Venezuela expone en la FIL STUNAM el peligro de la dictadura global de los algoritmos digitales

“Están tomando nuestras vidas, con quien nos relacionamos, con quien conversamos, las conversaciones con nuestras madres, con nuestros hijos, con nuestros padres, nuestros videos, nuestras vacaciones, nuestra ropa, nuestra mayor intimidad, nuestras casas, nuestros gustos, nuestros sabores, nuestra cultura… y la están mercantilizando”.

De esta manera, Gustavo Villapol, comunicador social, escritor, profesor y diputado a la Asamblea Nacional de Venezuela, introdujo el término “plusvalía de los datos” en la II Feria Internacional del Libro del Sindicato de Trabajadores de la UNAM (FIL STUNAM), celebrada los días 11 y 12 de febrero en Ciudad de México.

Durante la presentación y bautizo de su libro, “La dictadura global del algoritmo. Una batalla por la humanidad”, describió con detalles cómo los algoritmos del mundo digital son utilizados por las grandes corporaciones occidentales como herramientas de control y neutralización de masas.

Villapol explicó que la función más importante que tienen los algoritmos es procesar millones de datos que nosotros mismos les damos al utilizar las aplicaciones digitales que concentran hoy la atención del ser humano. A este proceso lo denominó “plusvalía de los datos”, por ser una “mercantilización ingente de nuestras vidas, a través de nuestros datos”, que hace a sus creadores cada vez más multimillonarios.

“Hay una dictadura y es global, personalizada en los algoritmos”, enfatizó. En ese sentido, resaltó que las tecnologías que están detrás de su desarrollo van dirigidas a lograr que nos centremos en nuestros celulares, computadoras y aparatos digitales.

“El mundo digital se ha transformado en nuestra vida cotidiana. Por ahí comemos, conseguimos pareja, compramos, pagamos, cobramos, nos informamos, nos recreamos. Nuestra vida está permeada por los algoritmos”, puntualizó el periodista de Venezuela, país invitado de honor en esta edición de la Feria.

Estados de emoción pública

Villapol sostuvo que otro tema que aborda en su libro es cómo transitamos del clásico mundo de la opinión pública a los estados de emoción pública. Citó como ejemplo que años atrás un periodista formulaba su pregunta a una persona y esta reflexionaba rápidamente en su cerebro una respuesta y exponía sus argumentos.

Lamentablemente hoy –acotó Villapol– cualquier persona recurre a su celular para responder, porque las redes sociales terminaron convirtiéndose en termómetros de la “emoción pública”. Acotó que el propio Sean Parker, uno de los fundadores de Facebook, admitió que “el botón Me Gusta se creó para generar una gran descarga de dopamina en el cerebro, para sentir esa necesidad de dar o recibir me gusta, de auto validarse y sentirse validado por otros. Es la explotación de una vulnerabilidad psicológica humana”.

Precisamente, esto termina afectando su razonamiento y lo convierte en una persona vulnerable. “Una alerta que nos hacen los neurocientíficos es que la capacidad de almacenar información en nuestro cerebro se va reduciendo porque simplemente lo estamos dejando de usar por culpa del mundo digital”.

Herramientas para la liberación

El libro es un llamado de alerta sobre un conjunto de temas vinculados al mundo digital que deben analizarse y estudiarse desde una perspectiva de los pueblos del sur global. “No desde el punto de vista fatalista, sino como una posibilidad real de utilizar estas tecnologías desde nuestra visión (…) Yo pienso que estas herramientas pueden ser utilizadas para la liberación, para el bien de la humanidad”

En ese sentido, invitó a cada quien a pensar con luz propia y escoger qué uso darle a estas aplicaciones, qué contenidos consumir y cómo interpretarlos: si como un espejo de la realidad o como un espejismo que debe corregirse. Bien sea WhatsApp, Telegram WeChat, Instagram, Facebook, Tik Tok o cualquier otra aplicación, señaló que “el problema es que nos las venden como una propaganda gigantesca de libertad y nos sentimos en el non plus ultra de la libertad de expresión”. Sin embargo, llamó a concientizar que cada algoritmo tiene impresos ciertos sesgos que varían de acuerdo a los intereses e ideas de sus administradores.

Durante la conferencia, el viceministro de Fomento para la Economía Cultural del Ministerio para la Cultura, Raúl Cazal, recordó también que Venezuela y México comparten más de una lucha en común. En este caso, se refirió a la batalla de las ideas contra las “fake news”, una guerra simbólica impulsada por sectores conservadores y de la derecha contra aquellos pueblos y naciones que han decidido ser libres.
En la II Feria Internacional del Libro del Sindicato de Trabajadores de la UNAM participaron más de 20 editoriales y librerías. Algunas destacadas son el Fondo de Cultura Económica, EDUCAL, Sexto Piso, Planeta, Océano, así como la Brigada Para Leer en Libertad, entre otras.

