Rolando José Graterol Guzmán ganó la VII Bienal Nacional de Literatura Argimiro Gabaldón

El escritor larense Rolando José Graterol Guzmán ganó la VII Bienal Nacional de Literatura Argimiro Gabaldón, mención Ensayo, con su obra “Petróleo y poder: la injerencia extranjera en Venezuela 1902-1958”.

El jurado designado por el Centro Nacional del Libro (Cenal), integrado por Diana Pérez, Christiane Valles y Cósimo Mandrillo, decidió por unanimidad declarar ganadora la citada obra firmada con el seudónimo Salvador Aguilar y que, una vez abierta la plica, correspondió a Rolando José Graterol Guzmán.

De acuerdo con el veredicto del jurado, el trabajo de Graterol Guzmán fue seleccionado “por su agudo análisis del desarrollo histórico de la industria petrolera nacional, la cual se documenta con suficientes fuentes documentales”.

Además, agrega el veredicto, “el ensayo tiene la ventaja de estar escrito en un lenguaje de fácil comprensión, lo que pondrá al alcance de un amplio público lector un tema de interés para cada venezolano y de absoluta pertinencia en la actual coyuntura política y económica del país”.

Este ensayo fue escogido entre 52 documentos recibidos por el comité evaluador. Pérez, Valles y Mandrillo resaltaron la excepcional calidad del conjunto de trabajos examinados, “lo que pone de manifiesto el vigor del pensamiento y la escritura en Venezuela, así como la diversidad de líneas reflexivas y de investigación que revelan una densa dinámica intelectual en todo el territorio, en correspondencia con la trayectoria humanista de Argimiro Gabaldón”.

Graterol Guzmán recibirá como premio cien mil bolívares (Bs 100.000,oo) y la publicación de su obra por Monte Ávila Editores.

Este autor, nacido en El Tocuyo (1975), es un escritor e historiador con una amplia experiencia en el estudio de la historia local, nacional y de América Latina. Tiene una trayectoria de más de 25 años en la investigación y la docencia en la que cuenta su participación en diversos congresos y seminarios sobre historia y cultura.

Ha publicado ensayos y artículos en revistas especializadas. Entre sus obras destacan La Guerrilla de Fabricio Ojeda Frente “Rudas Mezzone” (2009);
Colonialidad de la Historia Local. Reflexiones desde la Historia Local de El Tocuyo Colonial (2023); Pedro León Torres arroyo humano, obra ganadora del primer lugar del Concurso Nacional sobre la Trayectoria Histórica del General de División Pedro León Torres (2022), y Expansionismo, Doctrina Monroe y Destino Manifiesto: Un análisis histórico (2023), con la cual ganó el Concurso de Ensayos Históricos Bolivarianismo vs Monroismo: 200 años de la Doctrina Monroe, convocado por el Centro de
Estudios Simón Bolívar.

Actualmente se desempeña como cronista del municipio Moran, al sur del estado Lara, y realiza investigaciones sobre diversas temáticas históricas y políticas de Venezuela y América Latina.

La Bienal Nacional de Literatura Argimiro Gabaldón es impulsada por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura (MPPC), a través del Cenal, y está dirigida a escritores venezolanos o extranjeros residenciados en el país que deseen participar con sus obras inéditas.

María Virginia Guevara Carrillo ganó la IV Bienal Nacional de Literatura Lydda Franco Farías

La escritora merideña María Virginia Guevara Carrillo ganó la IV Bienal Nacional de Literatura Lydda Franco Farías, mención Poesía.


El jurado, convocado por el Centro Nacional del Libro (Cenal) e integrado por Coral Pérez Gómez, Sara Otero Santiso y Venus Ledezma Azuaje, decidió por unanimidad otorgarle el premio único a la obra “Sólo dioses”, firmada con el seudónimo “Procella” y que, una vez abierta la plica, correspondió a María Virginia Guevara Carrillo.


De acuerdo con el veredicto, el jurado consideró la obra “por su alta elaboración en el lenguaje, que es laboriosa y cuidada composición de imágenes poéticas cuya aleación entre forma y fondo logran, en cada poema, piezas únicas de notoria belleza y profundidad, lo que hace de esta obra un corpus luminoso y revelador, de rico contenido temático. Sin duda, una poesía y una voz poderosa, del más alto vuelo”.


“Sólo dioses” es el primer libro de María Virginia Guevara Carrillo, quien es editora, traductora y promotora cultural, graduada en Lenguas y Literaturas Clásicas en la Universidad de los Andes. 


La autora es cocreadora de las colecciones Taima-Taima y Juventudes Comandantes de la Fundación Editorial El perro y la rana, casa editora de la cual fue directora ejecutiva.


Es cofundadora de la Editorial La Estrella Roja, directora de la revista Síntesis y ha sido colaboradora en diversas casas editoriales del país, como Biblioteca Ayacucho y el Fondo Editorial Fundarte.

Guevara Rivero recibirá como premio cien mil bolívares (Bs 100.000,oo) y la publicación de su obra por Monte Ávila Editores.


