Los presidentes del Centro Nacional del Libro de Venezuela, Raúl Cazal, y de la institución cultural cubana Casa de las Américas, Abel Prieto, firmaron este lunes un acuerdo para fortalecer las relaciones interinstitucionales y avanzar en materia de cooperación editorial y cultural en beneficio de los pueblos de ambas naciones.
La firma del acuerdo se efectuó este 28 de julio, fecha en la que se conmemora el natalicio del Comandante Hugo Chávez Frías, y, además, se produce en la víspera del centenario del nacimiento de Fidel Castro, a celebrarse en 2026, por lo que con este acuerdo el Cenal y la Casa de las Américas honran la memoria de estos líderes revolucionarios y grandes promotores del libro y la lectura.
Prieto destacó que el convenio busca “impulsar proyectos de interés para ambas instituciones y para nuestros países asociados a la lectura y a la integración cultural de Nuestra América y el Caribe”.
Raúl Cazal, presidente del Cenal y también viceministro de Fomento para la Economía Cultural del MPPC, destacó la naturaleza continua de este esfuerzo de colaboración, arraigado en la Revolución Cubana, la Revolución Bolivariana y el pensamiento descolonial.
“Este acuerdo une a la Casa de las Américas y el Cenal, ente rector de la plataforma del libro y lectura del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, para promover objetivos compartidos”, apuntó.
El viceministro Cazal resaltó la importancia de la misión conjunta de promover la lectura y los libros de América Latina y el Caribe.
“La colaboración se centrará en proyectos literarios y actividades intelectuales, beneficiando a los lectores de Venezuela y Cuba”, afirmó el viceministro Cazal.
Sostuvo que el principal beneficio de este acuerdo es para el pueblo, por cuanto con este se busca una mayor difusión de la literatura y un mayor acceso a los libros y materiales de lectura.
Las historias casi siempre parten de otras historias o, por lo menos, eso es lo que creemos. El asunto está en cómo se cuenta.
Pongo sobre la mesa las referencias literarias que pudiera tener una historia —que sin dudas las debe tener porque hay una literatura que precede y en la que se sostienen las ficciones— porque el veredicto del Premio Rómulo Gallegos que dio por ganadora a la novela El simulacro de los espejos, de Vicente Battista, argumenta que es “una obra de inspiración kafkiana, que crea una atmósfera opresiva muy particular y refleja algunos de los rasgos principales que definen a la sociedad contemporánea”.
Es cierto que vivimos en un mundo y un tiempo con desquicio desmesurado, es por ello que la novela de Battista genera esa imagen, de la que se han convencido los lectores de Kafka, de que todo encierro —así como de ciertas locuras e incertidumbres— es kafkiano. Lo mismo que, podríamos decir, todo absurdo es digno de Ionesco.
Pero la realidad hecha artificio con personajes que aparecen y desaparecen por actos impropios según las normas establecidas por ciertos lugares, hace de la novela El simulacro de los espejos más que un guiño a nuestra sociedad contemporánea. La retrata como si estuviera contando la reclusión de personas que según “normas” —que en este caso se desconocen y trasgredirlas pasa a ser un delito— como tener tatuajes en la piel y ser de nacionalidad venezolana, que “merecen” ser expulsados, secuestrados, separados de su familia, especialmente de sus hijos.
Cualquier parecido con la realidad, es fantasía. No sé en donde leí o escuché esta frase, podría decir uno de los personajes de El Lugar, sitio enigmático que Battista escogió para contarnos una historia que puede ser factible, incluso en la ficción, porque retrata las relaciones humanas que se sostienen como si los personajes fueran actores que están siendo observados.
La clave de la historia está en los diálogos. Los personajes están dibujados por cómo piensan, expresados con el habla. Como dijera José Martí: “¿Quién no sabe que la lengua es jinete del pensamiento, y no su caballo?”.
El narrador también es un personaje o actor que desconoce en partes las claves que sostiene la historia que se devela con diálogos, fetiches y olvidos.
Vicente Battista expone cómo la moral conservadora hace uso de un discurso, que es hegemónico, para mostrar todas las prohibiciones y restricciones a las cuales la sociedad ha sometido a los individuos. La posibilidad de la transgresión es mal vista y si se logra, los individuos son desaparecidos.
