premio Nacional de Cultura, mención Artesanía 2023-2024: FIDELINA MANZO
Por su extraordinaria trayectoria en el mundo artesanal, su aporte al proceso de investigación, curación, organización y formación de nuevas generaciones de artesanas y artesanos.

Premio Nacional de Cultura, mención Artesanía (post mortem) 2023-2024: OLGA REYES
Por su trayectoria y representación de la mujer indígena alfarera que regó sus conocimientos y saberes en la tierra del estado Amazonas.

Premio Nacional de Cultura, mención Danza 2023-2024: FLOR AURISTELA “POY” MÁRQUEZ UGUETO
Por trayectoria nacional e internacional como intérprete, creadora, docente y gestora de la danza contemporánea.

Premio Nacional de Cultura, mención Danza (post mortem) 2023-2024: FANNY MONTIEL
Por su dilatada trayectoria como intérprete y docente de la danza clásica.

Premio Nacional de Cultura, mención Teatro 2023-2024: GUILLERMO JOSÉ “YUMA” DÍAZ MEJÍAS
Por su larga trayectoria, compromiso y ética en la profesión teatral.

Premio Nacional de Cultura, mención Artes plásticas 2023-2024: JOEL PACHECO
Por una larga trayectoria en la cual ha demostrado un desarrollo sostenido y notable en su obra artística.

Premio Nacional de Cultura, mención Arquitectura 2023-2024: DOMINGO ACOSTA GONZÁLEZ
Por su trayectoria y visión de una arquitectura sustentable y responsable con el ambiente.

Premio Nacional de Cultura, mención Fotografía 2023-2024: JOEL ALBERTO OCHOA
Por su trabajo de difusión y expresión artística en el hecho fotográfico sobre la diversidad cultural y étnica del pueblo venezolano, haciendo hincapié en el valor de la mujer y los pueblos indígenas.

Premio Nacional de Cultura, mención Cine 2023-2024: JORGE JACKO
Por su dilatada trayectoria al frente de los servicios de laboratorio y post producción del cine venezolano durante más de seis décadas.

Premio Nacional de Cultura, mención Cine (post mortem) 2023-2024: NANCY DE MIRANDA
Por su invaluable servicio como historiadora y divulgadora del cine venezolano.

Premio Nacional de Cultura, mención honorífica (post mortem) 2023-2024: PEDRO “GUARAÑA” RIERA

Premio Nacional de Cultura, mención honorífica (post mortem) 2023-2024: ELPIDIO BULLÓN

Premio Nacional de Cultura, mención honorífica 2023-2024: CARLOS BOLÍVAR

Premio Nacional de Cultura, mención honorífica 2023-2024: ENRIQUE HERNÁNDEZ D’ JESÚS

Premio Nacional de Cultura, mención honorífica 2023-2024: JOSÉ MARCIAL RAMOS GUÉDEZ

Premio Nacional de Cultura, mención honorífica 2023-2024: NOHELÍ POCATERRA

Premio Nacional de Cultura, mención honorífica 2023-2024: DANIEL ENRIQUE GIL ROSADO

Premio Nacional de Cultura, mención honorífica 2023-2024: CRISTÓBAL JIMÉNEZ

Premio Nacional de Cultura, mención honorífica 2023-2024: HENRY MARTÍNEZ

Premio Nacional de Cultura, mención honorífica 2023-2024: HERNÁN MARÍN

Premio Nacional de Cultura, mención honorífica 2023-2024: BLANCA SÁNCHEZ

Premio Nacional de Cultura, mención honorífica 2023-2024: JOSÉ MIGUEL MÉNDEZ CRESPO

Premio Nacional de Cultura, mención honorífica 2023-2024: PEDRO DURÁN

Premio Nacional de Cultura, mención honorífica 2023-2024: ELEAZAR MOLINA MOLINA (“GONZALO FRAGUI”).

Premio Nacional de Cultura, mención honorífica 2023-2024: EDGAR ÁLVAREZ ESTRADA

Premio Nacional de Cultura, mención honorífica 2023-2024: MARÍA YOLANDA MEDINA

Premio Nacional de Cultura, mención honorífica 2023-2024: EDUARDO MARTÍNEZ

Premio Nacional de Cultura, mención honorífica 2023-2024: JOSÉ MANUEL “CHACHATA” GUERRA