La Bienal Nacional de Literatura Lydda Franco Farías es impulsada por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura (MPPC), a través del Cenal, y está dirigida a escritoras venezolanas o extranjeras residenciadas en el país que deseen participar con sus obras inéditas.

El mundo entero es una pecera

Existen tantos libros, muchos más que autores, que cuesta estar al día con las novedades literarias. Si se planifican las lecturas, a principios de octubre todo puede cambiar porque se revela el Premio Nobel de Literatura, más si se desconoce al autor o autora que se lleva el galardón de la academia sueca, como fue el caso de este año.

Han Kang, escritora surcoreana de 53 años, fue la ganadora de 2024 “por su intensa prosa poética que confronta traumas históricos y expone la fragilidad de la vida humana”, reza el veredicto.

El jurado esgrimió que Kang “tiene una conciencia única de las conexiones entre el cuerpo y el alma, los vivos y los muertos, y en su estilo poético y experimental se ha convertido en una innovadora de la prosa contemporánea”.

El veredicto no menciona ningún título en particular de la escritora surcoreana, pero hace un guiño al anunciar que su obra “confronta traumas históricos” y “conjuntos de reglas invisibles”.

Después de leer Actos humanos, de Han Kang, no queda la menor duda de que se refieren a este libro publicado hace 10 años en Corea del Sur, en los días en que se cumplieron 34 años de la masacre en Gwangju, que es el tiempo y los sucesos que refiere la novela.

Aunque también alude al presente de ese país, porque la violencia sistemática instaurada mediante las dictaduras durante 45 años, entre 1948 y 1993 —bajo la venia y apoyo de los gobiernos de Estados Unidos—, todavía se mantiene intacta.

En 1959, mientras en Corea del Sur padecían a Syngman Rhee, su primer dictador; en Italia, Italo Calvino publicaba sus “respuestas a nueve preguntas sobre la novela”. Una de ellas plantea si “es posible reconstruir acontecimientos y destinos que no sean puramente individuales, y fuera del tiempo histórico”, a lo que contestó con una sola oración: “La novela histórica puede ser un excelente sistema para hablar del presente y de uno mismo”.

Desde la ficción Han Kang escribe sobre una masacre sin pretender hacer novela histórica, aunque pensemos que efectivamente pertenece a ese género, porque también se planta en el presente y mientras habla en segunda persona, interpela al lector o al personaje de la obra; al que se “salvó” de las torturas, porque está muerto o no sabe que va a morir.

Entonces, uno es un alma leyendo la historia de aquellas que no quieren despegarse de los cuerpos inertes de los asesinados ese 18 de mayo de 1980, de los que cayeron antes y después por reclamar unos derechos que han sido proclamados universalmente y que actualmente están impresos en papel desechable. 

¿A dónde estaba mirando el mundo cuando en Corea del Sur se estaba masacrando a su pueblo? ¿Qué pasó en 1980 que a nadie le importó esos muertos? Y acto seguido, décadas después, le limpiaron la cara como si fuera un país idílico, con un supuesto milagro económico que es capaz de exportar su baile de K-Pop como si allí no hubiese pasado nada.

El británico Simon Johnson, uno de los ganadores del Nobel de Economía 2024, en entrevista transmitida por Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), afirmó que “Corea del Sur comenzó siendo un país pobre tras la Segunda Guerra Mundial y, al principio, era bastante autoritaria”. 

“No fue un camino fácil”, admite el Nobel en Economía, porque los asesinatos y masacres para quienes ven cifras y cuadros, al fin de cuentas, son daños colaterales.

Han Kang le responde a Simon Johnson, si este se dignara a leer Actos humanos —y no tendría por qué creerle, porque en la edición en inglés, en la portada especifica que es “una novela”, es decir, ficción—: “Hay recuerdos que no cicatrizan nunca. Pasa el tiempo y la memoria no se difumina, sino que queda únicamente ese recuerdo y todos los demás se van borrando”.

Johnson y Kang seguramente se cruzarán en la celebración del Nobel cuando reciban el premio. Él vestirá de etiqueta, pensando en sus teorías para el “progreso” y el papel de la tecnología en la sociedad; mientras ella, acompañada de todas las almas de su pueblo, podrá exclamar como un personaje en Actos humanos: “¡El mundo entero es una pecera!”.

Una masacre polifónica

Difícil saber si la reciente premio nobel de literatura, la coreana Han Kang, decidió por sí misma que su novela, llamada en el original coreano “Un chico llega”, se titulara en la traducción al castellano, y en otros idiomas, Actos humanos. Fuese o no su decisión, lo cierto es que la novela nos llega con una dramática carga de ironía impresa ya en título.

Si el adjetivo humano indica que se está dotado de “naturaleza de hombre”, como lo apunta el DRAE, en una segunda acepción ese mismo adjetivo califica actos de carácter humanitario, caritativo, bondadoso y altruista.