Hay escritores que no se repiten aunque son considerados cultores de un género literario. Battista primero se formó en el cuento y obtuvo mención en Casa de Las Américas por Los muertos (1969) y su primera novela, El libro de todos los engaños (1984), es publicado cuando estaba exiliado en Europa. Siroco (1985) y Sucesos Argentinos (premio Planeta Argentina de Novela, 1995), son el comienzo de jugar en el género policial aunque el enigma es una carta que siempre está en juego en su literatura. Este último libro fue publicado por la editorial Gallimard en 2000.
El narrador de Gutiérrez a secas (2001) tiene un dejo en el tono de El simulacro de los espejos. Más bien al revés, quizás. Sin duda, es el mismo autor pero con la madurez que da el tiempo. Así como Cuaderno del ausente (2009) y Ojos que no ven (2012) son un díptico que puede leerse en el orden cronológico en que fueron publicadas, si el lector así lo prefiere.
El simulacro de los espejos fue publicada en 2024 por Hugo Benjamín (Argentina) y Garzamora Ediciones (Venezuela). El título lo toma de un texto de Jorge Luis Borges, un alérgico a la escritura de novelas por dos razones: una, su “incorregible holgazanería”, y la otra, porque gustaba vigilar lo que escribía “y, desde luego, es más fácil vigilar un cuento, en razón de su brevedad, que vigilar una novela”.
En El simulacro de los espejos Vicente Battista vigila la novela con maestría singular, humor y fidelidad con sus personajes porque lo ha escrito desde El Lugar hasta el punto final.
Tan tajante afirmación puede que sea la clave para desvelar el sentido de El simulacro de los espejos, la novela de Vicente Battista ganadora de la última edición del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos.
Al menos a eso apunta el título de la obra, un guiño al lector para advertirle que está ingresando a terrenos movedizos. En el mismo sentido discurre el epígrafe en el cual Borges afirma su convicción de que espacio y tiempo son nociones del todo subjetivas: “El espacio y el tiempo (…) son instrumentos mágicos del alma”.
Tal vez valga la pena que quien entre a esta novela se familiarice con los conceptos de simulacro y simulación del filósofo francés Jean Baudrillard. Para Baudrillard, la realidad ya no existe en lo concreto sino en el conjunto de signos y símbolos que lo sustituyen. Esa realidad otra termina por ser tan autosuficiente que guarda poca o ninguna relación con aquella que le antecede.
En sintonía con tales propuestas, Battista ha creado un mundo alternativo que parece flotar en una burbuja hermética, sin contacto con lo que solemos entender como mundo real. Se trata de un espacio en el que toda regla se reinventa, se reforman las rutinas y se sigue un código particular de conducta cuya lógica no llegaremos nunca a dilucidar.
Se ha dicho que esta es una novela kafkiana por su cercanía con lo absurdo. Algo de cierto hay en ello. Resalta, sin embargo, una diferencia clave entre ambos autores: los personajes de Kafka se ven oprimidos por una fuerza cuyo origen desconocen y de la cual les es imposible escapar; los personajes de Battista, en cambio, se someten voluntariamente a arduas pruebas con el objetivo de colmar el deseo de entrar, con la categoría de Escogidos, a ese “Lugar” donde toda lógica, costumbre e historia parecen quedar fuera.
Esta realidad paralela se caracteriza por tocar lo trascendente a través de lo banal. De hecho, todo el relato está montado sobre la reiteración de los actos cotidianos más sencillos y triviales. Constreñida la acción a un espacio reducido identificado como La Sala, parece natural que lo que allí sucede hoy sea idéntico a los sucesos de ayer y a los que ocurrirán mañana.
Para reforzar la sensación de ciclo, de cosa cerrada, el narrador reitera sin descanso las mismas fórmulas verbales, de modo de transmitir al lector un ambiente de rutina que destierra hasta las más elementales emociones.
Así pues, los eventos se describen una y otra vez con las mismas palabras. Los cuatrillizos Malerba hablan “en una lengua extraña, tal vez eslava o acaso ucraniana”. La fórmula se repite no menos de diecinueve veces a lo largo del relato.
Octavio, a quien se podría considerar el personaje principal y el único que cuestiona el orden existente en “El lugar” , se pregunta en no menos de cuarenta y cuatro ocasiones “¿Y ahora qué?”. Seguramente por eso es considerado una anomalía por la Administración de El Lugar.
