Las comunidades migrantes y sus aportes a la edición en Venezuela fue el tema de conversación que, de la mano con Estela Aganchul, Luis Alberto Crespo y Oscar Rodríguez, trajo el Centro Nacional del Libro (Cenal), bajo la dirección del periodista, escritor y editor Raúl Cazal, a la 14va Feria Internacional del Libro de Venezuela – Filven 2018, el jueves 15 de noviembre, en la sala Ana Enriqueta Terán de la casa de Gobierno del Distrito Capital.
Raúl Cazal, de origen paraguayo y nacionalizado como venezolano, señaló que el espacio dedicado a los migrantes y sus aportes a la edición en Venezuela es de fundamental trascendencia dada la presencia en el país de hermanos provenientes de diversas latitudes que suman valores en los diferentes órdenes de la vida nacional, incluyendo el mundo editorial.
En ese contexto, Rodríguez Ortiz, escritor y crítico, comentó, por ejemplo, sobre los aportes del uruguayo Angel Rama, quien después de diez años de haber llegado a Venezuela, y con el apoyo de José Ramón Medina, fundó la editorial Biblioteca Ayacucho.
Destacó que Rama en su propia editorial y en sus propios periódicos ya escribía regularmente sobre temas venezolanos. “Fue una de las cabezas que creó la idea de que había una nueva generación literaria en Venezuela que marcaba la época y que se distinguía de todas las anteriores”.
Uno de los aportes más importantes en el campo editorial de este estudioso latinoamericano –continuó Rodríguez- fue la edición y publicación de los cuentos del venezolano Salvador Garmendia, por lo que “fue prácticamente el que lanzó a Garmendia al ámbito latinoamericano”.
Por su parte, el poeta venezolano Luis Alberto Crespo, actual presidente de la Fundación Biblioteca Ayacucho, se paseó por la venezolanidad de algunos personajes migrantes que llegaron a este país y por arraigarse de tal forma a Venezuela no es de imaginarse que no nacieron aquí, como es el caso del pintor español Manuel Cabré, que, como lo señaló Crespo, “nadie es más venezolano que él”.
Así también se refirió a Ángel Rama, esta vez como cronista y como crítico literario. “Le debo a Ángel ese afecto que sintió por mi para apoyarme en el papel literario cuya dirección yo asumía en ese momento en 1974”.
La editora Aganchul, nacida en Argentina y residenciada en Venezuela desde 1976 tras ser exiliada, destacó que más allá de lo que haya aportado a la industria editorial venezolana en su condición de extranjera, ha sido más bien Venezuela el país que le ha brindado grandes aportes a ella. “Todo lo que yo he hecho lo que hecho aquí”, dijo agradecida con el calor que recibió de la nación del Libertador Simón Bolívar.
Prensa Cenal