La ironía reside en que, desde la primera página del libro, el lector se enfrentará con la narración de una tragedia opuesta, como es de suponer, a cualquier cosa parecida a bondad o compasión.

Al contar los sucesos de una masacre con miles de víctimas, cometida por el entonces dictador de Corea del Sur, Chun Doo-hwan, Han Kang elige un formato que oscila entre la ficción y el reportaje periodístico, emitido por las voces de múltiples narradores que se alternan en la reconstrucción del caso desde su propia experiencia como víctimas.

Aunque no queda del todo claro, es posible que, en el artificio novelesco que Kang edifica, estemos leyendo la transcripción de unas cintas magnetofónicas donde se recoge, muchos años después, el testimonio de algunas víctimas de la masacre. Poco alcanzamos a saber del origen de esas cintas, pero es que, en general, tampoco sabemos quién nos habla o a quien le hablan las distintas voces que participan en el relato. De este modo, Han Kang afirma el carácter real de lo sucedido, al tiempo que trabaja en la construcción de personajes literarios dolorosamente creíbles.

Esos personajes, más allá de poseer un nombre propio, parecen diluirse en un contexto sobre el cual no tienen dominio alguno. A tal punto llega este desleírse, que en cierto momento, sin darnos cuenta, escuchamos el relato de la masacre de boca dc un narrador de ultratumba que observa con horror cómo su cuerpo se desintegra bajo el peso de otros cadáveres.

Tampoco nos es dada la certeza de hasta dónde esos personajes son solo ficción o copian a seres de carne y hueso. El libro cuenta con un curioso epílogo en el que una voz, hasta allí desconocida, parece reconstruir los eventos en retrospectiva. Por un momento, resulta fácil asociar esa voz con la de la propia autora, ocupada en explicar cómo entró en contacto con la historia de la masacre. Se trata de una especie de repaso del proceso de redacción de la novela; de la definición de los personajes y de la peripecia de cada uno de ellos. Pero Kang ha sabido insertar sin ruido, en el contexto de la ficción, ese pequeño arranque de metaliteratura que para nada desvía al lector del curso de la historia. No se trata, pues, de una reflexión extra novela sobre sobre el acto de escribir, sino que forma parte constitutiva del drama de rehacer los sucesos trágicos del 18 de mayo de 1980 en Kwangju, ciudad natal de la escritora.

Una particularidad de esta novela es que no apunta casi nunca a las causas de la brutal represión desatada por el gobierno de entonces. Quienes relatan, cuentan siempre las consecuencias, sean estas inmediatas a los acaecimientos o revisitadas años después, cuando aún sufren las secuelas de tan traumáticos eventos. Son visiones personales que se acumulan frente al lector hasta desplegar el panorama completo de represión, tortura y asesinato; todo asumido con una especie de resignación, como si no se tuviese, por lo menos, el derecho de escandalizarse.

Kang ha sabido fundir, así, realidad y ficción con una maestría poco común. Y si es verdad que su novela se centra en la masacre de mayo de 1980, su texto transmite al mismo tiempo una manera cultural y existencial de enfrentarse a los acontecimientos, con un estoicismo sin duda extraño para el lector occidental. De ese modo, más allá de la masacre, Han Kang transmite una visión panorámica de la sociedad surcoreana.Actos humanos puede descargarse en internet. La vegetariana, la novela más conocida de Kang, se encuentra como audiolibro en Youtube y Spotify.

Inaugurada la 20.ª Filven Cojedes

Fue inaugurada este viernes 11 de octubre la 20.ª Filven Cojedes en el Complejo Cultural Mauricio Pérez Lazo, situado en San Carlos, en donde estará abierta al público hasta el domingo 13 de octubre, para encuentro de escritores, lectores, promotores de lectura, editoriales y demás agentes relacionados con el libro en este estado, bajo el lema “Leer transforma”.

El acto inaugural estuvo encabezado por la directora general del Gabinete Estadal de Cultura de Cojedes, Karina Rojas, en compañía de la escritora regional homenajeada, Deibi Díaz, y la escritora Invitada Edy Barboza.

La inauguración comenzó con la presentación de la agrupación de violín “Cipriano Blanco” y posteriormente se presentó “La Unión Zamorana”.

Durante su intervención, Karina Rojas agradeció a escritores y a todos los involucrados con la Filven Cojedes por sumarse a esta fiesta literaria para todos los cojedeños.

El encuentro con las letras también cuenta con el tradicional pabellón infantil para las niñas y niños, quienes con sus sonrisas llenaron de alegría el acto de inauguración. Ahí pueden leer, realizar dibujos, compartir, escuchar parrandas, cuentacuentos, entre otras actividades recreativas y culturales.

“Por aquí también están unos compañeros emprendedores que se han sumado, pero, sobre todo, una gama de poetas, escritores, que se han sumado a esta gran feria del libro. Al equipo del Centro Nacional del Libro (Cenal) un fuerte aplauso”, expresó Rojas.