La maestría de Battista reside en ir creando, en ese ambiente de aburrida rutina, un vigoroso suspenso, la expectativa de que algo está por ocurrir, que empuja al lector a seguir adentrándose en las páginas de la novela.
Hay un carácter lúdico que toca de principio a fin a El simulacro de los espejos. Sembrada de enigmas que nunca se resuelven, la novela es tierra fértil para todo tipo de interpretaciones. Una verdadera opera aperta cuyo mecanismo de funcionamiento ha sido anunciado, dentro del propio relato, por esas series que se muestran en las pantallas dispuestas en La Sala de las que se elimina el último capítulo, para que sean los espectadores quienes construyan los posibles desenlaces.
Hay, en fin, en El simulacro de los espejos una omnipresente virtualidad. Si nada es real, como se afirmó en la primera línea de esta nota, entonces todo es virtual. Hay una demostración evidente en esos espacios que se crean con solo depositar una mano sobre una pared vacía y de la cual surge lo que se desea en el momento, un bar, una biblioteca o un gimnasio.
No en balde, la última tertulia organizada por Requejo, ese alter ego del autor, tiene como tema central la inteligencia artificial. Probablemente, el oscurecimiento final de las claraboyas que iluminan El Lugar se deba al accionar del botón de apagado que anula toda la simulación.
Una revisión de la figura de Simón Bolívar y su visión de la Patria Grande, desde una perspectiva revolucionaria, popular y continental, ofreció este viernes 25 de julio en Caracas el escritor e intelectual argentino Néstor Kohan con la presentación de su obra “Simón Bolívar y nuestra independencia. Una mirada latinoamericana”, bajo una reedición a cargo de la editorial El perro y la rana, adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Cultura de Venezuela (MPPC).
La presentación del libro se desarrolló en la Librerías del Sur ubicada en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg). Acompañaron a Kohan el ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas, y el presidente del Celarg, Pedro Calzadilla. También participaron el viceministro de Fomento para la Economía Cultural y presidente del Centro Nacional del Libro (Cenal), Raúl Cazal, y el viceministro de Educación e historiador, Alejandro López.
Este libro, con el que Kohan resalta la vigencia del pensamiento bolivariano como guía para la unidad en la región, fundamentado en un análisis crítico de la historia, fue presentado también en la reciente edición número 21 de la Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven) como una de las más de cien novedades literarias que brinda este año la plataforma del libro y la lectura del MPPC.
El autor traza paralelismos entre Simón Bolívar y otros pensadores influyentes, como Karl Marx, Antonio Gramsci, Ernesto “Che” Guevara y Fidel Castro, destacando la interconexión de sus ideas revolucionarias.
Además, Kohan profundiza en las acciones y estrategias de Bolívar y el militar y político argentino José de San Martín durante la lucha por la independencia sudamericana contrastando sus enfoques sobre el papel del ejército, la participación popular y la forma de gobierno.
“Si bien Bolívar y San Martín compartían el objetivo de la independencia, sus concepciones sobre el orden político y social diferían sustancialmente. Bolívar apostaba por una integración latinoamericana y un modelo republicano con fuerte liderazgo, mientras que San Martín priorizaba la liberación militar y un enfoque más pragmático en la construcción de las naciones”, afirmó Kohan.
Fortalecimiento de la identidad latinoamericana
El ministro Ernesto Villegas celebró la reedición del libro de Néstor Kohan realizada por El perro y la rana calificándola como una valiosa adición a los estudios sobre el Libertador y su continua vigencia.
Destacó la relevancia de este tipo de publicaciones para fortalecer la identidad latinoamericana y promover una visión crítica y comprometida de la historia.
El titular del despacho de Cultura resaltó cómo la figura de Bolívar sigue generando debate y reacciones, lo que demuestra que su legado está vivo, pese a la existencia de corrientes antibolivarianas que promueven la desunión en la región y benefician a intereses contrarrevolucionarios e imperialistas.
Además, recordó la contribución del Comandante Hugo Chávez en el rescate y defensa del pensamiento bolivariano y abogó por abrazar a los referentes históricos como Bolívar y José de San Martín para encauzar las luchas de los pueblos latinoamericanos en un mismo camino.
