20.ª Filven en Puerto Ayacucho visibilizó auge literario de Amazonas

La 20.ª Filven Amazonas culminó con éxito sus tres días de actividades en el Centro Cultural Amazonas, Biblioteca Pública Simón Rodríguez y la Casa Amarilla de Puerto Ayacucho, municipio Atures, bajo el lema Leer transforma.

Este encuentro literario en suelo amazonense, celebrado del 28 al 30 de noviembre, visibilizó el auge literario y cultural de la entidad, una ciudad donde sus niños y jóvenes avanzan en la escritura de distintos géneros literarios tomando como referencia, entre otras, las obras de sus escritores regionales publicadas por las editoriales del Ministerio del Poder Popular para la Cultura (MPPC).

En esta cita con las letras se realizaron más de 40 actividades literarias y culturales, entre presentaciones de libros, recitales de poesía, conversatorios y talleres de formación.

El capítulo Amazonas de la Filven vinculó las novedades de El perro y la rana, Monte Ávila y Biblioteca Ayacucho, adscritas al MPPC, con las lectoras y lectores amazonenses, quienes se mostraron complacidos al tener a su disposición las publicaciones más recientes de autores venezolanos y latinoamericanos, entre ellos José Rosario Escobar, escritor regional homenajeado, y Ramón Ojeda, autor apureño invitado en esta edición regional.

Filven resguarda cuentos, mitos y leyendas del pueblo Baré

Entre los títulos presentados durante la fiesta literaria estuvo el libro Achelekáwaka de la escritora Nieves Azuaje, quien imparte la lengua Baré en los niños y niñas descendientes de este pueblo originario.

“Estos cuentos están inspirados en esas historias y hechos que ocurren en nuestra tierra referente a la cultura Baré. Están ambientados en el municipio Río Negro, nuestra tierra ancestral, y los presento de forma atractiva para que niños y adultos tengan acceso a nuestra cultura”, explicó.

Asimismo, la autora señaló que la lengua Baré estuvo debilitada debido a la esclavitud que sufrieron los indígenas durante el auge de la explotación del caucho. En dicho contexto, los padres Baré decidieron no transferir la lengua a sus hijos para protegerlos de la persecusión esclavista.

En 2008 Nieves Azuaje y otros docentes jubilados del pueblo Baré crearon la Escuela de idioma Baré Pompilio Yacame, donde este destacado hablante y escribiente Baré los formó para replicar dicha lengua en cuatro nichos lingüísticos.

En 2023 la Fundación El perro y la Rana publica Achelekáwaka, siendo este compendio de cuentos una nueva estrategia de Azuaje para promover el interés en su cultura.

“La filven es una oportunidad maravillosa donde los escritores de toda Venezuela podamos exponer nuestros trabajos para que se den a conocer en Venezuela y en el mundo”, indicó.

Poetas de Amazonas levantaron su voz por Palestina

El día de clausura de la 20.ª Filven Amazonas incluyó en su programación el recital Si callan su lucha, alza tu voz: ¡Palestina libre! donde poetas regionales reflexionaron sobre el ataque genocida al pueblo palestino por parte del ejército criminal de Israel.

El profesor Carlos Romero aseguró que esta actividad muestra que los poetas amazonenses se conmueven ante la injusticia y el dolor que vive un pueblo que persiste pese a la adversidad.

Los participantes leyeron algunos poemas de Mahmud Darwish, exiliado de su asentamiento en 1948 por los embates de este conflicto.

El director del Gabinete Estadal de Cultura de Amazonas, Luis Rincones, explicó que los ataques al pueblo palestino no son un hecho aislado, sino que corresponden a un proyecto de dominación que también está tocando las puertas de Venezuela; es allí donde radica la importancia de la sensibilización sobre este tema a los venezolanos.

La Filven es organizada por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura (MPPC), a través del Centro Nacional del Libro (Cenal), y en los estados cuenta con el apoyo de los gabinetes estadales de cultura y autoridades regionales.

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Se hizo viral reel de Las formas del libro sobre Simón Bolívar

El programa Las formas del libro, dirigido y conducido por el periodista Raúl Cazal, estrenó su episodio 50 con el que celebra tres años al aire y en poco tiempo la promo de este especial publicada en TikTok se hizo viral.