Reconocimiento al talento regional

Por su parte, la escritora homenajeada en esta edición regional de la Filven, Deibi Díaz, mostró su gratitud con los organizadores de la feria por elogiarla en este evento tras años de trayectoria literaria.

“Para mí es un honor y un orgullo estar siendo reconocida aquí en esta Filven 2024, en el estado Cojedes. Estoy desde los años 90 participando como escritora en el estado y es muy satisfactorio que reconozcan tu trabajo”, declaró.

Asimismo, agradeció al Gobierno Bolivariano por brindar apoyo a la literatura y promover la lectura con estos encuentros.

En ese sentido, Deibi Díaz resaltó el apoyo en Cojedes de la Fundación Editorial El perro y la rana, adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Cultura, lo cual ha permitido descubrir nuevos talentos de la escritura.

De acuerdo con Díaz, muchos cojedeños se han entusiasmado en materia literaria y se ha evidenciado una cantidad de temas en la escritura cojedeña “que te hablan del llano, de sus mismas vivencias, de su historia local, de su historia nacional, de la llaneridad”.

Díaz es autora de “Antología de mi palabra ausente”, poemario que se puede adquirir durante los tres días de la Filven Cojedes.

Además, escribió “Dama de noche”, un libro de dramaturgia, y “De San Carlos a la Victoria”, para narrar la historia del Libertador Simón Bolívar cuando estuvo en Cojedes en 1811.

“Pies de verano” en San Carlos

Por otra parte, la escritora invitada Edy Barboza, proveniente del estado Yaracuy, y quien presenta en Filven Cojedes su poemario Pies de verano (El perro y la rana), instó a visitar la feria para impulsar la lectura y el encuentro entre los ciudadanos.

“La feria es un camino que se traza, una ruta para que leamos más, para que conversemos más, porque cuando leemos más, tenemos más temas de conversación”, resaltó Barboza.

La escritora también estará en la feria para presentar por Monte Ávila el libro “La caja de los truenos, de Benito Yrady, escritor nacional homenajeado de la 20.ª Filven.

Durante la jornada inaugural, el Gabinete Estadal de Cultura de Cojedes entregó diplomas de reconocimiento a las escritoras Deibi Díaz, homenajeada; Edy Barboza, invitada nacional; al músico Cipriano Blanco y a la agrupación musical “La Unión Zamorana”, que engalanó la actividad junto a su director Ricardo Cuba.

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Inaugurada la 20.ª Filven Trujillo

Este jueves 10 de octubre se inauguró la 20.ª Filven Trujillo en la plaza Bolívar, Casa de los Tratados “Bolívar y Sucre” y la Biblioteca Pública Central “Mario Briceño Iragorry” de la ciudad de Trujillo, donde estará abierta hasta el sábado 12, bajo el lema “Leer transforma”.

El acto inaugural estuvo encabezado por el alcalde del municipio Trujillo, Carlos Terán, acompañado por la autoridad única en cultura del estado Trujillo, Temístocles Cabezas Morales, y los escritores regionales homenajeados Hugo Sánchez Carrasquero, Alí Medina Machado y Jesús Felipe Rubio.

Las autoridades presentes hicieron un recorrido por el recinto ferial, donde apreciaron la diversa oferta editorial que además confluye con la feria del café instalada paralelamente.

Participan 26 editoriales nacionales con una variada oferta de libros a precios accesibles. Están disponibles más de 150 títulos de las editoriales El perro y la rana, Monte Ávila y Biblioteca Ayacucho, adscritas al Ministerio del Poder Popular para la Cultura (Mppc).

Además, la feria ha congregado a 36 escritores del estado Trujillo y a 8 escritores provenientes de diferentes zonas del país.

También se encuentran 33 artesanos y artesanas participando en este evento, lo que enriquece el encuentro literario.

Como parte de la apertura realizaron una puesta en escena llamada “Ciudad y memoria”, con la participación de los niños Sofia y Alfonso.

Trujillo está de gala

El alcalde Carlos Terán destacó que la ciudad de Trujillo, que celebra 467 años de asentamiento y 214 de independencia, se viste de gala con la Filven en la histórica plaza Bolívar de la capital andina.

Recordó que Trujillo tiene un don especial y en sus cercanías se firmaron importantes tratados de la guerra de independencia. “Este lugar es un símbolo de historia, cultura y resistencia”, expuso.

En ese contexto, también indicó que “Trujillo es una fuente de inspiración, y hoy reconocemos a poetas y escritores trujillanos, como Jesús Felipe Rubio, un gran dramaturgo y escritor; también honramos a Alí Medina Machado, un maestro y biógrafo muy querido, y a Hugo Sánchez, un poeta galardonado en la Bienal Nacional de Literatura Ramón Palomares”.

“La literatura, la poesía y el diálogo son pilares fundamentales de la identidad trujillana”, afirmó Terán orgulloso de la riqueza y herencia cultural de esta región.

Por su parte, la autoridad única de Cultura, Temístocles Cabezas Morales, comentó que esta feria es una celebración del libro y el café.