Texto: Manuel Rodríguez / Foto: Roiner Ross

Venezuela en la FIL STUNAM: la lectura concientiza, descoloniza y forja pueblos libres y soberanos

 “Hoy Venezuela se planta con dignidad ante un imperio, con un pueblo que respalda a sus líderes, porque tenemos convicciones descolonizadoras y porque vemos la vida y nuestra Patria fuera de la colonia”. La frase corresponde al viceministro de Fomento para la Economía Cultural del Ministerio para la Cultura, Raúl Cazal. El espacio fue la II Feria Internacional del Libro del Sindicato de Trabajadores de la UNAM (FIL STUNAM).

El evento se celebró los días 11 y 12 de febrero en Ciudad de México y tuvo como invitado de honor a Venezuela. En su conferencia “El enfoque descolonizador desde la Revolución Bolivariana”, el viceministro recordó cómo antes de la llegada de Hugo Chávez y la Revolución Bolivariana, en 1999, los venezolanos tenían una visión sesgada de la historia colonialista que sigue amenazando el mundo 200 años después.

A su juicio, la razón principal era la disgregación cultural que invadía a la academia, la política y la sociedad en general. “Tuvo que venir Chávez con un pensamiento bolivariano de unión para revertir todo. Hoy vemos su fruto con un pueblo en pie de lucha por su soberanía y su independencia, con una posición de dignidad ante el mundo y contra un imperio tan poderoso como el estadounidense”, expresó.

Rápidamente, ese ideario político y social de Chávez se esparció en la conciencia de un pueblo que hoy está organizado, de pie, como ejemplo de lucha, de dignidad, de independencia y de soberanía ante la humanidad. Pero, ¿qué tuvo que ver la cultura y, especialmente, la lectura?

El papel de la lectura

Cazal destacó el trabajo y esfuerzo que durante 20 años ha realizado el Ministerio de la Cultura. Entre lo más notable está la creación de una plataforma nacional del libro que cada año lleva a todos los estados del país la Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven), un espacio para la lectura y el intercambio de saberes, pensamientos e ideas.

Asimismo, resaltó que ese pensamiento también llegó a cada rincón del territorio venezolano gracias a la creación y proliferación de medios comunitarios y alternativos, los cuales han servido como canales de difusión para esas ideas que, muchas veces, son censuradas en los medios tradicionales y en las redes sociales.

“Aunque los medios tradicionales y las redes sociales llegaron para contribuir a la colonización, nosotros también las utilizamos para descolonizar. Eso es parte de lo que venimos desarrollando como militantes de la cultura y de la Revolución”, precisó Cazal.

También hizo una mención especial a la fundación de nuevas casas de estudio donde se comparte una lectura más profunda de la historia, no solo de Venezuela sino también universal. Esto permite, a su vez, formar ciudadanos más conscientes del mundo en el que viven y con un pensamiento libre.

Los libros no son objetos extraños

El historiador Alexander Torres, agregado cultural de la embajada de Venezuela en México, también tomó la palabra en la FIL STUNAM. “Hoy lloramos ante una red social por un meme o un video de 40 segundos. Antes llorábamos de emoción al cerrar un libro y decíamos: ‘Qué grande es esta obra. Por fin pudo conseguir el amor de su vida y resolver definitivamente el conflicto existencial que tenía Gregorio Samsa, el de Metamorfosis’, por ejemplo”.

En ese sentido, Torres lamenta que hoy la sociedad más joven mire de forma extraña a quienes sujetan un libro en sus manos. “Nos ven como dinosaurios de un tiempo oscuro que ya pasó. Nos acusan de acumular mucho espacio, porque en un pendrive ahora puede existir una biblioteca, y quieren obligarnos a deshacernos de los libros”.

Por tanto, elogió todo esfuerzo que sume a no ver los libros como un objeto extraño, sino como parte de nuestra cotidianidad, como una experiencia de vida. “Esta Feria es un ejemplo, en Venezuela tenemos la Filven. Es una manera de humanizarnos cada vez más, porque mientras más leamos, seremos más humanos, más sensibles, valoraremos más las cosas, el conocimiento, la literatura, la educación”.

Por último, recordó que leer un libro no es solamente pasar el tiempo, sino también una forma de aprender, de conocernos a nosotros mismos, de viajar sin viajar, de pensar y de soñar. “Quiero finalizar con una frase del maestro Simón Rodríguez: el solo deseo de saber nos hace abrir los libros”.