El reel https://www.tiktok.com/t/ZP8N1yGyt/ que muestra un extracto del episodio con Fermín Goñi en la cuenta de TikTok, alcanzó más de 90 mil visualizaciones en dos días, desde su publicación el 27 de noviembre, un hito considerándose una cuenta pequeña que de momento mantiene 2 mil 660 seguidores.

Además, el reel tiene más de 13.500 me gusta y cerca de 1.200 comentarios.

En el capítulo 50, el escritor nacido en Pamplona, Navarra, Fermín Goñi con su libro Todo llevará su nombre (FCE) conversa sobre Simón Bolívar, sus últimos días y las batallas que se libraron para lograr la independencia de Venezuela del yugo español, hace doscientos años. A Goñi, quien se declara admirador de Bolívar, le tomó 10 años revisar todos los documentos y cartas del Libertador, leer biografías de historiadores venezolanos e internacionales, además de cotejar estrategias militares y visitar los lugares en donde él estuvo durante la gesta libertadora.

El capítulo completo con la entrevista a Fermín Goñi puede apreciarse en el siguiente enlace: https://youtu.be/zwOhr6aXtuE

Las formas del libro es producido por el Centro Nacional del Libro (Cenal), ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura, y recibió mención especial del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar 2023 en la categoría Periodismo Cultural.

Los episodios del programa se transmiten en el canal de YouTube y el sitio lasformasdellibro.com. También son televisados por ANTV y ViveTV, en Venezuela, y por Multivision y Canal Educativo, en Cuba.

La esquina de la ciencia ficción venezolana

Es recurrente la interpretación de que la ciencia ficción es un asunto del futuro, de traspasar el tiempo, máquinas robóticas que podrían reemplazar a los humanos —incluso, eliminarlos—, vida en otros planetas, invasiones, en fin, la lista puede hacerse larga de los temas que la literatura y el cine han abordado sobre este género de ficción.

Hacer arqueología literaria nacional también es un acto de ficción porque los registros son escasos, más aún si nos conseguimos con un autor que tiene el mismo nombre de una esquina de Caracas ubicada en la actual parroquia San Juan. Ésta no lleva su nombre por él, sino por un sastre extranjero con nombre impronunciable y de quién tampoco hay mucha historia (o por lo menos, eso es lo que parece).

Federico León (1896-1953), periodista venezolano de origen cumanés, toma el nombre de “Pepe Alemán” para firmar sus artículos humorísticos en el semanario Fantoches, del que es redactor desde su fundación en 1932. 

Antes de ser conocido como Pepe Alemán, formaba parte de un grupo de periodistas que llamaban “Tres en Uno”, puesto que Federico León conformaba el trío que redactaba la Crónica General en El Nuevo Diario (1914) junto a Leoncio Martínez y Francisco Pimentel —mejor conocido como Job Pim—.

El humor en tiempos de la dictadura de Juan Vicente Gómez era el ambiente que lo rodeaba. El poeta Aquiles Nazoa lo reseña en Los humoristas de Caracas como un “favorecido por su hermosa voz y por sus disponibilidades de causeur culto y de dicción refinada. En los primeros tiempos de la radiodifusión caraqueña sostuvo por algunos años una hora interdiaria de charlas destinadas a la mujer, que hicieron de él una figura popularísima, así por el acento confidencial de su discurso como por la propensión poética de su humorismo”.

En la breve nota de Nazoa en Los humoristas de Caracas, apunta que “con Blas Millán y Julio Garmendia —aunque con recursos de oficio menos generosos—, figura Pepe Alemán entre los escritores que reaccionaron, por los años de 1920 a 1930, contra los excesos localistas y limitación temática que agobiaban al humorismo venezolano. Su obra más interesante es El regreso de Eva, novela publicada por Editorial La Esfera en 1933”.

Por esos años, la ciencia ficción no era un género que había que destacar, más aún si el autor desde el inicio advierte que “si narrar es novelar, El regreso de Eva es una novela”. Asume el riesgo y sin ningún tipo de complejos, admite que “se limitó a seguir el hilo de la narración sin rebuscamientos literarios”.

Su búsqueda literaria está delineada como un escritor que desconfía de sí mismo como escribidor y agradece al periodismo porque, entre otras cosas, le dio acceso a información sobre las innovaciones científicas que luego colocó en sus historias.