“No hay mejor combinación que disfrutar de una buena taza de café mientras se lee un libro”, refirió, al tiempo que señaló como fundamental mantener y enriquecer la cultura del café de la región.

Presentaciones de libros

En este primer día de la Filven en Trujillo se presentaron los libros Agua desnuda y El jardín de su cuerpo me conduce a Eva, del homenajeado Hugo Sánchez, y Una cosa entre dos ríos, de Enmanuel Colmenares, todos editados por El perro y la rana.

Otro título presentado fue Maja mía, de Ernesto Villegas Poljak, publicado por la editorial Nosotros Mismos. La actividad estuvo a cargo de Temístocles Cabezas Morales.

Asimismo, se presentaron Con el río a la espalda, de Pedro Ruiz, editado por Acirema, y En primera, de Ennio Tucci, por Monte Ávila Editores.

También se presentaron las novedades de Vadell Hermanos Editores, con su directora Valentina Vadell, y de la editorial de la Defensoría del Pueblo, con Carolina Brito.

Este sábado 12 se bautizarán siete libros regionales, escritos por talentosos cultores, así como 15 libros nacionales.

Entre ellos se encuentra el libro de Pedro Ruiz, que fue celebrado con otros compañeros en la Casa de los Tratados.

Homenajeados regionales

Como parte de la jornada inaugural, el alcalde de Trujillo y la autoridad única de Cultura del estado Trujillo reconocieron los aportes de los escritores homenajeados con la entrega de piezas realizadas por el artesano Reinaldo Bastidas, llamado El Quijote y el café.

Hugo Sánchez señaló que “es un regocijo para el pueblo trujillano compartir la palabra como un intercambio de vida, amistad y compromiso. La palabra crea un universo que abre brechas en el alma y nos ayuda a vivir de manera más humana y amorosa”.

Añadió: “Es un honor estar en este evento junto a grandes poetas que han fortalecido nuestra cultura. La poesía nos cubre y nos alienta a seguir adelante en el camino, aunque sea difícil. Invito a todos a ser amigos del libro y de la palabra, ya que en ellos reside la vida humana”.

Por su parte, Jesús Felipe Rubio dijo sentirse muy contento de ser homenajeado, “especialmente porque se está reconociendo la dramaturgia, una forma de escritura poco común en nuestra región”.

“Estoy emocionado de compartir este espacio con poetas como Pedro Pérez y Pedro Ruiz, personas sensibles y humildes. La feria es un encuentro con el libro y con nuestra identidad”, adicionó Rubio.

Alí Medina, otro de los tres escritores regionales homenajeados, igualmente se mostró emocionado y subrayó que la feria “celebra la palabra, el espíritu y el humanismo”.

Medina rememoró que Trujillo, con su rica historia y su vasta cantidad de escritores, es una ciudad bibliográfica y cultural.

“Cada casa parece una biblioteca, y la ciudad cuenta con 17 escenarios para la dramaturgia, lo que resalta su compromiso con la educación y la cultura. La Filven Trujillo no solo representa un espacio de paz, sino también una oportunidad para revalorizar nuestra identidad cultural. Un libro abierto es una lección de moral y humanismo, y espero que esta feria inspire a las nuevas generaciones trujillanas a participar activamente en la cultura”, manifestó Medina.

Entre otras noticias que se anunciaron durante la inauguración, se pudo conocer el desarrollo de trabajos en la Casa de Cristóbal Mendoza, con apoyo de la gobernación de Trujillo y el Ministerio del Poder Popular para la Cultura.

Así mismo, se instalará una sucursal de Librería del Sur en la Casa de los Dotados, donde se llevarán a cabo conversatorios y actividades para toda la Fundación Cristóbal Mendoza, que preside Edgar Barreto.

La Filven también se inaugurará en el estado Cojedes este viernes 11 de octubre, en San Carlos.

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Inaugurada la 20.ª Filven Apure

Se inauguró este viernes 4 de octubre en Guasdualito la 20.ª Filven Apure, en la región llanera, al suroeste de Venezuela.

Con esta edición regional de la 20.ª Filven, la fiesta del libro y la lectura más importante del país, que lleva por lema “Leer transforma”, inicia su recorrido por los 23 estados del territorio nacional luego de inaugurarse en Caracas, Distrito Capital, durante julio de este año.

Con ambiente de regocijo reflejado en las sonrisas del pueblo lector y el entusiasmo de autoridades locales por dar bienvenida a la Filven, este encuentro con las letras en Apure se lleva a cabo en los espacios de la plaza Bolívar de Guasdualito municipio Páez, la segunda ciudad más importante de la entidad llanera, después de su capital, San Fernando.

En este importante punto fronterizo que conecta a Venezuela y la ciudad de Arauca, en Colombia, este encuentro con las letras permanecerá abierto hasta el domingo 6 de octubre.

La programación, prevista de 10:00 a.m. a 6:00 p.m., está integrada por 51 actividades, entre presentaciones de libros, foros, conferencias, conversatorios y pabellón Infantil.