Por su parte, Pedro Calzadilla, historiador y presidente del Celarg, elogió la obra de Kohan por su rigor investigativo, su enfoque innovador y su contribución al debate historiográfico sobre la figura de Bolívar y la independencia de América Latina.
“Para nosotros, Bolívar es identidad, un nervio central de la venezolanidad. Es el proyecto histórico de Simón Bolívar que hemos recuperado en el siglo XXI con Chávez”, resaltó Calzadilla.
Néstor Kohan (Buenos Aires, 1967) es un destacado pensador, intelectual y militante marxista argentino; ha publicado 58 libros sobre teoría social, historia y filosofía en los que ha profundizado en las complejidades de la política, la historia y los movimientos sociales latinoamericanos, considerándose así su obra como una importante contribución al pensamiento político y cultural contemporáneo.
La obra Un tren viaja al cielo de la media noche, de Tarek William Saab y publicada por Vadell Hermanos Editores y Monte Ávila Editores, fue el libro más vendido de la 21a Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven 2025), clausurada este domingo.
El anunció lo hizo al final de la ceremonia Raúl Cazal, viceministro de Fomento para la Economía Cultural y presidente del Centro Nacional del Libro, Cenal, que organiza la Filven, quien precisó que tuvieron que cruzar los datos enviados por las distintas editoriales para dar un número aproximado que “puede cambiar”.
Cazal comentó bromeando que el poeta y abogado, actual fiscal general de la República, “compite consigo mismo” en el ranking, “porque tiene como tres libros” que fueron vendidos en esta edición de la Filven. Los otros dos también se encuentran en la lista de los más vendidos.
El segundo en la lista de ranking es la Trilogía del desamor, de Miguel Ángel Pérez Pirela, publicado por Monte Ávila Editores y La Iguana Ediciones.
El tercer libro más vendido es Él es la Revolución. Biografía política de Simón Bolívar, de Sergio Guerra Vilaboy, también lanzado por Monte Ávila Editores.
Y la cuarta obra más adquirida por los lectores fue La barca de nuestros sueños inconclusos, de Rosinés Chávez, impresa por la editorial El perro y la rana, adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Cultura.
El adelanto fue recibido con aplausos entusiasmados del público presente, que saludó conocer de primera mano estos detalles.
“Autores que no se sientan conformes pueden adquirir sus libros y mover los números”, bromeó entretanto el ministro del Poder Popular para la Cutura, Ernesto Villegas, presente también en la ceremonia en una abarrotada Sala Filven.
“Desde esta mañana superamos los números de todas las ferias anteriores”, añadió. “Se han vendido más números, más ejemplares y hemos tenido más visitas de personas que en ninguna otra feria en sus 21 ediciones”.
“No podemos dar números más exactos porque mañana haremos una rendición de cuentas ante las autoridades”, volvió a expresar, visiblemente satisfecho.
Los otros seis libros más vendidos
El quinto más vendido en esta edición de la feria es Héctor Lavoe: La voz del barrio, de Sergio Santana Archbold (El perro y la rana). El sexto y el séptimo, respectivamente, Los ríos de la ira (Monte Ávila y La Espada Rota) y Soñando el largo viaje (Editorial Acirema), ambos de Tarek William Saab.
El octavo libro más vendido fue Anda nada, de Luis Britto García (Monte Ávila Editores) y el noveno María Lionza. Divinidad sin fronteras, de Daisy Barreto (Editorial El perro y la rana).
Los libros de dos de los escritores homenajeados en esta 21a Filven fueron los líderes en venta, décimo y undécimo respectivamente y ambos publicados por Monte Ávila Editores. Se trata de Reflexiones críticas en torno al Caribe, de Esteban Emilio Mosonyi, y Watunna. Un ciclo de creación en el Orinoco, de Marc de Civrieux.
Cazal señaló que las cifras “no son irreversibles” sino que pueden cambiar de aquí hasta entrada la noche o, inclusive, hasta el día lunes 14.
Entre aromas a papiro, pirámides y libros que cruzaron fronteras, el Pabellón Egipto se ha convertido en una parada obligatoria de la 21a Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven) 2025. Bajo el cuidado de su delegación diplomática, quienes se muestran muy contentos con la receptividad, los visitantes en estos espacios encuentran no solo literatura, sino también artesanía y una particular hospitalidad egipcia que ha sabido conectarse profundamente con el alma de los venezolanos.