En la II Feria Internacional del Libro del Sindicato de Trabajadores de la UNAM participaron más de 20 editoriales y librerías. Algunas destacadas son el Fondo de Cultura Económica, EDUCAL, Sexto Piso, Planeta, Océano, así como la Brigada Para Leer en Libertad, entre otras.

T: Manuel Rodríguez

F: Roiner Ross

Escritores y lectores se despidieron de la 20.ª Filven Bolívar entre tradiciones

La 20.ª Filven Bolívar finalizó este viernes 14 de febrero en Ciudad Bolívar tras una jornada exitosa de tres días.

La Fundación Cultural Poetas del Río y la Agrupación Cantar de Pueblo, que interpreta ritmos afrovenezolanos, fueron los encargados de cerrar la programación de esta fiesta literaria que tuvo como escenario central el Palacio Municipal del municipio Angostura del Orinoco y como subsedes las instalaciones de la Universidad Politécnica del Estado Bolívar y la Biblioteca Pública Central Rómulo Gallegos.

La jornada de clausura inició con un recital poético encabezado por la escritora regional homenajeada Yusmira García, quien se paseó por los poemas Chicharras, Que no se acaben mis versos, La carta abierta a todos y Todas mis vecinas, entre otros.

García recitó: “Mis vecinas las mujeres caminan con tacones de piedra. Mis vecinas del Este, Oriente, Norte y Sur ya no danzan, pero escriben con letras de sangre el holocausto silenciado”.

Le siguió Jorge Casanova Basanta con Canto a la amistad. “Amistad, vínculo grande y profundo que une un mundo a otro mundo”.

A Yusmira García y a Jorge Casanova Basanta se unieron con sus versos Miguel Martínez, Erniris Ruíz, Carola Morales, Brazarte Ramírez, Jorge Casanova, Fidel Carías, Betania Hernández y Rosibelis Carrasco.

Seguidamente, Alberto López, coordinador general de la Fundación Cantar de Pueblo, junto a sus músicos y cantantes interpretaron un repertorio musical afrovenezolano que incluyó merengues y calipso.

Una feria con gran participación

El director del Gabinete Estadal de Cultura de Bolívar, Daniel Guerra García, dijo sentirse feliz porque se cumplieron las metas trazadas.

“Tuvimos una participación muy numerosa y nos agrada muchísimo que entre ese público observamos bastante juventud”.

Señaló que la promoción de la lectura se dio de manera muy positiva con la presentación de más de veinte libros, además de la realización de talleres y conversatorios.

Participaron veinte expositores con una amplia oferta editorial, entre ellos Librerías del Sur con las novedades de El perro y la rana, Monte Ávila y Biblioteca Ayacucho, editoriales adscritas al Ministerio del Poder Popular para la Cultura.

Entre los libros presentados este viernes, como parte de la jornada de clausura, estuvo Pueblo, de Miguel Ángel Pérez Pirela, publicado por Monte Ávila Editores, a cargo del secretario de Cultura de la Gobernación del Estado Bolívar, Neptalí Hurtado.

El también cultor en las áreas de teatro, títere, pintura y artes plásticas dijo que es una “maravilla entrar en esas páginas y descubrir de las manos del autor, quien a medida que va narrando se va incorporando y saliendo, todos los personajes que forman parte de una trama extraordinaria, donde están presentes el poder y el amor”.

Entre otros títulos también se presentaron durante estos tres días Las causas comunes de la humanidad, del escritor regional homenajeado Saúl Rivas; Participación histórica de la mujer en el universo de la palabra, de la homenajeada Yusmira García; Noticias de juguete, de Armando Carías; El imaginario petrolero, de Cósimo Mandrillo; El abuelo, libro biográfico sobre el general Domingo Sifontes de Horacio Cabrera Sifontes, y Orinoco. Tres momentos en la controversia de límites de Guayana, con una compilación de escritos de Enrique Bernardo Núñez.

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Con encuentro de poetas y la invitación a crear círculos de lectura cerró la 20.ª Filven Yaracuy

La 20.ª Filven Yaracuy instalada en Yaritagua finalizó la noche de este sábado 8 de febrero con actividades en El paseo de los estudiantes, entre ellas un recital poético con distintos poetas y escritores, como Ennio Tucci, Edy Barboza, Soledad Vázquez, Giordana García, los autores homajeados Neri Carvallo y Belky Montilla, acompañados por el alcalde del municipio Peña, Juan Manuel Parada.

Previo a este acto de cierre el público pudo disfrutar de varias presentaciones de libros, uno de ellos “20 tesis de política”, de Enrique Dussel, para la descolonización del pensamiento. Su presentación estuvo a cargo del alcalde Juan Manuel Parada.