Premio Nacional de Cultura, mención honorífica 2023-2024: JESÚS GERARDO CORDERO

Premio Nacional de Cultura, mención honorífica 2023-2024: ALEXIS MUJICA

Premio Glorias Artísticas de Venezuela 2024: CECILIA TODD

Premio Glorias Artísticas de Venezuela 2024: LILIA VERA

Premio Glorias Artísticas de Venezuela 2024: ZHANDRA RODRÍGUEZ

Premio Glorias Artísticas de Venezuela 2024: BIELLA DA COSTA

Premio Glorias Artísticas de Venezuela 2024: OSCAR COLINA

Premio Glorias Artísticas de Venezuela 2024: DILIA WAIKARÁN

Premio Glorias Artísticas de Venezuela 2024: JESÚS SEVILLANO

Premio Glorias Artísticas de Venezuela 2024: ZORAYA SANZ

Premio Glorias Artísticas de Venezuela 2024: IVO AUGUSTO DÍAZ

Premio Glorias Artísticas de Venezuela 2024: CHEO LINARES

Premio Glorias Artísticas de Venezuela 2024: JORGE ARTEAGA

Premio Glorias Artísticas de Venezuela 2024: CARLOS PIÑERO

Premio Glorias Artísticas de Venezuela 2024: OMAIRA MARGARITA GUTIÉRREZ

Premio Glorias Artísticas de Venezuela 2024: JOSÉ MONTECANO

Premio Glorias Artísticas de Venezuela 2024: ANTONIA AZUAJE

Premio Glorias Artísticas de Venezuela 2024: MARIO DÍAZ

Premio Glorias Artísticas de Venezuela 2024: JOSÉ ANTONIO DÁVILA

Premio Glorias Artísticas de Venezuela 2024: PERUCHO AGUIRRE

Premio Glorias Artísticas de Venezuela 2024: SISTEMA DE COROS Y ORQUESTAS INFANTILES Y JUVENILES “SIMÓN BOLÍVAR”

Premio Glorias Artísticas de Venezuela 2024: AGRUPACIÓN PARRANDA LA FLOR DE COJEDES

Premio Glorias Artísticas de Venezuela 2024: TEATRO NEGRO DE BARLOVENTO

Premio Glorias Artísticas de Venezuela 2024: GRUPO ”LOS CAÑONEROS”

Premio Glorias Artísticas de Venezuela 2024: AGRUPACIÓN “LOS TRES TRISTES TIGRES”

El Ministerio del Poder Popular para la Cultura felicita a todas y todos por su destacada labor por la cultura venezolana.

La necesidad de los símbolos

Hay asociaciones que son inevitables. Una de ellas es la capacidad de concentrar fuerzas y atacar que se escenifica en la película Apocalipsis Now, de Francis Ford Coppola, con “La cabalgata de las valquirias, de Richard Wagner.

Esta pieza de Wagner, y en alguna medida la película de Coppola, son partes de las pistas que ofrece al lector en la más reciente novela de Pablo De Santis —que lleva el nombre de la pieza de Wagner—, pero no es tan evidente. Sobre todo, porque pertenece al género policial en donde — extrañamente para ser literatura latinoamericana, los detectives están ausentes, pero no los crímenes— hay policías.

En la novela se investiga un crimen que a medida que se esclarece cobra dimensiones éticas por la historia oculta de un pueblo en donde todos se conocen y hay ciertos temas y personas de los que no se habla. 

También existe una especie de competencia evidente entre policías, pero el personaje principal lleva la carga social de la historia familiar que los otros se lo recuerdan de vez en vez y está marcado desde el inicio de la novela.

“Soy policía, porque mi padre era policía. Por falta de imaginación, me acomodé al destino prefijado. Cuando estaba en quinto grado de la escuela, mi padre, el comisario Abel Nebra, mató al cabecilla de una banda de asaltantes de bancos, hazaña que lo convirtió en una leyenda viva en la institución”.

De Santis maneja con destreza el género policial que en algunas de sus novelas mezcla con el fantástico o viceversa. Cada personaje, con sus aciertos y desaciertos, en la búsqueda por la resolución de un caso, resuelve asuntos personales de los personajes. Incluso, del escritor con el lector, porque también da una mirada a la sociedad, la pasada y la actual, con frases que son estocadas, como si fueran pistas de la vida y la muerte.

“Gracias a esas fotografías de antiguas violencias se olvidaban de que trabajaban en una comisaría de un pueblo turístico, donde nunca pasaba nada. Todos necesitamos un poco de leyenda”.

Cada cierre de capítulo tiene un guiño de humor o mirada hacia la conducta humana que se repite como si fuera un patrón, independientemente del oficio. El destino de cada personaje es asumido con la dignidad que le permite comprender su vida.

Pablo De Santis logra atrapar al lector porque lleva a pulso a cada uno de sus personajes con detalles y coartadas que en su cotidianidad conforman las pistas evidentes de la investigación policial porque todos los crímenes transcurren en la normalidad y luego la vida continua como si no hubiera pasado nada.

La vida tiene sus complejidades, también la muerte y los crímenes. A veces nos hacemos preguntas que no tienen respuestas o quizás no se quiere buscar o tenerlas. Los crímenes tienen muchas aristas que resolverlos tiene su ciencia.

Hace un par de años conocí a un detective que decidió escribir y publicar unos cuentos policiales porque la literatura policial no le convencía debido a que los escritores desconocían la ciencia que utilizan los detectives para resolver los casos.