Greis Greige, integrante de la delegación de la Embajada de Egipto, cuenta con orgullo que la respuesta ha sido inesperadamente hermosa. “La gente se acerca al estand para hablar, para comprar artesanías…y los egipcios están maravillados con la atención del Gobierno, del personal de la Filven. Les encanta Venezuela”. El Pabellón Egipto exhibe libros en árabe, inglés y también en español. Al respecto, Greige comentó que los encargados se han sorprendido con la acogida de sus obras en árabe. “Aunque muchos no pueden leerlas, las adquieren atraídos por sus ilustraciones, el diseño y el deseo de llevarse un pedacito de Egipto a casa”.
Entre los más buscados también destacan libros infantiles para colorear con imágenes de paisajes y monumentos egipcios, así como el libro sobre el exmandatario Gamal Abdel Nasser. Por otra parte, una joya narrativa que ha capturado miradas son los cuentos de Alejandra, una niña venezolana que viaja por Alejandría, Aswan y Luxor descubriendo la historia del papiro y creando metáforas que enlanzan ambas culturas. Estas obras de Iliana Gómez, publicados por la editorial egipcia Hapi, se presentaron como parte de las actividades de la Feria.
La recreación de una esfinge y una pirámide dentro del recinto son testigos de esta experiencia que convierte la visita en un pequeño viaje inmersivo. Quienes no adquieren libros, aprovechan la oportunidad para tomarse fotos y sumergirse en esta cultura. “Se siente como si estuvieramos visitando un pedazo de Egipto aquí en Venezuela”, comentó Greis con una sonrisa que parece envolver todo el pabellón.
La Filven entra en su recta final
Esta fiesta que celebra la literatura, fomenta también los encuentros que trascienden el idioma, la geografía y el tiempo. El Pabellón Egipto, con su calidez y riqueza cultural, es una prueba viva de ello.
Queda solo un día para recorrer sus pasillos llenos de historias, encuentros, experiencias y aprendizajes. Las familias aún tienen tiempo de sumarse a esta celebración de la palabra, disfrutar las actividades culturales y, sobre todo, de visitar este espacio, un rincón encantado donde literatura, la tradición y el arte se funden en una experiencia que trasciende fronteras. ¡El corazón de Egipto sigue latiendo en Caracas por un día más!
Un ambiente distendido caracterizó el viernes a la 21a Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven) 2025. Desde temprano, familias completas y grupos de amigos recorrieron los estands de la plaza de la Juventud y la Galería de Arte Nacional, donde la exposición de obras venezolanas dialogaba con las novedades editoriales. Se registró una gran afluencia de público, con un ambiente de curiosidad y alegría compartida entre libros y obras artísticas.
La poesía y la historia abrieron la jornada. En la Sala Filven, Pedro Calzadilla y Raúl Cazal presentaron el libro (bifronte) Hojas sueltas y Guacho, de la homenajeada Judith Valencia, mientras en la Mosonyi, Luis Britto García acompañaba el foro “Entre el Orinoco y el Nilo” con académicos venezolanos y egipcios. Dos salas más allá, Roger Herrera desgranaba a “Bolívar y el discurso poético” ante un público ávido, y en la sala Civreaux, Egidio Gabriel Saldivia, de la Biblioteca Nacional, tejía estrategias para crear comunidades lectoras.
La mañana continuó celebrando raíces culturales: en Civreaux, Vladimir Sosa Sarabia y Humberto Castillo presentaron la Filmografía venezolana 1954-1972, testimonio de 59 años de trabajo de la Cinemateca Nacional. En paralelo, Armando Carías defendía los “Derechos de niños a escuchar cuentos”, con intervenciones teatrales del grupo Comunicalle, y la ministra Gabriela Jiménez mostraba nuevas publicaciones del Ministerio del Poder Popular para la Ciencia y Tecnología.
Al mediodía, la memoria tomó la palabra: en la sala Civreaux, José Gregorio Linares reveló secretos del Archivo Histórico de Miraflores, mientras en la Sala Filven, Jessica Serrano Jayaro guiaba a madres y padres en el abordaje del autismo con Umbrales e infinitos.