Durante su intervención, Parada invitó a los jóvenes a leer a este autor argentino para comprender el oficio de la política con círculos de lectura para su análisis. “Enseñemos a nuestros muchachos a leer. Compremos libros para regalar… vamos a leer a Enrique (Dussel), realicemos círculos de lectura”.

Recordó una de las tesis del libro de Dossel en la cual afirma que el motor de la historia es la voluntad de vivir y por lo tanto la política no puede estar desprendida de lo que motoriza la historia de la humanidad.

“A mí me llamó mucho la atención como político, como curioso, que Dossel con palabras más o palabras menos decía que el motor de la historia es la voluntad de vivir… esa es la primera tesis”.

Por otra parte, comentó que estas ferias del libro van de la mano con la 2T (de las 7T transformaciones) impulsadas por el presidente Nicolás Maduro para la construcción de ciudades humanas para el buen vivir, servicios públicos e infraestructuras, por cuanto impulsa el crecimiento intelectual del pueblo con los libros.

Medio siglo de literatura

También fue presentado el libro Gabriel Jiménez Emán: Medio siglo en la literatura (1973-2023), de varios autores, para estudiar el trabajo imparable de Jiménez Emán.

El escritor, poeta y ensayista Gabriel Jiménez Emán ganó el Premio Nacional de Literatura en 2019 y en 2023 celebró los 50 años de la primera edición de su obra Los dientes de Raquel (1973) y desde la fecha hasta la actualidad continúa escribiendo.

Igualmente, la coautora del libro La Partería Afro: Saberes colectivos – compartidos – entretejidos de las mujeres afrovenezolanas, Ismenia de Lourdes Mercerón, presentó esta obra junto a Dionys Cecilia Rivas, para dar a conocer la historia de esas mujeres parteras de la parroquia Chuao y Choroní. “Y la historia es interesante de cómo sus hijos hablan de sus madres y te explican cómo aprendieron a partear”, agregó.

Igualmente, el escritor Wilfredo Machado habló sobre su novela El pez de los sueños, publicada por Monte Ávila Editores en 2022, que narra la experiencia de niños en unas islas quienes se dan cuenta de que pueden sobrevivir sin los adultos.

“Hay una metáfora incluso con el país, porque sobre Venezuela, en estos últimos años, ha pesado la posibilidad de una invasión por parte de los Estados Unidos. De manera que estos es un poco simbólico porque estos niños en la isla logran sobrevivir. Es una novela sumamente fantástica con cosas que a lo mejor nunca van a suceder, fue un trabajo de varios años”, destacó.

Además, comentó que continúa con nuevas obras literarias y actualmente está realizando la traducción de una antología de cuentos brasileños. “Tengo otro proyecto que es un libro de poemas que se llama Peso Muerto, tengo uno de narrativa que se llama El cumpleaños del monstruo”.

El máximo evento literario continúa recorriendo el país bajo el lema “Leer transforma”.

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El libro y la lectura tomaron espacios en Sucre con la 20.ª Filven

La 20.ª Filven Sucre llegó exitosamente a su último día este sábado 8 de febrero en el bulevar Antonio José de Sucre del centro histórico de Cumaná, tras instalarse desde el jueves 6, con diferentes actividades literarias, artísticas y culturales, incluyendo el pabellón infantil, y en homenaje a los escritores Amilcar Figueroa y Norys Alfonzo.

El encuentro con las letras permitió con el lema “Leer transforma” ir más allá de la lectura de un libro a la conversación, el debate y la reflexión colectiva como claves esenciales para la construcción de conocimientos, dijo la directora del Gabinete Estadal de Cultura de Sucre, Omaira Gutiérrez.

Explicó que el público tuvo la oportunidad de compartir lo leído en novelas, cuentos y poemarios, entre otros géneros literarios. Los visitantes también participaron en talleres donde desarrollaron la creatividad.

“En uno de los talleres, una niña de 12 años escribió cosas hermosísimas. Esto nos demuestra que siempre vale la pena trabajar en la creatividad de los niños”, dijo la representante de Cultura.

“Es necesario generar actividades que alejen a los niños del teléfono y los inviten a leer un libro, escribir en un cuaderno o pintar con un pincel. Debemos esforzarnos por retomar estas prácticas, ya que la lucha contra la distracción del teléfono es constante”, expuso.

Durante los tres días de la feria, los asistentes también tuvieron la oportunidad de interactuar con artesanos afrodescendientes que conocen la técnica de transformación del junco de la anea para hacer artesanía.

“Compartieron experiencias de vida y conocimientos creando sombreros junto a una docena de artesanos”, relató Gutiérrez.