En cuanto a las novedades editoriales, se brinda a las apureñas y apureños una oferta de más de 300 títulos de El Perro y la Rana, Monte Ávila y Biblioteca Ayacucho, casas editoras adscritas al Ministerio del Poder Popular para la Cultura (Mppc), que llegan a través de Librerías del Sur.

La ceremonia inaugural estuvo presidida por el alcalde del municipio Páez, José María Romero, y la directora general del Gabinete Estadal de Cultura de Apure, Luisa Martínez, quienes estuvieron acompañados por los escritores regionales homenajeados Ramón de Jesús Ojeda Crusate y María de Jesús Ortega, así como por quienes durante estos tres días de fiesta literaria participarán en diversas presentaciones de libros, conversatorios y actividades culturales.

A ellos se sumó el invitado nacional Próspero Guillermo González Méndez, oriundo de Valle de la Pascua, estado Guárico, quien ha participado en publicaciones académicas como educador con una sólida formación en el ámbito de las Ciencias Humanas y Sociales, entre otras personalidades del ámbito político, cultural e intelectual de la región.

Los libros son un recurso imprescindible

La primera en tomar la palabra fue Luisa Martínez, quien reiteró el agradecimiento del equipo del Gabinete Estadal de Cultura de Apure con el ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas, y con el gobernador de esta entidad, Wilmer Rodríguez.

“Estamos muy agradecidos, esta Filven tiene como objetivo mostrar los libros como un recurso imprescindible para el proceso formativo”.

Recordó que la lectura permite imaginar, describir, viajar y conocer sobre el mundo alrededor, razón por lo que es fundamental fomentar este hábito en las niñas, niños y adolescentes.

“Es primordial, además, mostrar ese cúmulo de manifestaciones artísticas que se han dado cita hoy en este escenario”, añadió Martínez, quien también agradeció al Gobierno Bolivariano del presidente Nicolás Maduro por la creación de la “Gran Misión Viva Venezuela, mi Patria Querida”.

En ese sentido, abrió la posibilidad de junto al alcalde del municipio Páez, José María Romero, de convertir a Guasdualito, tierra llanera a las orillas de los ríos Sarare y Arauca, en sede del Festival Mundial Viva Venezuela, que busca impulsar la música, el canto y los bailes populares de nuestras regiones, así como rescatar, preservar y difundir los valores tradicionales.

Cabalgando en el lomo indómito de la libertad

Por su parte, el alcalde José María Romero inició su intervención saludando a las maestras y maestros.

“No hay mejor conducto por donde podemos llevar la cultura al territorio que a través de los y las maestras”.

Detalló que son ellos quienes llevan al territorio, a los niños, el mensaje, la obra que es Venezuela.

“Esa obra que tallaron Bolívar y Zamora y nuestros libertadores, que debemos preservar. Pero debemos hacerlo desde el campo más sublime, que es la cultura, la batalla cultural”.

En ese contexto, refirió que esta Filven les cayó como un evento “extraordinario para arrancar y no soltar el paso del galope hasta el 21 de diciembre, Día de la Llaneridad”.

Reiteró toda su disposición de acompañar la Filven durante estos tres días de actividades literarias, así como de apoyar el tema cultural, uno de los vértices más importantes de su gestión.

Manifestaciones artísticas presentes

Como parte de las manifestaciones musicales y culturales apureñas, se presentaron la Agrupación Elite de la Fundación para la Cultura y el Turismo del Municipio Páez (Fundacutur), Fundación Bailadores Recios del Llano, Fundación Cultural Llanera Luz de Diamante, alumnos de la Cátedra de Canto de Fundacutur, la Escuela de Joropo La Llanería y la Fundación Carrao de Palmarito del Gabinete Estadal de Cultura del estado Apure.

La Filven Apure es organizada por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura (Mppc), a través del Centro Nacional del Libro (Cenal) y el Gabinete Estadal de Cultura del estado Apure, en coordinación con autoridades regionales.

Apure se convierte en el primero de los 23 estados del país en recibir la 20.ª Filven, tras su exitosa celebración en Caracas, Distrito Capital, durante julio de 2024, en la Galería de Arte Nacional (GAN), con Sudáfrica como país invitado de honor, en homenaje al escritor nacional Benito Yrady, a la Biblioteca Ayacucho por sus 50 años, a la revista Tricolor por sus 75 años y a la novela Ifigenia, de Teresa de la Parra, por el centenario de su publicación, y con una participación especial del estado Delta Amacuro.

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Periodismo que recupera memoria

El reportaje es considerado el género mayor en el periodismo, puesto que en él se reúnen los demás géneros de este “oficio”, como dijo Gabriel García Márquez. Además, en la medida en que se permite ciertas licencias a la hora de concebir el texto, es lo más cercano a la literatura en la manera de exponer los hechos. 

Fue por esa vía como entró en escena el llamado “Nuevo Periodismo”, que a ciertos escritores —aunque no es una regla— les da ventaja a la hora de escribir historias que no son de ficción. De hecho, los que lo fundaron dictaron cátedra. 

