Extendidas bienales de literatura Lydda Franco Farías y Argimiro Gabaldón hasta el 15 de septiembre

Hasta el 15 de septiembre de 2024 fueron extendidos los concursos de Poesía de la IV Bienal Nacional de Literatura Lydda Franco Farías y de Ensayo de la VII Bienal Nacional de Literatura Argimiro Gabaldón.

La convocatoria para participar en estos concursos es impulsada por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura (Mppc) a través del Centro Nacional del Libro (Cenal).

Estas bienales de literatura, junto a otras cinco que también fueron convocadas por el Mppc para el año en curso, estarán premiando obras inéditas como parte de las políticas culturales del Gobierno Bolivariano orientadas a promover la producción literaria e incentivar el desarrollo de nuevos autores.

Además de las bienales nacionales de literatura Lydda Franco Farías y Argimiro Gabaldón, fueron convocadas a través del Cenal la XI Bienal Nacional de Literatura Orlando Araujo, mención Narrativa breve, hasta el 15 de septiembre; la V Bienal Nacional de Literatura Manuel Felipe Rugeles, mención Literatura infantil (poesía), hasta el 30 de septiembre; y la VII Bienal Nacional de Literatura José Vicente Abreu, mención Novela histórica, hasta el 31 de agosto.

Se suman la II Bienal Nacional de Literatura César Rengifo, mención Ensayo Teatral, y la II Bienal Nacional de Literatura Apacuana, mención Dramaturgia, convocadas por el Mppc mediante la Compañía Nacional de Teatro (CNT) conjuntamente con el Cenal y cuyos lapsos para la recepción de obras cerrarán el 20 de octubre.

La premiación en cada bienal incluye la publicación por Monte Ávila de la obra ganadora y cien mil bolívares (Bs 100.000,00).

Las bases completas de cada bienal con los requisitos de participación, fechas límite de entrega y otras especificaciones relevantes están disponibles en el sitio web del Cenal: www.cenal.gob.ve.

Te invitamos a conocer las bases:

II Bienal Nacional de Literatura César Rengifo

II Bienal Nacional de Literatura Apacuana

IV Bienal Nacional de Literatura Lydda Franco Farías

V Bienal Nacional de Literatura Manuel Felipe Rugeles

VII Bienal Nacional de Literatura José Vicente Abreu

VII Bienal Nacional de Literatura Argimiro Gabaldón

XI Bienal Nacional de Literatura Orlando Araujo

La educación sentimental

Gustave Flaubert suplicó que no leyeran La educación sentimental “como los niños: por diversión; ni por instrucción, como los ambiciosos. Leedla para vivir”. Seguramente más de un lector se ha tomado en serio aquello de leer para vivir, sobre todo cuando leer es la opción de vivir otras vidas, en otros mundos.

La novela Si tú me miras, de Laura Antillano, tiene que ver con el axioma antes expuesto. Escrita y editada inicialmente con el propósito de ser “literatura juvenil”, es más bien una historia que puede ser tanto ficción como real, éticamente reconfortante al intentar resolver los conflictos de una familia que se corresponde con las actuales: hijos con padres divorciados y padres ocupados por el trabajo.

El móvil de unas hijas menores de edad preocupadas porque su madre consiga una pareja es quizás la aventura que propone la novela en donde se mezcla poesía, canciones pop y crónicas de un pasado que parecieran ser actuales.

En las sagradas escrituras se afirma que todo está escrito, sin embargo, las historias vuelven una y otra vez a contarse. Esta vez, en Si tú me miras, el telón de fondo es el mar que contiene el secreto y misterio del origen de la vida. Pero también posee leyes y Laura Antillano nos la presenta en las diferentes dimensiones, en las que corresponden con el acto de la vida.

Cada vez que leo sobre el mar no sé por qué la memoria me trae el poema “Escrito con Cernuda”, del mexicano Juan Domingo Argüelles:

Desde que tengo el mar ya no pienso en el cielo.
El mar es infinitamente más perdurable; en todo caso
El mar es más certero y en él los ángeles se ahogan
Con el obvio perjuicio para la castidad. El cielo,
En cambio, ya no tiene misterio; su perfección
Lo ha hecho sólo habitable para los santos
O los imbéciles; sobre todo hoy sabemos
Que no existen los cantos celestiales: el Apolo 14
No los oyó. Desde que tengo el mar solo pienso en el mar.
El mar es un olvido, una canción, un labio;
El mar es un amante, fiel respuesta al deseo.
Es como un ruiseñor, y sus aguas son plumas.
Impulsos que levantan a las frías estrellas…

A veces la memoria es capaz de colarnos historias que necesariamente no son las que buscamos y comenzamos a sacar cuentas de cómo van envejeciendo las canciones, los libros, la películas.

La educación sentimental es considerada, siglo y medio después, como una “obra deslumbrante, dotada de una clarividencia tan penetrante respecto a nuestra sociedad contemporánea como a la de 1840, es un relato que, milagrosamente, no ha envejecido ni un ápice y cuya intensidad crítica se hace más profunda a cada nueva lectura”, afirma Hermenegildo Giner de los Ríos.

La obra de Flaubert comienza con un personaje que tiene 18 años de edad, los mismos que posee en este momento la novela Si tú me miras. Apenas cumple la mayoría de edad desde su aparición y la autora no pretende abordar una historia como la del escritor francés, si no acercarse a su tiempo —principios de este milenio— y hacer pulso con los momentos políticos vividos.