Acceso a novedades literarias

Diversos títulos se presentaron, entre ellos: “De allá y de aquí”, de Celso Medina, “Hogueras y ceremonias”, de Norys Alfonzo, “Las Biografías del General en Jefe Manuel Piar”, compilador Antonio José Valdez Mederico; “La ruta del joropo. Costa, Montaña y Llano”, de Simón Decena; “La transparencia del signo”, de Efrain Hurtado; “Pictografías indígenas de Venezuela”, de Saúl Padilla; “Décimas trasnochadas y otros escritos encubiertos”, de Juan Echeverría; “Resumen sucinto de la vida del general Antonio José de Sucre”, de Simón Bolívar; “Ayacucho la más gloriosa victoria del nuevo mundo”, de Sergio Rodríguez, todos por la Fundación Editorial El perro y la rana.

“Fascismo y Nazismo. Evolución de la violencia hasta nuestros días”, de Yoselina Guevara López; “Cine en clave ecofeminista”, de Aminta Beleño, publicados por Editorial Trinchera.

Asimismo, “La caja de los t ruenos”, de Benito Irady, e “Ifigenia”, de Teresa de la Parra, con ediciones de Monte Ávila Editores.

También la Filven Sucre incluyó conversatorios como el de “La diáspora africana en el Caribe: memorias afrodescendientes”, moderado por Omaira Gutiérrez. Participaron la profesora Lilian Rojas, el profesor Juan Arcia y el compañero Luis Albornoz, quienes compartieron sus conocimientos sobre la cultura afro y presentaron libros sobre el tema.

También en este último día de la Filven Sucre realizaron un conversatorio sobre la Escuela Nacional de Poesía Juan Calzadilla, donde presentaron sus objetivos. En el estado Sucre están trabajando en función de despertar el arte poético en los niños de los liceos. Para ello la escuela cuenta con cuatro ambientes en Cumaná y dos en Carúpano donde se trabaja con estudiantes de bachillerato.

“La literatura es una oportunidad maravillosa para celebrar todas las formas de expresiones artísticas, como la danza, la música, el canto y la artesanía. En estos espacios, siempre hemos podido crecer y aprender”, resaltó Omaira Gutiérrez.

Creación literaria infantil

En el pabellón infantil, el escritor César Franco presentó el libro de José Gregorio González Márquez titulado “Las gallinas van entre y otras décimas”.

“Este libro, que ganó la Quinta Bienal Nacional de Poesía Infantil Cruz Salmerón Acosta, está compuesto en décimas y contiene poemas muy bellos, especialmente dirigidos a los niños”, afirmó Franco.

“Las temáticas abarcan animales, la tierra y el sentimiento de vivir en una zona como la que él habita, que no es muy esplendorosa, como la de La Zulita”, dijo.

En la presentación, asistieron niños de varias escuelas que leyeron los poemas de José Gregorio, así como otros de distintos libros de poesía infantil.

Además, Milana Isabelle Delgado Franco, la nieta del escritor César Franco, de cuatro años, presentó junto a su abuelo, quien la ayudó a escribirlo, un cuento inspirado en su imaginación: “El cuento de Melcochita”.

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Venezuela invitada en México a 2da Feria Internacional del Libro STUNAM

La República Bolivariana de Venezuela es país invitado en la segunda Feria Internacional del Libro del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (FIL STUNAM), a realizarse este 11 y 12 de febrero.

El evento tendrá lugar en la Explanada Roja de la Facultad de Medicina de la Ciudad Universitaria, en Ciudad de México, de 10:00 a.m. a 6:00 p.m., bajo el lema Libros para todos.

Participará en representación de Venezuela el viceministro de Fomento para la Economía Cultural y presidente del Centro Nacional del Libro (Cenal), Raúl Cazal, quien dictará este martes 11 de febrero en el Foro Simón Bolívar la conferencia “El enfoque descolonizador desde la Revolución Bolivariana”, a partir de las 12:15 p.m. (hora local).

También estará presente por Venezuela el escritor y diputado a la Asamblea Nacional Gustavo Villapol, quien este miércoles 12 de febrero dictará igualmente en el Foro Simón Bolívar la conferencia “Uso de las tecnologías digitales como herramienta de control y neutralización de las masas”.

Venezuela dará a conocer una muestra de su producción literaria con la oferta de títulos de diversos géneros producidos por editoriales públicas, entre ellas las adscritas al Ministerio del Poder Popular para la Cultura (MPPC): El perro y la rana, Monte Ávila y Biblioteca Ayacucho, así como por sellos y fondos editoriales privados e independientes.

El país también participará con un estand y escritores nacionales en la XXXIII Feria Internacional del Libro de La Habana, en Cuba, que se realizará con el lema Leer es crecer del 13 al 23 de febrero, en el Parque las Fortalezas Morro Cabaña.

