Este viernes 11 de noviembre finalizó el ciclo de conversatorio Oficios del libro, presentado por el Centro Nacional del Libro, con un tema que abordó uno de los últimos eslabones del proceso que implica la publicación de una obra escrita. ¿Cómo me hice ilustrador? Fue el nombre de la charla que estuvo a cargo de Clementina Cortés, una ilustradora venezolana con más de 25 años de trayectoria, quien también ha ejecutado labores como diseñadora gráfica.
En una conversación con el público de la XII Feria Internacional del Libro de Venezuela, Filven 2016, la especialista se presentó como una amante de la comunicación visual. “Para todo en la vida la ilustración es un aporte más, es un recurso que siempre contribuye a los procesos comunicativos, bien sea para la política o para el arte. Se puede ver en los medios de comunicación, afiches en la calle, logotipos, imágenes gráficas de un proyecto. Todo discurso tiene atrás un comunicador visual”, expuso.
Dijo que la ilustración y cualquier mensaje visual son en la actualidad, cuando el debate político es constante, factores de mucha importancia porque continuamente se producen argumentos que defienden ideas que se enfrentan entre sí. Por eso, “dentro de la ilustración hay una rama especifica que se llama ´ilustración editorial´, que es un recurso que apoya, justamente, el argumento dentro del área para la que trabaja, sea una empresa, un ente o líder político, etc.”
Cortés destacó que el oficio del ilustrador (a) ha adquirido mayor dimensión en los últimos años. “Antes, cuando yo empecé a estudiar, nadie sabía de qué se trataba esta carrera, hoy por hoy es muy rara la persona que no maneja la información de lo que es un diseñador gráfico, por eso ha adquirido tanta relevancia en el ámbito laboral”, explicó.
Ella comenzó sus estudios en el Instituto del Diseño de la Fundación Neumann y tuvo la oportunidad de conocer a grandes profesores de la materia, entre ellos: Luisa Richter y Alirio Palacio, artistas plásticos, y Edgar Sánchez, pintor, dibujante y grabador. “Ellos, junto a otros grandes maestros, fueron los que alimentaron, nutrieron y formaron a los diseñadores de hoy en día”, profundizó.
Luego de hacer un recorrido por su trayectoria profesional y de enfatizar en su inicio como dibujante de plantas para un botánico, explicó que la creatividad y el amor por la vida son los dos ejes transversales de la carrera. “Tienes que querer queriendo, es decir, ser curioso, sensible, reconocer al otro y querer representar la vida con un estilo propio”, subrayó.
En este sentido, aclaró que el ilustrado debe ser, indispensablemente, un investigador, pues en ese proceso va a darle sentido a sus proyectos. “Debe investigar sobre el tema y el autor pero, también, sobre las posibles técnicas que va a implementar durante el desarrollo del trabajo”, puntualizó.
Esto va a permitir que el artista obtenga un estilo propio que lo diferencie de los demás, tomando en cuenta la competencia que existe en todo el mundo, “tanto, como los abogados”.
Cortés describe su propuesta como minimalista, “hay una síntesis gráfica, la idea es que el diseño produzca un impacto inmediato, por eso el color es plano y las líneas muy limpias”, describió, al reconocer que no había hecho antes el ejercicio de evaluar su trabajo con tanta responsabilidad.
En cuanto a la evolución tecnológica, indicó que su labor no se ha visto comprometida por los nuevos dispositivos, más bien los señaló como una gran ayuda. “Debemos tratar de acoplarnos y aprender de los nuevos inventos. Sin embargo, lo analógico no se debe olvidar. Estoy segura que vamos a convivir mucho tiempo más entre lo análogo y lo digital”, consideró.
Para cerrar su disertación recomendó la creación de nuevas escuelas que enseñen este oficio. “Mientras más posibilidades haya de enseñar en las escuelas que todos podemos dibujar, que todos podemos comunicarnos a través de la ilustración, del dibujo y de la gráfica, habrá más éxito, más ilustradores y diseñadores”, dijo.
Resaltó que de esta carrera se puede vivir, pero para eso se necesitan instituciones que enseñen los valores universales, “la creatividad es innata al ser humano y necesitamos desarrollarla porque ahí está justamente el impulso del cambio, el ejercicio de inventarnos, reinventarnos y darle formas nuevas a la vida”, finalizó.
T/ Prensa MPPC