“El imperativo de la costumbre; el hábito de escribir con ligereza y simplicidad de expresión, adquirido en largos años de vida periodística”, escribió Pepe Alemán en el prólogo de 1933.

Podríamos reescribir esta historia y contemplar a Julio Garmendia y Pepe —contemporáneos y en similar oficio— en una mesa tomando café, mientras este último le hace algún comentario sobre “La realidad circundante” y luego continúa con disquisiciones sobre cómo abordar los temas de una posible novela que escribiría en el futuro.

Umberto Eco dijo en Apostillas a El nombre de la rosa, que cuando fue a escribir la novela el único ambiente posible para el desarrollo de la historia —policial, negra— en donde se sentía a gusto, por conocer bien la época, era el siglo XIV. 

Cincuenta años antes de esta reflexión de Eco, en Venezuela, Pepe Alemán se había dedicado a tocar temas sobre la mujer y para él fue evidente que lo más natural era escribir sobre un mundo y un tiempo en que las mujeres gobernaban.

A pesar de que Pepe Alemán tenía un público cautivo, El regreso de Eva tuvo una sola edición hasta que la Editorial El perro y la rana lo rescata del olvido en 2019. 

Todo parece indicar que la ciencia ficción venezolana se inició con esta novela y pareciera que aún está en la esquina Pepe Alemán.

Eva solo come fresas, Adán, manzanas

El regreso de Evade Pepe Alemán (1986-1953), despierta reacciones encontradas en quien la lee. A todas luces no es una novela estilísticamente cuidada. Se trata, antes bien, de un texto dedicado pura y simplemente a contar una historia, a echar el cuento, como se suele decir, y en eso se concentrael autor sin pararse mucho en preocupaciones formales.

Una vez conocida la trayectoria profesional de Alemán, es posible encontrar explicaciones para ese estilo directo, sin mucho artificio que utiliza en su novela.  Alemán fue humorista y periodista. De hecho, a todo lo largo de El regreso de Eva es posible percibir, por parte del propio narrador, un halo de burla, de descreimiento con relación a lo que cuenta. En todo caso se trata de un relato que no pierde nunca su anclaje en una realidad que en mucho contradice los eventos que se narran. En esa realidad se incluyen los no siempre avanzados criterios del narrador.Hay, sin embargo, una ración continua de ironía que el lector consume sin mayor esfuerzo y que, en cierto modo, desdice de los eventos en el mismo instante en que son narrados.

Un buen ejemplo es lo que podría interpretarse como un voto a favor de la igualdad de las mujeres; un fantástico feminismo que les da todo el control de la sociedad y que como contrapartida disminuye el rol de los hombres hasta casi hacerlos desaparecer. Una verdadera sociedad de amazonas, según lo dejó establecido el mito griego.

Pero, como no podía ser de otra forma, el narrador no tiene empacho en intervenir cada vez que lo considere conveniente en el hilo de la narración para matizar o, mejor, para desmitificar con sus ironías la fe que el lector hayapuesto en esa sociedad distópica.

Como si de un Pirandello del trópico se tratara, en El regreso de Eva no son los personajes quienes se dirigen al director de la pieza teatral, sino los propios lectores quienes cuestionan la verosimilitud de lo que el señor Alemáncuenta.

“(Una Lectora: —Describir eso así es una grosería, una chacota de mal gusto, señor Alemán. Ustedes no pierden oportunidades de zaherirnos. 
El Autor: —Pero, señorita, yo… La
Lectora: —Usted es un necio. 
El Autor: —Para servir a usted)”.

De ese modo, y casi como si fuera un accidente, Alemánintroduce técnicas narrativas que le dan a su texto una inesperada vigencia.

Su visión futurista se basa en una organización social regida por mujeres, como ya se dijo, además de unos adelantos tecnológicos que, como suele suceder, sorprenden a vecespor su semejanza con algunos de los chécheres tecnólogicosque nos son tan familiares hoy.

El regreso de Eva no pierde en ningún momento su carácter de sátira social. En una época en la que las restricciones morales a ciertos temas limitaban grandemente las posibilidades de los escritores, resulta interesante y divertido ver como Alemán explota una variedad de recursos verbales y de estilo para referirse a la manzana prohibida.