La tarde tejió rutas simultáneas. En la Sala Mosonyi, Daisy Barreto desentrañaba las raíces de María Lionza: divinidad sin fronteras, fusionando investigación científica con la exaltación de esta figura sagrada que encarna tradiciones ancestrales venezolanas. Además, contrastes literarios brillaban en otros espacios en la presentación de la autora argentina Natalia Bericat, quien presentaba su novela Los jardines de Juana, sobre salud mental, en la Sala Filven, mientras el peruano Jorge Millones analizaba el impacto social de la tecnología con Inteligencia Artificial y estupidez natural, en la Sala Egipto
Afuera, en la Plaza de la Juventud, el grupo La Obra de los Mimos transformaba mitos egipcios en teatro gestual con “Los misterios del antiguo Egipto”, rodeado de familias que disfrutaron la presentación. Dentro, en la Sala Fragui, Enrique Hernández D’Jesús rendía tributo al vanguardista Libro mudo, de Carlos Contramaestre, sumergiendo al público en la irreverencia del arte experimental.
Al caer la noche, la Sala Filven se convirtió en santuario de memoria. La investigadora Joanna Cadenas presentó Cine y revitalización indígena, junto al cineasta Carlos Azpúrua y el antropólogo homenajeado, Esteban Emilio Mosonyi. El acto incluyó la proyección del documental fundacional Yo hablo a Caracas (1978) y el avance del próximo largometraje Mosonyi, guardián de las palabras, tejiendo un diálogo entre luchas originarias y resistencia cultural.
Al cierre de la jornada también se presentó Sobre blanco / On white, de Freddy Ñáñez, una obra que busca derribar las percepciones que ubican a la poesía fuera de la racionalidad, lejos de su verdadero arraigo: el lenguaje.
Este sábado, la Filven extiende su invitación final: un último fin de semana para perderse entre libros abrazados por el arte, donde cada sala es un refugio y cada palabra, un puente hacia el otro.
Durante la 21a Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven) 2025, asistentes de distintas nacionalidaded han reafirmado la posición de Venezuela como un bastión en la lucha contra el fascismo, imperialismo y sionismo. Cada año, la Feria se va consolidando como un espacio de reflexión y resistencia cultural, donde destacan voces y pensamientos que abogan por la justicia y la igualdad en el mundo.
Wafica Ibrahim, directora de la cadena informativa Almayadeen para Latinoamérica, subrayó que “Venezuela se ha convertido en el epicentro del antifascismo universal”. La comunicadora destacó la importancia de la Venezuela chavista y bolivariana en la resistencia contra las fuerzas imperialistas que amenazan a los pueblos. Para ella, la Feria con su programación refleja este principio, con editoriales que promueven causas significativas y encuentros que giran en torno a las luchas de los pueblos.
“Las editoriales que participan, en su mayoría, son casas con causa, producciones con causa. Al pasear por la Feria puedes ver que tienen entre sus lemas la causa que quisieron hacer llegar a través de sus libros. Eso, más todos los encuentros que se están realizando, charlas, conversatorios y conferencias, todo gira alrededor de la causa de nuestros pueblos”, expresó Ibrahim.
Por su parte, Ramón Medero, presidente de la Fundación Segundo Paso para Nuestra América, enfatizó que “Venezuela es un epicentro clave para luchar contra el fascismo en nuestra América”. De igual manera, advirtió sobre el avance del fascismo en la región y la necesidad existente para que Venezuela actúe como un muro de contención. La Filven, según él, es una herramienta poderosa que reivindica la literatura y el arte como formas de resistencia contra el fascismo.
“La Filven es una feria que exalta la creatividad, la literatura, los valores más nobles de la humanidad que están en manos y en boca de escritores, poetas, literatos, niños y del arte en general. Es una herramienta, un arma poderosa de destrucción del fascismo y para la construcción de un mundo mejor. Es así como este evento reivindica el humanismo, siendo una propuesta para la refundación de la humanidad”, señaló.
Barrera contra el fascismo
Rafael Hernández Garcés, de la Dirección de Cultura del estado Sucre, calificó la Filven como una “barrera contra el fascismo”, porque ubica a Venezuela en el centro de la política y cultura mundial. La Feria ofrece alternativas válidas frente a las amenazas del fascismo contemporáneo. “Sin duda alguna, el conjunto de experiencias que se han vivido acá, estos días, servirá de mucho como vivencias para plantarle cara al fascismo, a sus personajes y mecanismos”.