Tomás Eloy Martínez consideraba que el Nuevo Periodismo nació en Venezuela. Podemos mencionar al escritor Enrique Bernardo Núñez como antecedente a este género, quien después publicar las novelas Sol interior (1918), Después de Ayacucho (1920), Cubagua (1931) y La Galera de Tiberio (1938), se destacó en la prensa nacional entre 1943 y 1945, con los textos que luego compusieron el libro Orinoco y Tres momentos en la controversia de límites de Guayana.

Núñez se alejó de la ficción y se dedicó a escribir historias de nuestra historia —sin desligarse del periodismo— mientras revisa y reescribe Cubagua y La Galera de Tiberio, sus “novelas eternas”. 

“Desearía escribir una nueva versión de Cubagua, de igual modo que a veces nos viene el deseo de hacer una nueva versión de la vida”, escribió en 1959.

Convencido de que “la historia es la conciencia de los pueblos”, escribió para El Universal, en 1942,un artículo de opinión que tituló “Historia contemporánea”, en donde expresó que “se ha decidido que no haya historia de los últimos tiempos. La historia contemporánea viene a ser zona prohibida. […] sabemos poco acerca de la historia de nuestro país en los últimos cuarenta o cincuenta años por lo menos.Lo sabemos de un modo vago”.

Bajo la premisa de recuperar nuestra memoria están escritas El hombre de la levita gris —que explora un momento crucial en el periplo vital de Cipriano Castro—, Orinoco (Capítulo de una historia de este río) y Tres momentos en la controversia de límites de Guayana, entre otros escritos. Hoy, Orinoco y Tres momentos… se publican juntos en edición preparada por Alejandro Bruzual.  

Núñez consideraba que la “ignorancia retarda nuestro progreso e impide una noción clara de hombres y hechos de nuestra historia. Nuestra misma vida particular se resiente de tal ignorancia. […] Escribir de historia contemporánea es penoso, no hay duda, pero necesario. No pueden quedar esas lagunas en la historia de nuestro país”.

Orinoco (Capítulo de una historia de este río) es un texto que se lee como si fuera un cuento y así fue considerado, al punto que fue impreso en 1991 conjuntamente con la novela Cubagua en la Biblioteca Popular Venezolana, bajo la coedición del Ministerio de Educación y la Academia Nacional de la Historia.

Hay que adentrarse en la historia para comprender nuestro presente. Es por ello que Núñez no escatima en sumergirse en documentos y diarios de piratas y personajes que representan los intereses imperiales para demostrar los derechos de Venezuela.

Orinoco está escrito como si fuera una novela de aventuras —que aunque hay piratas, pues no es de aventura— y Tres momentos en la controversia de límites de Guayana, una historia de intrigas —que efectivamente lo es, pero en donde el ejercicio del poder imperial de la época jugó perversamente con un laudo arbitral en Paris, el 3 de octubre de 1899, hace exactamente 125 años—.

El interés por Venezuela era evidente. No es casual que un año antes se haya publicado El soberbio Orinoco, del escritor francés Julio Verne, justo en el país en donde la Doctrina Monroe hizo que se firmara el fraudulento laudo arbitral que adjudicó nuestra Guayana a la corona Británica.

Recientes son las obras en donde nuestros ríos y mares son parte del imaginario con filibusteros, entre ellos, Pirata, de Luis Britto García, e Historia del señor Cody, de Benito Yrady.

Así como es referencia en el periodismo Enrique Bernardo Núñez, también es vital y literaria para quienes quieran pisar los terrenos de la historia y la ficción venezolana.

El incesante oficio de la piratería

El abogado estadounidense, encargado de la defensa de Venezuela en el Laudo Arbitral de París de 1899, Severo Mallet Prevost,  no quiso morirse sin dejar testimonio de la felonía acordada entre los dos jueces ingleses y el ruso para imponer a Venezuela una decisión que, como se repitió entonces hasta el cansancio, trazó una línea de transacción y no de derecho. En otras palabras, se repartió el área de acuerdo con los intereses de Inglaterra y no de los demostrados derechos de Venezuela.

Como si fuese uno de esos textos titulados “Todo lo que usted quería saber…”, Enrique Bernardo Núñez nos ha dejado en su libro “Orinoco” un extenso legado sobre ese litigio  hoy por hoy más actual y pertinente que nunca.

Con un incuestionable estilo periodístico, un lenguaje preciso y directo, y con el añadido de uno que otro giro irónico en el transcurrir de sus páginas, el autor despliega el resultado de una acuciosa investigación acerca del diferendo entre Venezuela e Inglaterra por la región del Esequibo.

El litigio, que pronto alcanzará los doscientos años, es presentado por Núñez con una objetividad casi fotográfica. Sigue los documentos y la correspondencia donde reposa toda la información del caso con un deseo de precisión que se ve sobresaltado solo de tanto en tanto, cuando la voz de esa especie de narrador omnisciente que dirige el relato no logra controlarse y deja filtrar algún gesto expresivo, solo para recordarnos que  él está allí como un filtro a cuyo través nos llega el caudal información sobre el asunto.