En ese camino de explicar cómo nacen los niños, el autor intercala un relato que se aleja espacial y temporalmente del eje de su anécdota. Y aunque ese tipo de distracción suele considerarse una ruptura en la continuidad de la historia, en este caso cumple a cabalidad la función de aclarar qué cosa sea el sexo sin aludir en realidad a él.

Hay en esta novela una curiosa coincidencia: una potencia extranjera impone un embargo sobre este país dirigido por mujeres que, por cierto, nunca se identifica por su nombre. Pero no solo establece el embargo del producto que allí se fabrica sino que el “Decreto advierte a otros gobiernos (que en) caso de suplirles alguna porción del producto, sufrirán igual suerte”. Se entiende aquí que en 1933 los venezolanos, y en especial los humoristas, tenían muy claro cómo opera el imperialismo.

El regreso de Eva es una lectura divertida en la que, si el lector no encuentra grandes propuestas desde el punto de vista estético, puede no solo disfrutar de un cuento que mantiene su interés, sino que calibrará, además, las ingeniosas piruetas verbales del narrador para abordar algunos temas en su momento muy polémicos, si no es que definitivamente prohibidos.

Las formas del libro llega a su episodio 50 con Bolívar

El escritor Fermín Goñi con su libro Todo llevará su nombre (FCE) conversa sobre Simón Bolívar, sus últimos días y las batallas que se libraron para lograr nuestra independencia del yugo español —hace doscientos años— en el episodio 50 de Las formas del libro, dirigido y conducido por Raúl Cazal.

Goñi nació en Pamplona, Navarra, pero se declara orgullosamente venezolano y admirador de Bolívar. Todo llevará su nombre forma parte de una trilogía de novelas históricas que la componen Los sueños de un libertador —biografía sobre Francisco de Miranda— y Un día de guerra en Ayacucho.

Escritor de novelas negras, le tomó 10 años revisar todos los documentos y cartas del Libertador, leer biografías de historiadores venezolanos e internacionales. Además de cotejar estrategias militares y visitar los lugares en donde El Libertador estuvo durante la gesta libertadora.

El programa producido por el Cenal, ente adscrito al Ministerio de Cultura, recibió por parte del jurado calificador del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar 2023 una mención especial en la categoría Periodismo cultural.

Las formas del libro cumple 3 años con 50 episodios que se transmiten en el canal de YouTube y el sitio lasformasdellibro.com. Se transmite por ANTV y ViveTV, en Venezuela, y por Multivision y Canal Educativo, en Cuba.

Exitosas las ediciones regionales de la 20.ª Filven en Aragua y Guárico

Este domingo 17 de noviembre finalizaron exitosamente bajo el lema Leer transforma las actividades literarias y culturales de la 20.ª Filven en Aragua y Guárico.

Desde el viernes 15, La Victoria y Calabozo fueron sedes de la máxima fiesta de las letras del país organizada por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, a través del Centro Nacional del Libro (Cenal) y Gabinetes Estadales de Cultura, en coordinación con autoridades regionales.

En La Victoria la Filven tomó la plaza José Félix Ribas, el Teatro Ribas y la Casa de la Cultura Alsacia Álvarez, mientras que en Calabozo la cita con la palabra se dio en la plaza Bolívar del Casco Histórico, a propósito de la celebración este 2024 de los 300 años de la fundación de esta ciudad.

Filven Guárico cerró con homenaje a Efraín Hurtado

Como parte de las actividades de clausura de la 20.ª Filven Guárico se rindió homenaje al escritor calaboceño Efraín Hurtado, para reivindicar su obra poética y sus estudios en el campo de la antropología, con un recorrido histórico en la Casa Natal Francisco Lazo Martí (Ateneo de Calabozo), actividad que contó con la participación de la profesora Daisy Barreto y la antropóloga Chiristiane Valles, quienes, además, estuvieron a cargo del conversatorio “La dimensión humanista de Efraín Hurtado”.

Se presentó el libro El habla del venezolano, de Isabel Rivero, a cargo de Salomé Rodríguez, y Mujeres del siglo XX, de Kintto Lucas, por parte de la profesora Ledys Lima.