En tanto, el historiador Eloy Reverón resaltó la importancia de la Feria como un espacio que se alinea con los principios bolivarianos de libertad, unión e integración, todos y cada uno de ellos intrínsecamente opuestos al fascismo. “El hecho de ser una feria bolivariana, en la República Bolivariana de Venezuela, ya nos guía con una serie de principios que por antonomasia se oponen al fascismo”, explicó.
Espacio de resistencia cultural
La Filven 2025 celebra mucho más que literatura, pues también se erige como un espacio de resistencia cultural, donde las ideas de libertad y justicia se promueven en el contexto mundial actual. Los testimonios recogidos reflejan un compromiso con la defensa de los valores humanos frente a la opresión y la injusticia social.
Venezuela, en ese contexto, se posiciona como un país en lucha y un referente para otros pueblos que buscan resistir frente a la adversidad. La Filven, en su esencia, se convierte en una tribuna poderosa para la revolución cultural que busca construir un futuro mejor.
La 21a Feria Internacional del Libro de Venezuela seguirá abierta al público hasta el próximo domingo 13 de julio en la Galería de Arte Nacional y la plaza de la Juventud de Caracas, con actividades de formación, presentaciones de libros, conversatorios, homenajes y una amplia programación en su pabellón infantil.
Las aguas de dos ríos milenarios siguen fluyendo juntos y con ellos traen voces de resistencia a la Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven) 2025. Este miércoles 9 de julio, la fiesta de la palabra se convirtió en un escenario donde la literatura, la memoria histórica, la promoción de la lectura y el libro como plan nacional y la preservación cultural entretejieron una jornada inolvidable.
En horas de la mañana, la lluvia arreció contra Caracas. En la Galería de Arte Nacional y la plaza de la Juventud, los libreros llegaban por gotas para armar los tarantines donde exponen tesoros literarios. Sin embargo, tras ver cómo el aguacero era arropado por los rayos del sol, los amantes de los libros comenzaron a llegar para unirse a la celebración.
El VII Encuentro de Formadores y Mediadores para la Lectura se dio con éxito. Hombres y mujeres compartieron ideas y propuestas para la consolidación del Plan Nacional de Lectura “Manuel Vadell”. A la cita asistió el ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas Poljak.
Desde allí, Villegas instó a los presentes a convertir a Venezuela en “la sala de lectura permanente más grande del planeta” y avanzar en propuestas para masificar la lectura, tal como lo instruyó el presidente Nicolás Maduro durante la inauguración de la Filven.
Muchas voces surgieron en respuesta para destacar la importancia de territorializar la lectura, con el fin de llegar a todos los rincones del país. Para que la lectura tome las comunas, germinaron entre todos los presentes algunas ideas sobre bibliotecas y salas de lecturas comunales.
En paralelo, la dinámica se extendía después de las 10:00 de la mañana, cuando jóvenes, periodistas y escritores participaron en el Taller de redacción para escritores y periodistas, dictado por la escritora mexicana, Beatriz María Escalante. Este espacio de desarrollo sirvió para despejar dudas, mejorar técnicas, intercambiar experiencias y, sobre todo, incentivar el amor por narrar.
Por Juan Calzadilla
En una expresión de admiración y cariño, poetas de fronteras diversas convergieron en una sola voz por el poeta y artista plástico venezolano Juan Calzadilla, quien trascendió a la inmortalidad el pasado 15 de junio. En un recital poético convocado por Abisinia Editorial, le cantaron a su vida, a su obra poética y a todo él, porque hoy es impronta en la poesía nuestroamericana.
En la sala que, como homenaje, lleva su nombre se reunieron para leerle y declamarle, mientras parte de su obra pictórica –esas figuras humanas que danzan entre trazos negros– les miraba desde el rincón de la eternidad. Adicionalmente, Fredy Yezzed, editor de la casa editorial que hizo la invitación, reveló que ya trabajan en una obra reunida de Juan Calzadilla.