Resulta que resolver un enigma es tan solo uno de los detalles de la novela policial. “La gente tiene hambre de símbolos”, como apunta el comisario Conrado Nebra en La cabalgata de las valquirias

Los símbolos forman parte de una lógica, de un rompecabezas que permite descifrar los hechos. Como dice Marthe Arnould, son “las llaves de los caminos”.

Uno de los símbolos que expone De Santis es “La cabalgata de las valquirias”, la apertura del tercer acto de la ópera La valquiria de Wagner —que pertenece a la tetralogía El anillo del nibelungo—, junto a la escena de Apocalipsis Now, en donde es utilizada como droga para atacar y matar a vietnamitas.

A veces nos preguntamos cuál es el papel del arte, especialmente cuando algunos creen que solo es sueño e imaginación, un acto de creación ajeno a todo lo perverso de la humanidad y de la política.

No hay cabos sueltos en la novela de Pablo de Santis, sólo los que a sus personajes se les permiten sin hacer juicio sobre los inocentes y culpables. Al fin de cuentas, a veces, los extremos se tocan.

Historia de la muerte y la ceniza

La forma y el tono de la novela policial depende de quien sea el detective, ese personaje que a lo largo del tiempo se ha revestido de ciertas características que, al repetirse de un autor a otro, han terminado por conformar un arquetipo perfectamente reconocible, que los lectores esperan encontrar en cuanta novela les cae en las manos.

Si tal es el caso del lector, cabe esperar que el dilema del escritor sea el opuesto: imaginar, y crear, un detective que escape de esa especie de molde prefabricado al construir su personaje.

Puede decirse que Pablo De Santis juega fuerte en La cabalgata de las valquirias a la hora de crear a su comisario, Conrado Nebra, a quien envían a investigar un crimen en un remoto poblado. Personaje mucho más humano que ese arquetipo imperturbable de la novela policial, Nebra se descubre agudo, pero sin aires de infalibilidad; acosado por la figura de un padre que predica un modelo de conducta poco acorde con sus propios criterios; atado a una vida carente de cualquier rasgo épico; y con una relación adversa con el resto de los personajes. Conrado Nebra termina así por encarnar a un ser humano cuya normalidad despierta, a un tiempo, admiración, simpatía y, por momentos, una compasión solidaria hacia alguien atrapado en su circunstancia.

Esa conformación poco ortodoxa del detective está ligada, ¿cómo no?, a una particular concepción del crimen.

Alejada de todo maniqueísmo, La cabalgata de las valquirias carece tanto de malvados como de inocentes absolutos, lo que da a la trama una inesperada y a la vez sorprendente complejidad.

El narrador, es decir, el propio comisario, expresa su experiencia con el crimen con lo que parece una reflexión filosófica sobre la condición humana: “…se busca la encarnación del mal y solo se obtiene la estupidez, el sinsentido y la locura.”

La estupidez, el sinsentido y la locura le abren paso a la ironía que ocupa un lugar de privilegio en muchas de las páginas de esta novela. La propia historia resulta irónica, dado que los supuestos criminales parecen estar guiados por lo que ellos mismos, y no pocos de quienes los rodean, conciben como propósitos nobles.

La ironía, además, suele estar presente en los diálogos. A través de ellos se deja claro el modo como los individuos se relacionan a lo largo de la novela, a la vez que se pone en evidencia una ominosa hostilidad entre los humanos y de parte del propio ambiente en el que se desarrolla la historia.

Diálogos cortantes que muestran, sin que medien explicaciones, una omnipresente antipatía:

“—¿Usted va al acto de la biblioteca, Valeri?

—No. Le cedo la dosis de color local que me corresponde a los visitantes ilustres como usted.”

La propensión a la intertextualidad propia de la novela contemporánea, y que con tanta frecuencia se hace presente en estos tiempos, es común en esta obra de De Santis. Abundan en La cabalgata de las valquirias las referencias a otros textos. Así, por ejemplo, la alusión a Hansel y Gretel, el cuento recopilado por los hermanos Grimm, le sirve al narrador para hacer una breve reflexión sobre los elementos y la estructura de las narraciones infantiles, género que él mismo cultiva.

La intertextualidad sirve también para hacer conexiones tangenciales con otros autores de novela policial; alusiones de las cuales, como lectores, sospecharemos que se trata de las preferencias literarias del propio autor.

Las referencias a otros libros sirven, finalmente, para desdecir del carácter fidedigno de ese armado de mentiras que suele ser la novela.

Al indagar sobre la víctima el comisario pregunta:

“—¿Leía libros?

—Leía el diario. Algún libro de historia o biografías. No le gustaban las novelas. Quería leer cosas que fueran verdad.” Con esos elementos que la individualizan, La cabalgata de las valquirias adquiere una real autonomía de vuelo en el mundo de la novela policial. Añádase una anécdota que se complica justo cuando el lector cree haber encontrado la salida del laberinto; un lenguaje lleno de reflexiones cargadas de cinismo y no poco humor, que le dan densidad a todo el relato; y, en fin, una lectura agradable y seductora que fluye sin tropiezos hasta la última página.