“Kintto Lucas recoge en este libro crónicas literarias, pero una crónica híbrida verdaderamente. Son 42 crónicas que imbrican las voces de esas 42 mujeres”, destacó la profesora Lima.

Asimismo, Lima invitó a seguir promoviendo el encuentro con los libros. “La lectura tiene un gran poder, nos da aprendizajes, nos encontramos con su autor, con sus pensamientos, sus sentimientos. La lectura es conocimiento, es libertad, es el desarrollo del pensamiento crítico y transforma”, reflexionó.

El cronista de la ciudad de Calabozo, Ubaldo Ruíz, presentó el libro Los andinos al poder, de Domingo Alberto Rangel, para analizar parte de la historia venezolana del siglo XX, desde el gobierno de Cipriano Castro hasta el derrocamiento de Isaías Medina Angarita.

Clausura de Filven Aragua con reconocimiento a fabuladores

En la Filven Aragua despidieron la fiesta literaria con la entrega de reconocimientos por parte del Gabinete Estadal de Cultura a los Fabuladores de Aragua, así como a organizadores y participantes de la fiesta del libro y la lectura.

Entre los libros presentados en la jornada final se hallaron Las causas comunes de la humanidad. No es tiempo de tibiezas, de Saúl Rivas, y Mujeres venezolanas, escritas y contadas, de Carmen Clemente Travieso, José Gregorio Linares, Luis Pellicer y Yoama Paredes, ambos del Centro para la Descolonización. Asimismo, se dieron a conocer títulos de la Colección insurgencias históricas y afroepistemologías cimarronas de la Fundación Editorial El perro y la rana.

También se realizó un encuentro para la lectura de crónicas y relatos, memorias del pueblo, con cronistas comunales acreditados por el Centro Nacional de Estudios Históricos.

Además de Aragua y Guárico, la edición 20 de la Filven ha llegado también este año a Apure, Trujillo, Cojedes, La Guaira y continúa su recorrido regional.

Más información sobre la Filven está disponible en su sitio web www.filven.com

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Presentaron en Expoesía 2024 a ganadora de la IV Bienal Nacional de Literatura Lydda Franco Farías

Este domingo 17 de noviembre presentaron en la I Feria Internacional del Libro de Poesía (Expoesía 2024), con una edición de Monte Ávila, la obra Sólo dioses con la que la autora merideña María Virginia Guevara Carrillo ganó recientemente la IV Bienal Nacional de Literatura Lydda Franco Farías, mención Poesía, convocada por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura a través del Centro Nacional del Libro (Cenal), y dirigida a escritoras.

La Expoesía se desarrolla en los espacios del Centro de Estudios Latinoamericanos y del Caribe Rómulo Gallegos (Celarg), en Caracas. Ahí la obra de Guevara Carrillo fue presentada por el viceministro de Fomento para la Economía Cultural y presidente del Centro Nacional del Libro (Cenal), Raúl Cazal, en compañía de la autora y del filósofo Antonio Gámez.

Se trata del primer libro de María Virginia Guevara Carrillo, quien es editora, traductora y promotora cultural, graduada en Lenguas y Literaturas Clásicas en la Universidad de Los Andes. Parte del premio de la Bienal Lydda Franco Farías consistió en la publicación de la obra por Monte Ávila.

El viceministro Cazal compartió su impresión al conocer la identidad de la autora tras anunciarse el veredicto del jurado de la bienal y destacó la profundidad de los temas que Guevara Carrillo aborda.

“Uno conoce a María Virginia en líneas administrativas y, al recibir el veredicto, me sorprendió quién logró ser merecedora de este premio. Quedé impresionado, sobre todo por el tema que presentó. Reflexionando sobre los dioses y mitos, me doy cuenta de que una parte de nuestra vida social y nuestra identidad como Patria está relacionada con la conformación de esos dioses”, comentó.

El presidente del Cenal y también de la editorial El perro y la rana enfatizó la capacidad de la poesía de María Virginia Guevara Carrillo para conectar con el ser social. “Cuando encontramos una poesía como la de María Virginia, uno se siente identificado. Aunque algunos la llamen panfletaria, cuando se dice la palabra “social”, en este caso tiene que ver con entender de dónde venimos y hacia dónde vamos”.

Cazal también destacó la calidad de la obra señalando que “la visión del jurado reconoce su alta elaboración en el lenguaje y la composición de imágenes poéticas”.