Escuela Taller de Narración abrirá inscripciones para segunda cohorte de diplomado Tiempo narrativo venezolano

Del 10 al 21 de febrero de 2025 la Escuela Taller de Narración de Venezuela (Estanave) abrirá inscripciones para la segunda cohorte del diplomado “Tiempo narrativo venezolano”.

Los interesados en participar en el proceso de inscripción y selección deberán cumplir con los requisitos exigidos y llenar vía digital la planilla de registro a través del sitio web del Cenal www.cenal.gob.ve o aquí.

Los días 6 y 7 de marzo se notificará mediante correo quiénes fueron seleccionados para participar en el diplomado. Las clases iniciarán el 10 de marzo.

Como requisitos se pide título universitario o técnico superior (o una carta de motivación en caso de no poseerlo), presentar una muestra de ejercicios narrativos (3 a 10 páginas) y consignar currículo que detalle experiencias previas en escritura.

El diplomado “Tiempo narrativo venezolano” tiene como objetivo general dotar a los participantes de conocimientos, destrezas y herramientas que les permitan desarrollar una mirada crítica en la lectura y escritura de géneros narrativos.

El programa es virtual y asincrónico, lo que permite a los participantes acceder a las clases desde cualquier lugar con conexión a Internet. Se realizarán sesiones teóricas, talleres prácticos y conferencias.

Al finalizar el diplomado los estudiantes recibirán certificados acreditados por la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte).

Este diplomado forma parte de la propuesta de formación académica complementaria de carácter gratuito de Estanave, iniciativa impulsada por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura (MPPC) a través del Centro Nacional del Libro (Cenal) para fomentar en las venezolanas y venezolanos la escritura creativa.

El formulario de inscripción del diplomado está disponible aquí

Los límites de la novela histórica

Las historias del pasado podrían ser un retrato de la actualidad o, tal vez, una forma de entrar en el tiempo que nos permite comprender el presente. De hecho, existe la tesis de Giorgio Agarben que quienes formaron los cimientos del pensamiento filosófico y político son nuestros contemporáneos, aunque esos hombres y mujeres hayan pertenecido a diferentes épocas.

El cine de Hollywood ha dejado una impronta en la creación de una imagen de los griegos y romanos de hace más de dos milenios. De estos últimos, han presentado a emperadores que fueron guerreros y algunos terminaron asesinados por sus delirios. La impresión que dejaron es que los atacó una epidemia de locura

A esa imagen también ha contribuido, en buena medida, la literatura. Pero Marco Aurelio y los límites del imperio, la más reciente novela de Pablo Montoya, rompe con esos mitos al presentar a un emperador con sus disquisiciones filosóficas y humanas.

El narrador de Montoya se pregunta: “¿cómo separar el pensamiento del poder político? ¿Cómo negar que la filosofía, en esa larga senda que une a Grecia con Roma, había superado el aposento familiar para ir ascendiendo hasta el control de los asuntos públicos?”.

Inmediatamente se responde: “Es más, lo que me ha llevado a la cima del imperio —asumir el poder con la convicción y el respeto exigidos— es saber que tengo de mi lado a la razón. Creo en ella y en su injerencia frente a la construcción de nuestro presente. Roma y su discernimiento de la criatura humana han sido ante todo la lenta y progresiva elaboración de un modelo en el que política y filosofía han de abrazarse. Por ello es lógico, propio de su avanzar en el tiempo, que hombres razonables o militares sensatos, y no payasos megalómanos y sedientos de violencia, sean quienes controlen las riendas de la administración del imperio”.

Montoya retrata una época, y podemos reflexionar sobre el imperio actual en donde abraza la guerra y el capital. Acumular y doblegar, sin dejar de lado aquella Roma sangrienta. Nada es idílico. Especialmente, porque la novela mantiene el hilo conductor del pensamiento de quienes se impusieron sobre otros pueblos y los esclavizaron.

La filosofía podría considerarse que era una abstracción que pasaba por la comprensión de las almas hacia lo humano mientras en la práctica hacían la guerra, aunque la época que se relata es la que fue considerada como pax romana.

En Marco Aurelio y los límites del imperio se mantiene la misma imagen y los mismos criterios sobre los bárbaros, que son considerados sinónimo de “bestias”, “salvajes”, porque usa como fuente los testimonios del emperador.

El origen de la palabra bárbaro “proviene del griego barbaros, un vocablo de formación onomatopéyica usado por los griegos para referirse a los extranjeros cuyas lenguas no entendían y de quienes solían comentar que únicamente sabían decir bar, bar, bar”, explica Ricardo Soca en La fascinante historia de las palabras y nos advierte que el “prejuicio de los griegos está presente en todas las civilizaciones, que ven como ‘extraño’ o ‘enemigo’ todo lo que es ajeno a ellas”.

