El Instituto Autónomo Centro Nacional del Libro (CENAL); ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura promueve anualmente, desde el año 2011, el concurso Becas de Estímulo a la Creación Literaria, con el firme propósito de estimular, fomentar y respaldar los proyectos de creación literaria originales e inéditos de escritoras y escritores venezolanos o extranjeros residentes en el país, los cuales estén en fase de desarrollo, redactados en castellano o bilingüe; desde lengua indígena, y que no estén comprometidos en otro concurso ni que estén siendo objeto de apoyo económico alguno.
Desde el 1 de julio hasta el 31 de agosto el CENAL dio apertura a la recepción de proyectos para participar en el concurso de becas, que en su edición 2017 incluyó las categorías: Testimonio, Biografías, Memorias y Ensayo en Mediación de la Lectura.
El jurado calificador emitió el 15 de septiembre su veredicto por unanimidad, resultando electo en la categoría Ensayo el proyecto creativo: Cuaderno Hipertextual. Apuntes y experiencias de una lectura/escritura anfibia, del escritor barinés Miguel Antonio Guevara, “por su singular visión del desarrollo de la escritura y la lectura desde el espacio virtual venezolano que viene desarrollándose desde hace algunos años”.
Tras haber sido elegido como merecedor de la beca, Miguel Antonio Guevara expresó que su participación en el concurso no comporta a un asunto de “ganar por ganar” o de “publicar por publicas” sino de exteriorizar un trabajo de reflexión que pudiera ser tomado en cuenta desde una institución como el CENAL; encargada de generar y promover las políticas culturales en torno al libro y la lectura en el país.
Este “incipiente escritor”; tal y como se describe a sí mismo, expresó que durante su infancia y adolescencia los libros adoptaron una figura protagónica, motivándolo así a escribir y a leer con un poco más de ímpetu y entusiasmo que otros, a quienes a su vez los incentivaba a hacerlo de la misma manera.
“Como escritor, como creador, fue hace unos 10 años que comencé a participar en recitales y actividades de promoción en la ciudad de Caracas y Barinas, en comunidades, bibliotecas y otras convocatorias, y pues me motivó lo que creo mueve a todo el que escribe: una necesidad de comunicar lo que escribe”, sostuvo.
Fue a partir de los 20 años de edad, según precisó Guevara, que reflexionó respecto a incursionar formalmente en el mundo de la cultura literaria, ideando hasta el hecho de lograr escribir sus propios cuentos. “Desde entonces es a partir de esa edad que decido compartir lo que escribía, en ese entonces poemas y crónicas, leyéndolos tanto en las actividades como en espacios digitales, blogs propiamente”, rememoró.
Miguel Antonio Guevara se autodefine en el demandante universo literario nacional como “un promotor y mediador entusiasta”. Misma inspiración que lo condujo que seguir cristalizando sus propósitos de vida al participar en el concurso Becas de Estímulo a la Creación Literaria del CENAL con su proyecto Cuaderno Hipertextual. Apuntes y experiencias de una lectura/escritura anfibia.
Al respecto, manifestó: “Aunque mi participación en el campo cultural ha sido primordialmente desde la poesía, la edición alternativa y la promoción sociocultural, uno con el tiempo se da cuenta que lo que más produce es sistematización, registro de experiencias en dicho campo. Así que en ese momento de la convocatoria tenía material suficiente en ese género para poder participar. Ya he tenido la oportunidad de ser reconocido en otros géneros, como en el caso de la poesía y el periodismo, así que me pregunté, ¿por qué no probar con otras formas discursivas?, básicamente por ahí se orientan mis motivaciones”.
Rememoró que aunque su formación como lector y escritor sea autodidacta, sus estudios formales son en el área de las ciencias sociales que permanentemente atraviesan el discurso literario y se alimentan entre sí. “Por eso es que tomo una frase de una entrevista radial que le realizaría al poeta venezolano Luis Enrique Belmonte, me considero un lector y un escritor anfibio, que como dichos animales, estoy en el agua y en la tierra, es decir, entre lo digital y lo físico, ni más de un lado ni del otro, sino conviviendo con las dos posibilidades, tanto por las circunstancias históricas de la sociedad frente a las nuevas tecnologías, como por interés propio e incluso signo generacional. Así que me planteo que estos espacios nos ofrecen oportunidades para masificar formas otras de pensarnos y escribirnos. De crear comunidad(es) digital(es), promotoras del conocimiento libre, del pensamiento crítico interconectado en el ahora usuario devenido en productor de contenidos web. Porque no es solo el acto de escribir o del objeto libro como dispositivo, sino de la necesaria reflexión crítica para accionar en la realidad, es decir, la lectura y la escritura como un acto de construcción de realidad y de desconstrucción también”.