Además, subrayó el apoyo que María Virginia Guevara ha brindado a otros poetas en su camino literario, lo que la ha favorecido en la creación de este poemario.

El filósofo Antonio Gámez señaló: “María Virginia, en este poemario hermoso que no sólo muestra el tema de la mitología sino algo de filosofía y además un profundo amor por la palabra, nos muestra que es posible que la poesía viva en cualquier persona; no sólo ella es laboriosa sino que forma parte de ese oficio sagrado de ser intermedio de lo más alto del ser humano y lo más bajo, y hacer la conexión con lo más bello que tiene el ser humano. Por eso de verdad estoy sumamente orgulloso de este poemario”.

La autora María Virginia Guevara Carrillo sostuvo que su libro es un cúmulo de estudios mitológicos que forma parte de la necesidad humana de transmitir lo que hay entre la razón y lo que se siente. “El tema surgió de una sensación, de un sentir. Cuando hablo de dioses, no me refiero a una religión específica, hablo de sólo dioses de distintas culturas para la mitología griega, la mitología egipcia, el cristianismo y el catolicismo”, explicó.

Guevara también subrayó que su obra incluye una variedad de referencias mitológicas, y que los poemas reflejan su experiencia personal y su conexión con los demás. “Empecé desde la periferia y terminé expresando cosas de mi experiencia con el otro, complementando ese sentir a través de la poesía”, agregó.

La escritora es cocreadora de las colecciones Taima-Taima y Juventudes Comandantes, de la Fundación editorial El perro y la Rana; cofundadora de la editorial La Estrella Roja, directora de la revista Síntesis y ha sido colaboradora en distintas casas editoriales del país, tales como la Biblioteca Ayacucho y el Fondo Editorial Fundarte.

La intriga detrás de la fórmula

Los epígrafes generalmente son faros que los autores colocan al inicio de sus textos para iluminar el camino que va a recorrer el lector. A veces a un epígrafe lo acompaña otro para que la iluminación tenga mayor intensidad. Cuando son más de dos, es momento de preocuparse, porque tantos faros en vez de ayudar, enceguecen.

Ninguno de estos casos tiene que ver la novela La última vez (2022) del escritor argentino Guillermo Martínez, porque carece de epígrafes. Sin embargo, tiene por subtítulo “una intriga literaria”, que al lector puede darle algún indicio. Pero la ilustración de un cuaderno de notas que cae al fondo de una piscina es un detalle más que ilustrativo.

Subtítulo e ilustración podrían ser los epígrafes innecesarios, porque al final de cuentas el lector se encontrará con citas, personajes y obras en una ficción que funciona como un reloj.

Esta es la historia inconclusa, literariamente hablando, de un crítico literario y un “escritor argentino abrumadoramente famoso” que se llama A. Es necesario acotar que Guillermo Martínez es matemático y el narrador de la novela, también. Si no fueran matemáticos, el escritor se llamaría X. 

Antes de llegar a esta novela de intriga literaria, Martínez obtuvo en 1989 el premio del Fondo Nacional de las Artes por el libro de cuentos Infierno grande. En 2003 gana el Premio Planeta Argentina con la novela Crímenes imperceptibles, que en 2008 fue llevada al cine por el español Alex de la Iglesia bajo el título Los crímenes de Oxford. A partir de la exhibición de este film, las ediciones posteriores del libro pasaron a tener el título de la película. También ha sido merecedor del Nadal de novela 2019 por Los crímenes de Alicia.

La novela La última vez no tiene por referente la canción de un tango o milonga como sugiere el título, aunque podría tener sentido por las tribulaciones de A debido a la incomprensión de los lectores de sus libros. Sin embargo, es el cuento “La próxima vez” (1895), de Henry James, que presenta como un juego de sus personajes y también de palabras.

Otro de los autores, entre muchos que refiere la novela y que el lector podrá disfrutar cómo el narrador va desenredando los acertijos literarios, es el escritor chileno José Donoso con la novela El jardín de al lado (1981). De esta toma el personaje de la agente literaria Nuria Monclús y menciona a Marcelo Chiriboga, un escritor ecuatoriano ficticio que forma parte del boom latinoamericano.