Atila, rey de los hunos, es considerado bárbaro, pero también lo fue Aníbal, cuya travesía por Los Alpes inspiró a Simón Bolívar para atravesar con éxito Los Andes.

El historiador Miguel León Portilla recoge en Visión de los vencidos la misma pregunta de hace casi cinco siglos: “‘¿Quiénes son esos salvajes?’, dice el tlapaneca otomí Hecatzin cuando va a atacar a los españoles”.

“Sobre salvajes” es el poema que Gustavo Pereira escribió a inicios del siglo XXI en plena discusión política de la Constituyente. Algunos políticos consideraron irrelevante polemizar sobre nuestros pueblos originarios para no darles protagonismo en nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, mientras que el poeta les dio la razón con la poesía.

Pablo Montoya comenzó a escribir la novela cuando la pandemia del Covid-19 mostró la peor cara. Y así empieza Marco Aurelio y los límites del imperio, con una peste —y la muerte rondando—. La de los imperios, hasta ahora no ha cesado, tampoco sus límites.

Esa antiquísima historia actual

Solo podemos escribir desde nuestro tiempo y desde lo que somos en tanto individuos y sociedad. Por tal razón, lo que llamamos novela histórica guarda siempre una estrecha relación con la época de su autor.

Marco Aurelio y los límites del imperio de Pablo Montoya no escapa de esa norma. Es verdad que se ocupa del emperador romano autor de Meditaciones; es cierto también que, al menos en apariencia, recorre todas las etapas de la vida del personaje; que explora sus ideas y su inclinación estoica; que recuenta los afanes como gobernante; sus íntimas contradicciones con el rol que le tocó desempeñar; y, en fin, su poca afición por la guerra. Muy a pesar de tanto arraigo en lo histórico, la novela parece estar dominada por un inocultable afán de proyectarse hacia el presente.

Montoya ha declarado que escribió la novela en tiempos de pandemia. No es casual, entonces, que la peste sea una presencia constante a lo largo de todo el relato. Este solo elemento sirve para insertar el tiempo remoto del Imperio Romano en nuestro propio tiempo y es un ardid del narrador para comenzar a establecer similitudes.

Si puede decirse que la novela es un género literario imposibilitado de evadir el ámbito político, puede decirse, con más razón, que algunas novelas son políticas incluso sin que lo parezcan o, más aún, sin que se lo haya propuesto su autor.

En este sentido, Marco Aurelio y los límites del imperio navega entre dos aguas. Se trata de una novela abierta y actualmente política, si bien finge abordar el poder solo en una época lejana a la nuestra.

El engarce entre ambas épocas es el vértigo colectivo que produce la decadencia de un imperio.

El imperio romano acosado por los bárbaros recuerda en abundancia nuestro propio tiempo. Aquellos bárbaros respondían a las mismas necesidades de los migrantes contemporáneos. “El gran problema con los bárbaros es que, atraídos por las bondades del imperio, invadían nuestras tierras (…) los empujaba el hambre y clamaban por dominios para el sembradío y la cría de animales”, dice de ellos el propio emperador.

Otro tanto podría decirse del largo dialogo del emperador con Livio Túsculo sobre el papel de la religión, y en especial del cristianismo, tema que Marco Aurelio, por cierto, no toca en sus Meditaciones. Es un guiño al lector de hoy que de los cristianos al emperador le moleste “La inclinación de los presbíteros por las mujeres y los niños. Ese continente afeminado que reinaba en sus asambleas.”

Lo lúdico no se circunscribe solo a lo político o a lo religioso. Montoya ha incluido un afectuoso homenaje a Jorge Luis Borges. Se trata de un ciego vagabundo que recorre el mundo apoyado en un bastón y acompañado de “una mujer delgada cuyo origen se ubicaba en la tierra más extrema. Allá donde residen los hombres de piel amarilla (…) La mujer era mucho más joven que él.”

Este ciego, quien tiene una particular manera de concebir el universo, parece haber leído con dos siglos de antelación “La biblioteca de Babel”, de Borges, pues asumía el universo “al modo de un intrincado asunto literario y la biblioteca, como su metáfora más elevada (…) La conformaban galerías hexagonales dueñas de anaqueles que contenían libros infinitos.”