De la última página del libro se sale convencidos de que nada, o muy poco, ha cambiado; no solo durante las dos centurias de litigio, sino incluso de mucho antes. Cuando Walter Raleigh, en el siglo XVII, se proponía regalar La Guayana a su reina, flotaba ya en la imaginación de los conquistadores la ilusión del Dorado. Se dice ilusión porque en nuestro tiempo sabemos que el Dorado no existe, al menos no en los términos que entonces se concebía. Para aquellos hombres, en cambio, el Dorado era  de una realidad a toda prueba, y hasta hubo quien juró haberlo visto.

Cuenta Núñez que un tal Juan Martínez decía haber entrado a la ciudad llevado por unos indios que lo encontraron agonizante. Contaba que, aunque vivió allí durante siete, meses le era imposible regresar pues tanto a su llegada como a su partida lo había hecho con los ojos vendados.

La pervivencia de ese espejismo alcanzó incluso a los miembros del tribunal que en 1899 se reúne para emitir un fallo arbitral sobre el diferendo, como lo apunta muy bien Alejandro Bruzual en el prólogo del libro. La diferencia entre una época y otra estriba en que a finales del siglo XIX ya era un hecho comprobado el potencial aurífero y en general minero de la región de Guayana.

El relato de Núñez se despliega con la agilidad de una historia de ficción; tal vez sea esa la causa de que terminemos de leerlo convencidos de haber asistido al enfrentamiento entre un grandulón armado de garrote y un indefenso adolescente cuyo único recurso es apelar siempre al imperio de la ley; ley a la que el grandulón opone un pragmatismo de conquistador prevalido de su poderío.

El ministro Benjamín Qüenza le reporta a Guzmán Blanco: “Avanzar y avanzar es su sistema, animados con el poder que les da la fuerza y escudados por nuestra debilidad”.

En ese contexto de ficción y aventuras, aparece, poco antes de terminar el libro, la figura de Domingo Antonio Sifontes, un general venezolano que se enfrenta a los ingleses ya no con el lenguaje diplomático que alude a los derechos ancestrales del país, sino con unos arrestos militares que, como lectores, hemos estado esperando a lo largo de todo el recuento. En las pocas páginas donde aparece, Sifontes aporta un aire de reivindicación que no podemos sino aplaudir, más allá de haber sido un hecho aislado y casi individual en la secuencia de acontecimientos que comprende tan antiguo diferendo. Orinoco” es, en nuestros días, un libro de obligatoria lectura, dado el momento histórico en el que nos encontramos, incluida la renovada dinámica del reclamo de Venezuela sobre el territorio de la Guayana Esequiba.

Celebran 1er Encuentro Nacional de Narradores Orales en Aragua

Este jueves 3 de octubre se inauguró en la Base de Paz “Gran Tiuna” de Maracay, estado Aragua, el 1er Encuentro Nacional de Narradores Orales, Cuenteros Populares y Cacheros de Venezuela, en honor a Caimán de Sanare, considerado en el país el “cuentacuentos mayor”.

El evento, que se desarrollará hasta este domingo 6, reúne a más de 90 participantes de toda Venezuela y busca exaltar la cultura oral del país que también forma parte de la identidad de los pueblos.

Se trata de un encuentro que cuenta con el apoyo del Ministerio del Poder Popular para la Cultura (Mppc) a cargo del ministro Ernesto Villegas Poljak, mediante el Gabinete Estadal de Cultura en Aragua, y la Gobernación de esta entidad que lidera la gobernadora Karina Carpio, a través de la Secretaría de Cultura, además de otros entes, como el Movimiento Futuro y las Alcaldías de Sucre y Girardot.

En representación del Mppc, el acto de inauguración contó con la presencia del viceministro de Fomento para la Economía Cultural y presidente del Centro Nacional del Libro (Cenal), Raúl Cazal, quien explicó que “esta iniciativa tiene un gran valor, porque es el rescate de las historias de nuestros pueblos originarios, afrodescendientes y de toda nuestra conformación como República”.

Agregó el viceministro Cazal que “todo está enlazado con la narración oral, que procede muchas veces de lo escrito, pero que tiene un valor fundamental en esa puesta en escena que le generan los cuentacuentos y narradores orales “.

Indicó que como parte del encuentro se llevan a cabo talleres y discusiones que tendrán resultados concretos en función de generar un movimiento que sea nacional.

“La idea es que se realice también en otras regiones y hacer que los cuentacuentos formen parte de esta nueva forma de hacer literatura oral”, refirió.

Subrayó que ya existe un apartado en la Gran Misión Viva Venezuela mi Patria Querida para el registro de narradores orales, como parte de la dinámica del Ministerio del Poder Popular para la Cultura en apoyo a narradores orales y cuentacuentos y la generación de políticas en beneficio de este sector que integra la cultura.