Así como Donoso juega en El jardín de al lado con “¿novela-documento que, aunque ya rechazada una vez por la formidable Nuria Monclús, yo estaba seguro de poder transformar en una obra maestra superior a esa literatura de consumo, hoy tan de moda, que ha encumbrado a falsos dioses como García Márquez, Marcelo Chiriboga y Carlos Fuentes?”.

También Martínez hace lo propio en La última vez: “A la pregunta de cuál era su autor favorito entre los del boom, A había respondido, como una boutade, que Marcelo Chiriboga, «aunque no tanto por La línea imaginaria, que le parecía sobrevalorada”.

Entre los escritores del boom se encuentra Donoso por su novela El obsceno pájaro de la noche, que en La última vez, se menciona tangencialmente en la descripción de la esposa de A: “Sobrevivía sin embargo, impúdica, desatada, como la única pasión en pie, la exaltación sexual, el obsceno pájaro de la noche”.

Entonces, como lectores dejamos de ser pasivos —diría Julio Cortázar— y nos convertimos en detectives literarios, ya que de intriga se trata la novela. Vamos a la búsqueda de la obra de José Donoso y el epígrafe resulta ser de Henry James.

Pareciera que todo cobra sentido si tomamos por cierto que los libros de los autores, como los de A, tienen patrones que se repiten, “aunque de formas ligeramente distintas: a veces es dos más dos más tres, a veces es cinco más dos, a veces es tres más cuatro”.

La literatura, como la de Guillermo Martínez, contienen fórmulas imperceptibles. Ricardo Piglia en una entrevista, cuando recibió el Premio Rómulo Gallegos en 2011, dijo que los patrones eran comparables con “ciertas reiteraciones de motivos en la música”. Son como las repeticiones de Charlie Parker que surgen como improvisaciones, porque tocaba como si fuera la última vez.

La literatura es un arma cargada de misterio

Que en La última vez el tema de la novela sea la propia literatura  y que no resulte un fastidio intelectualoide es una inesperada sorpresa; pero que, además, el personaje principal sea un crítico literario arropado con el abrigo de un investigador privado raya en la extrema originalidad o en la extrema rareza.

Los críticos literarios están en el mundo no para ser personajes novelescos sino para ser menospreciados por los autores de esas novelas. Al fin y al cabo, constituyen una fauna que vive vicariamente de lo que otros escriben. No les falta razón a los ofendidos  literatos  cuando a una opinión que denigra de su obra responden desafiantes que la perfecta crítica literaria sería escribir un texto superior, en calidad estética, al despachado por el crítico.

En La última vez, el argentino Guillermo Martínez revierte una parte de tan prejuiciados conceptos y elige como protagonista de su novela a un crítico literario joven y brillante,  admirado y temido por quienes a un tiempo anhelan y se horrorizan frente a la posibilidad de que ese joven se ocupe de sus obras, pues “lo extraordinario en Merton, -nombre del joven crítico-  era que siempre decía la verdad íntegra, la verdad imperturbable”.

La contraparte de Merton, es un moribundo escritor que, contraviniendo el lugar común sobre los críticos y la crítica, anhela que ese acucioso lector no solo se ocupe de su obra, sino que sea capaz de descubrir en ella lo que nadie, según él, ha logrado descubrir hasta ahora. Sin temor  a los simbolismos, Guillermo Martínez nombra a este personaje con una económica, pero sugerente letra A.

La novela soporta sin sobresaltos ser leída con el punto de mira que al lector más le interese. Tocada con elementos de  novela policial, aunque no haya crimen, pero sí misterio -como lo deja asentado el propio autor en alguna entrevista- el relato se presta bien a ese adelantarse a los acontecimientos en busca de resolver el enigma, tan propio de los lectores de novela negra.

En este caso, lo policial parece encarnarse en dos búsquedas paralelas: la primera concierne al supuesto misterio no desvelado en la obra de A; la segunda se interna en los meandros del oficio literario como territorio de la vanidad, de la competencia e incluso de lo patológico.

El lector puede también enfocarse en las aventuras eróticas del atareado crítico, quien a lo largo del texto demuestra que le sobra tiempo para ocuparse en simultáneo del corpus literario y de los cuerpos que lo rodean.