Entre ríos y libros
El día anticipaba una tarde con sol de lluvia y mantuvo asustados a muchos. Sin embargo, la amenaza se borró con el brillo luminoso del astro que salió a brindar su color y calor. Las presentaciones de libros amenizaron la fiesta, destacando el texto Las derivas autoritarias del capitalismo, que se consagró entre los asistentes como una herramienta para desmontar las prácticas a las que el imperialismo recurre para ejercer dominio sobre los pueblos.
Acto seguido, la energía contagiosa del escritor mexicano Óscar de la Borbolla hizo reír a todos los presentes en la Sala Filven, durante la presentación de su novela Pasado cero, donde reflexiona sobre la pérdida de la memoria y la búsqueda de la identidad.
Con humor y amor, como diría el poeta Aquiles Nazoa, hizo del escenario una gran sala de narración escénica, como un cuentacuentos, para compartir anécdotas de su vida y sobre su nueva obra literaria.
¡A la carga!
No se puede terminar este recuento sin pasear por el lugar con la mayor cantidad de magia en toda la Filven: el Pabellón Infantil. A pesar de la lluvia y las calles anegadas, los retrasos del Metro y las camionetas, los niños se montaban en la curiara que cruza el Orinoco y el Nilo y gritaban: ¡A la carga!, con toda su imaginación.
Tanto las salas de dibujo y lectura, como el anfiteatro, se desbordaron de pequeños que llegaban de comunidades, escuelas y comunas. No hubo momento de descanso. A pesar de las actividades programadas, tuvieron que inventarse otras para cumplir el sueño de los visitantes: navegar en la imaginación.
Así es la Filven. Se desborda de alegría, uno se encuentra con amigos, se llora a quienes se despiden, se ríe con quienes se comparte desde el humor, se celebra. Esta fiesta continúa hasta el domingo 13 de julio con presentaciones de libros, charlas, talleres y debates. Fiesta y más fiesta de la palabra en torno al libro, con Egipto como país invitado de honor.
Este martes 8 de julio, la 21a Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven) 2025 confirmó su vocación esencial de convertir los libros en puentes accesibles para sus visitantes. Desde tempranas horas de la mañana, la feria desplegó su dinámica y multitudinaria variedad de stands en la Galería de Arte Nacional y en la plaza de la Juventud de Caracas.
Es un epicentro cultural donde clásicos universales, estudios políticos y académicos, narrativas contemporáneas, poesía vibrante y álbumes infantiles conviven en los estands abarrotados de personas. Visitantes de todas las edades y de diferentes naciones exploran este mosaico literario que demuestra cómo los libros tejen una comunidad de ávidos lectores.
El día en múltiples voces
Mientras se analizaban los vínculos bolivarianos con el continente africano en la presentación del libro Hugo Chávez y la Madre África, el historiador Ubaldo García reivindicaba en otra sala al prócer trujillano Antonio Nicolás Briceño con documentos que humanizan su lucha. Además, la Feria mostró su capacidad para albergar diálogos simultáneos: el VII Coloquio de Literatura Infantil y Juvenil contrastaba con debates sobre algoritmos y poder, mientras talleres docentes como Una gota de luna sembraban estrategias pedagógicas.
Homenajes que trascienden
La tarde rindió tributo a dos pilares culturales: Esteban Emilio Mosonyi, honrado con Reflexiones críticas en torno al Caribe, y Juan Calzadilla, cuya antología Cabos sueltos reunió a tres generaciones. El momento lírico lo coronó la cubana Nancy Morejón con Pájara de cristal, fósforo y aire, donde versos como Tengo los pies sobre la tierra y la frente en lo infinito resonaron entre el público.
Atardecer con reflexión política
El rector de la Universidad Nacional de las Comunas, Jorge Arreaza, y el ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas, cerraron la jornada analizando Hommo Populus, del economista venezolano Luis Berrizbeitía. Acto seguido, las últimas luces de la Feria se iban apagando entre familias que buscaban tesoros literarios con esa emoción única de quien sabe que un libro espera para expandir sus horizontes.
La Filven 2025 seguirá con sus puertas abiertas hasta el domingo 13 de julio, destacando en la ciudad capital como un espacio donde cada libro abierto es una ventana a Venezuela. Bajo el lema “Leer humaniza”, este laberinto de letras invita a perderse para encontrarnos nuevamente en comunidad.