A pesar de narrar la vida de un emperador romano dado no solo a la reflexión filosófica sino comprometido también, muy a su pesar, con la guerra, la novela se desarrolla con el tono de una crónica en la que predomina el acto reflexivo y el intento de interpretación de los acontecimientos a la luz de la filosofía estoica. No hay en el escrito fruición por lo épico, incluso cuando de batallas se trata, ni descripción alguna de variados aspectos centrales de la vida humana, como el erotismo y el sexo.

Marco Aurelio y los límites del imperio expone, un código de conducta del individuo con respecto a sí mismo, a los demás y, en general, hacia el universo. Y, por medio de las reflexiones de un emperador culto y sensible, provee una visión del poder ampliamente humanista que desborda la época del relato e invade, sin excesivo disimulo, nuestra contemporaneidad.

El tiempo implacable de los gallos

A mediados de la década de los 80, cuando formaba parte del grupo de teatro de la Escuela de Economía de la UCV —como actor de segunda, valga la acotación—, tuve la posibilidad de visitar un pueblo que fue protagonista de una de nuestras novelas emblemáticas y que, cuando la leí, supuse que todo era invención del autor, incluso el lugar en donde habitaban los personajes que poco a poco iban muriendo o desapareciendo.

—¡Vamos a Ortiz! —dijo un compañero con tal alegría que parecía que iba a descubrir algo que hasta ese momento solo era un libro de ficción—. ¡El pueblo de Casas muertas!

No fui a Ortiz, pero las personas que lo visitaron regresaron decepcionadas, puesto que no se encontraron con el pueblo fantasma que esperaban encontrar.

A veces creemos que las cosas, e incluso las personas, permanecen intactas con el transcurrir del implacable tiempo. Por esos mismos años conocí a Luis Lira, cuando él era estudiante de Medicina y un inquieto lector, que a medida que se adentraba en las lecturas de escritores venezolanos y latinoamericanos, bien fueran de ficción o no ficción, las tertulias más que amenizarse con café, cervezas o ron, él mostraba ventaja al diseccionar con bisturí un discurso y suturaba con frases literarias y una sonrisa de complicidad a la hora de sentenciar definiciones.

Una vez que culminamos los estudios en la universidad, la vida nos separó hacia destinos diferentes, aunque, como son las amistades verdaderas, cuando por casualidad nos reunimos, continuamos la conversación del último encuentro.

Hace un par de años me escribió que estaba en la búsqueda de un editor. Pensé que alguien allegado a él tenía un libro en ciernes. La sorpresa fue que a los meses publicó su primer libro de poesía, Trazos límbicos (2023), y unos meses después apareció La isla que fuiste (2023), también de poesía.

La sorpresa no es que Lira sea poeta, no. Más bien radica en la capacidad de guardar secretamente estos dos poemarios que se tocan en los extremos; y al año siguiente, aparece con la novela Pluma Negra (2024).

Ahora se presenta como novelista con un libro que retrata el realismo social de una época a través de las historias cotidianas de un pueblo que comienza a cambiar su realidad debido a la incipiente explotación de petróleo.

Al principio, Pluma Negra pareciera una escritura gallegiana. El tema, la presentación de los personajes en la escena, la influencia es indiscutible, incluso de otros autores como Arturo Úslar Pietri y Miguel Otero Silva —no en balde comencé este escrito con Casas muertas—. Pero lo que realmente marca este libro, más que influencias, es la lectura de nuestra herencia literaria.

El ¿novel? escritor en las primeras páginas se desprende de eso que acabo de señalar como “influencias”, al contar una historia de un expolio, una estafa, los amores, los desafíos, con un ritmo trepidante en donde el escritor vuelca su carga afectiva, con sus amores y odios, pero sobre todo, sus esperanzas. 

Pluma negra pudo ser una historia oral, de esas que van pasando de generación en generación, y la narración de Luis Lira no podía dejar de lado ese género donde la ficción hace posible que un recinto de pelea de gallos y estos mismos animales, pasan a ser más que un ritual.

Gabriel García Márquez contó que conoció, a través de su hijo, que para ingresar en cierta universidad anglosajona había que hacer un ensayo sobre El coronel no tiene quien le escriba. Su hijo no fue admitido por mamador de gallo, es decir, en el ensayo concluyó que al gallo del Coronel sólo le faltaba la gallina de los huevos de oro. 

Los que respondieron que el gallo era la representación del pueblo oprimido, fueron admitidos, y García Márquez se congratuló por su visión política, puesto que uno de los finales que tenía previsto era hacer un sancocho con el plumífero.

Pluma Negra mira al pasado sin nostalgia. Luis Lira lo trae a nuestro presente con un lenguaje literario lúdico, propio de estos tiempos, con la certeza de una vida —y aquí estoy parafraseando al autor sin rubor— y de intentar andar un camino, acompañado de un río de donde bebe “después de momentos de mucha sed”.