En lo que a mí respecta, elijo quedarme con esa especie de repaso del mundo de la creación literaria que campea en cada página de La última vez y que no ahorra en ironía. Por sus páginas desfilan el tan hipertrofiado como inseguro ego de los escritores; el rol determinante, aunque no siempre evidente, de los agentes literarios; y la oculta mano de la industria editorial que, además de  decidir qué se publica o qué no, impone a los autores reglas, temas y condiciones.

Una de las presencias más llamativas de esa panorámica es la apenas oculta de Carmen Barcells. En palabras del propio narrador: “la gloriosa agente literaria (…) espléndida en derroches y desplantes que dio vuelta a su antojo a la escena literaria española”.

 Martínez se divierte poniendo en juego lo que muchos otros escritores, y no pocos lectores, suelen pensar acerca del mundillo literario; al tiempo que actualiza la vieja interrogante sobre la esencia de esa cosa movediza que llamamos literatura. Tan movediza que da pie al narrador para afirmar, por ejemplo que  “la lectura, fatalmente, es un malentendido: cada quien encuentra lo que quiere”.

El mérito mayor de Guillermo Martínez en La última vez tal vez sea el haber logrado darle un carácter aventuresco a unos temas y a unos personajes que, si bien aparecen en otros autores, suelen ser tratados desde una atalaya intelectual que los aleja del lector común.

Martínez, en cambio, convierte tales temas en bloques de una narración fluida y entretenida que niega a rajatabla la propuesta según la cual “Entretenerse, ya se sabe, es algo que puede sacar de las casillas a cualquier crítico, en el sentido más literal”. La última vez puede descargarse en libgen.is

Lolimar Del Valle Suárez Ayala ganó la II Bienal Nacional de Literatura Apacuana

La escritora zuliana Lolimar Del Valle Suárez Ayala ganó la II Bienal Nacional de Literatura Apacuana con su obra teatral “Los cuatro de Copenhague”.

La bienal fue convocada por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, a través de la Compañía Nacional de Teatro (CNT) y el Centro Nacional del Libro (Cenal), con el objetivo de estimular la creación de obras de teatro cuya temática promueva el análisis de la teatralidad venezolana y contemple nuevos planteamientos discursivos y estéticos de la dramaturgia nacional. Estuvo dirigida a autores venezolanos y extranjeros residenciados en Venezuela con obras de teatro inéditas y originales.

El jurado, designado por la CNT e integrado por Aníbal García, Verónica Arellano y Pablo García Gámez, después de evaluar 31 proyectos participantes, acordó por unanimidad declarar ganadora la obra “Los cuatro de Copenhague”, identificada con el seudónimo “Orión” y que, una vez abierta la plica, resultó ser de la autoría de Lolimar Del Valle Suárez Ayala.

De acuerdo con el veredicto, el manuscrito fue seleccionado “por su aporte a la dramaturgia venezolana, valorizando a la tercera edad, su solidaridad y amistad”.

El jurado indica que la obra “ofrece
intensidad y riqueza en sus metáforas, agilidad en los diálogos y personajes de calidad humana; personajes tradicionalmente relegados que muestran una actitud de convivencia más allá de las diferencias entre ellos”.

Como premio la ganadora recibirá un pago único de Bs 100.000,oo otorgado por el Centro Nacional del Libro, Diploma (Cenal/CNT) y la publicación (impresa y digital) por Monte Ávila Editores Latinoamericana después de sujeta la obra ganadora a revisión y montaje por la CNT el año continuo a la celebración de la bienal.

Lolimar Del Valle Suárez Ayala es escritora, formadora teatral, directora escénica y licenciada en Comunicación Social por la Universidad del Zulia. Autora de las obras teatrales El puente, Señor Ministro, Piso 5, Rouge Cabaret, Amigas, La fiesta de la Princesa, Serpentario, Tres regalos, todas llevadas a escena.

Realizó estudios de teatro en la Escuela de Teatro Inés Laredo e integró el Teatro Estable de LUZ durante 11 años, donde incursionó en la dramaturgia y la dirección escénica. Es cofundadora de la Productora teatral Teorema. En 2022 ganó el Premio Nacional de Dramaturgia Lina López de Aramburu que entrega la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte).

Su línea de acción en el ámbito teatral respalda la dramaturgia del actor, la investigación y la crítica social en su planteamiento discursivo.