Este creativo autor venezolano ha venido escribiendo sobre el impacto del campo digital en la escritura desde sus inicios en los blogs, sin embargo, es a partir del año 2015 cuando decide consolidarlo en un libro. “En ese momento acababa de mudarme de plataforma y unificar todos mis blogs en uno solo, que es el que llevo actualmente, digamos que ahí nace la idea de la bitácora hipertextual y anfibia (https://cuadernohipertextual.wordpress.com/), de una reflexión que lleva a la otra, porque al tiempo de ver el registro y la sistematización vas dándote cuenta cómo las inquietudes que puedes tener como creador no son tan nuevas, sino que venían cobrando forma desde hace tiempo, solo que concretándose en la medida en que vas viendo la totalidad de lo escrito como parte de una línea de tiempo, y esa posibilidad te la ofrecen, por ejemplo, las herramientas digitales”, recalcó.
El proyecto literario fue presentado ante el CENAL bajo el seudónimo Aguas que corren, en honor a su compañera, Yuruhary, cuyo nombre viene del Pemón, que significa río, aguas que corren o río chiquito.
Guevara define “la ética, la estética y las políticas” como sus “ideales” literarios, considerando a su vez la literatura como “un mecanismo, un dispositivo, un discurso a través del cual pueda expresar dichas prácticas e intereses […] Como toda persona trato de tener un proyecto de vida hermanado en todas sus dimensiones. Lo que uno escribe es como un boceto no solo de cómo ve críticamente las cosas sino también cómo nos gustaría que fuesen y las contradicciones implícitas en ello. Lo que buscamos cuando escribimos y leemos es una práctica de conocernos más a nosotros mismos”.
Aseguró que no había tenido la oportunidad de participar en algún concurso de becas, pero su obra literaria desde la óptica periodística, titulado: Diálogo cruzado; compuesto por entrevistas a poetas venezolanos y latinoamericanos, fue galardonado en el año 2012 al recibir la mención nacional en periodismo de la Gran Explosión Cultural Bicentenaria.
“Creo que el CENAL ha realizado grandes esfuerzos en materia de política cultural, que son palpables en políticas vertebrales de la cultura nacional, como en el caso de la Feria Internacional del Libro, los talleres de formación a lo largo de todo el territorio nacional, las campañas de lectura y una numerosa lista de políticas del sector libro, eso es insoslayable, en múltiples oportunidades he comentado que no se puede analizar objetivamente el “mundo literario” venezolano invisibilizando la política cultural realizada en tiempos del chavismo, como de hecho ciertos sectores se han puesto como oficio, sin embargo, creo que todavía podemos realizar muchísimas cosas, incluso en medio de la crisis económica impuesta por elementos internos y externos a nuestro país. Contamos con muchísima gente llena de ideas y proyectos encaminados, palpables, sobre todo en el área editorial y escritural en ámbitos físicos, y sobre todo digitales. No solo el CENAL, sino las instituciones, tanto del Estado como los movimientos sociales e individualidades del campo cultural, necesitan potenciar y construir nuevas formas de concebir las herramientas de legitimación y reconocimiento de los referentes literarios, estéticos y políticos”, opinó.
En el año 2011 publicó Por la palabra; a través de la Fundación Editorial El perro y la rana, una compilación de ensayos, artículos y notas sobre escritura, literatura y mediación de la lectura que reúne los textos que publicó en una columna con el mismo nombre que tuvo en la página literaria dirigida por el ensayista venezolano Carlos Yusti, del periódico El Venezolano de Ciudad Guayana. De igual manera, tuvo la oportunidad de dar talleres de creación literaria por la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello, además de participar en la mayoría de las ediciones del Festival Mundial de la Poesía y la Feria Internacional del Libro, tanto en el ámbito regional como en la capital venezolana.
“Estamos llenos de ventajas al contrario de lo que se cree. Por ejemplo, el hecho de no poseer una industria cultural del tamaño de México, Argentina o Brasil, nos ayuda a no repetir patrones y más a asimilar críticamente sus experiencias y construir una totalmente distinta y nueva. Me explico, hay quiénes se preocupan porque no haya un sistema de circulación de bienes culturales o de agenciar autores como sí lo tienen en estos países, sin embargo, dichos niveles de industrialización solo son posibles a que en estas sociedades haya mayor explotación y subcontratación de quiénes forman parte de la maquila editorial del mundo. A mayor cantidad de libros producidos y vendidos, mayor cantidad de gente que deja su energía vital allí, y otros que nunca con capaces de adquirir dichos bienes culturales, por eso me pregunto, ¿acaso emular, repetir, copiar modelos foráneos será nuestra tarea como creadoras y creadores?, creo que tenemos una oportunidad única, con una heterodoxa tradición de grandes pensadoras y pensadores en diferentes áreas o géneros de la escritura para construir nuestra propia forma de entender la fortificación de los valores y referentes culturales del país”, concluyó en un mensaje dirigido a los potenciales escritores y activistas culturales venezolanos.
T/ CENAL