“Trabajar en una librería es un modo de vida”: Rosa Fernández

El tema de las librerías como espacio cultural se une a una serie de mesas redondas sobre política cultural y política pública en torno al libro, que se han estado llevando a cabo a lo largo del mes a propósito de la semana del Libro y un año más de la fundación del Cenal.
En esta ocasión Rosa Fernández e Iván Diéguez conversaron sobre la importancia de las librerías para la cultura en Venezuela.
La presidenta de la Distribuidora Venezolana de la Cultura, Rosa Fernández, hizo referencia a los modelos de librería que proliferaron en el país y cómo trascurren en el tiempo, “la librería cultural es aquella que se caracteriza por reunir a autores, intelectuales, por ejemplo Cruz del Sur, Gusano de Luz por mencionar algunas de las que marcaron la época de las librerías”, desde finales de los años 60 y principio de los 90.
El librero como figura principal de estos espacios, es quien recomendaba a los clientes sobre libros y los atendía, una figura de suma importancia. “Cuando le vendían un libro a Cabrujas, a Adriano Gonzáles León, entre otros que frecuentaban estos espacios, hicieron que surgieran esos autores nuestros, porque detrás de ellos habían libreros que le promocionaban. En aquel momento la forma de saber, qué libros o autores llegaban, qué acontecía en el mundo editorial, era a través del librero”, resaltó Iván Diéguez, de Cavelibro.
Las librerías universitarias, las librerías especializadas, los libreros de los pasillos, los que están debajo del puente de la Fuerzas Armadas, librerías café y librerías de centro comercial, ha sido el recorrido de estos espacios en el país que pasan por la conversión misma de la ciudad. Hoy en día la composición de las librerías, se encuentra en que la mayoría son papelerías-librería y por supuesto han pasado de la calle a centro comercial, de espacio físico a espacio virtual.
La formación de libreros podría hacer que las librerías rescaten su finalidad de diálogo y debate, opina Fernández y añade, “la red de Librerías del Sur han tenido una importante labor, pues apunta a la democratización del libro, a espacios donde ningún particular o privado intentaría colocar una librería. A este tipo de librería de red, les hace falta esa condición que tiene la librería cultural, o la librería tradicional que es el librero”.
La posibilidad de certificar a los libreros que tengan más de 7 años en el oficio, acerca un poco al reconocimiento que esta figura tiene históricamente, en la capital y en las regiones, una memoria que registre un referente de libreros, los que aún existen. Un ejemplo son los hermanos Castellanos y las hermanas Pardo.
Detrás de esa generación hay grandes libreros, y son a su vez el reflejo de nuestra creación como autores y editores. Estamos en los tiempos en los que hay que valorar también la biblioteca, pues el principio de muchas cosas, es un referente del proceso de la lectura, añadió Diéguez e hizo énfasis en que la cantidad de ferias que se realizan en el país, Fundarte, Filven, indican que hay un público lector.

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