Su mirada es íntima, como buena parte de su obra, diría el crítico Douglas Bohórquez. Nada es añejo para Laura Antillano y lo que es pasado lo rescata como valor simbólico para sostener una historia cotidiana que se alimenta de las sorpresas del conocimiento y de alguna manera le rinde tributo a los saberes sobre el mar y los seres que forman parte de ese ecosistema, mientras retrata la educación de unas jóvenes que han decidido tener pasos propios, pero que aún necesitan guías de sus padres.

Aún recuerdo las discusiones que sostenía con mi padre cuando uno ya no era un muchacho y sostenía una familia con hijos. A veces no lograba comprender las discusiones y por qué se desataban hasta que vi la película canadiense Las invasiones bárbaras. Ella dio con la clave sentimental en medio de los avances de la derecha y el neoliberalismo en el mundo: mi padre siempre será mi padre y por más que yo tenga razón, seré su hijo.

La lección de Si tú me miras es el valor sentimental, íntimo, de Laura Antillano que no pretende educar a una generación, sino retratarla.

Mirar la literatura juvenil desde Si tú me miras

En su obra, tal vez incluso sin proponérselo, Laura Antillano le sale al paso a la viejísima disyuntiva acerca del lenguaje apropiado para lo que solemos llamar literatura infantil y juvenil. Lo hace en Si tú me miras y en el resto de sus libros dirigidos a esa población lectora, como Diana en la tierra wayuu o ¿Cenan los tigres la noche de navidad?, por citar solo dos.

La discusión acerca de qué elementos  convierten un libro en apto para ser leído por los más jóvenes es larga y tal vez inacabable. Si hubiese algun modo de concluirla,  sería, con toda seguridad, asomando una variedad de respuestas a las interrogantes que genera.

La más visible de esas respuestas puede  que no esté inevitablemente ligada al trabajo del escritor, sino al estilo que la industria editorial imprime a algunos de sus productos. En El mundo como representación, Roger Chartier explica cómo los editores usan ciertas estrategias para definir el tipo de recepción que los lectores harán de un texto. De esas estrategias, Chartier destaca la materialidad del libro (tamaño, diagramación, colorido, etc.) y la dimensión y organización del texto (tipo de letras, más o menos texto en una página, etc.).

Si se requiere prueba de la capacidad de los editores para dirigir la recepción de los textos hacia cierto  conglomerado lector, basta con apuntar a esas colecciones en las que la obra de autores clásicos, que jamás fue considerada lectura juvenil, se publica en formatos que anuncian, de manera expresa, que se orientan a lectores niños y jóvenes.

En Venezuela, la misma Laura Antillano ha llevado adelante una colección que selecciona textos de nuestros más distinguidos poetas y los dirige especialmente a ese público.

El ejemplo más extremo de que no hay restricciones a la hora de destinar un texto a un conglomerado lector, tal vez sea la experiencia de la española Ediciones de la Torre, que publicó una selección de poemas de Miguel Hernández para niños. Uso aquí el adjetivo extremo tomando en consideración el carácter tétrico de la obra de Miguel Hernández; lobreguez asumida, en este caso, también por las ilustraciones.

Dejando atrás el trabajo de los editores y volviendo al oficio de los escritores, algunos suelen pensar que la literatura para niños y jóvenes debe estar escrita con una especie de ñoñería en lo que respecta a temas y  lenguaje. Nada más lejos de la verdad.

En el caso de  Si tú me miras, de Laura Antillano, si bien sus personajes principales son dos adolescentes, la autora ha sabido construirles una  visión del mundo a la vez ingenua y madura; una desmesurada curiosidad, así como un notable entusiasmo por la travesura. Elementos todos que solemos asociar con la juventud.  De otro lado, la novela aborda temas y situaciones que, hasta no hace mucho, la mayoría  de los padres prefería mantener ocultos de sus hijos, por dolorosos o por muy serios. Lo cierto es que Si tú me miras incorpora muchos de esos temas y lo hace con una naturalidad y, al mismo tiempo, con una profundidad  que sorprende por igual a jóvenes y adultos. Así, tópicos de estricto carácter colectivo, como la responsabilidad social, la necesidad de cuidar el ambiente o el abuso de las transnacionales comparten página con  otros de condición más íntima, como el amor, el divorcio o las creencias y supersticiones.

En Si tú me miras, nada de eso está tratado de un modo que no atraiga el interés sea de un  adulto o de un adolescente.

Tal vez lo que delimite a los eventuales lectores de un texto literario no sea su edad sino su entrenamiento para la lectura. La creación literaria ha oscilado, históricamente, entre periodos  más herméticos o más claros y comprensibles. Si bien es verdad que no todo el mundo está en capacidad de leer el Ulises de James Joyce, entendemos que no es un asunto de edad sino de preparación.

Mientras tal incógnita se dilucida, es una agradable sorpresa  encontrar obras que, como las de Laura Antillano, son capaces de cautivar con sus temas y sus estrategias narrativas no solo a los lectores jóvenes a quienes, se supone, están dirigidas, sino a un colectivo lector mucho más amplio cuyo factor definitorio no es, en absoluto, la edad.

Ficciones en la literatura erótica

Comenzaba a correr el año 2003 cuando el editor Leonardo Milla me invitó a almorzar a un restaurant en Sabana Grande. Era la época en que yo dirigía una editorial y librería virtual que se llamó Comala.com. En medio del almuerzo, después de conversaciones típicas de editores y antes de la sobremesa, me dice que quiere crear una colección y un premio de literatura erótica.

Para Milla era el momento propicio para lanzar este concurso literario debido a que en 2002 el Premio La Sonrisa Vertical, de la editorial Tusquets, el fallo fue desierto y tenía información de primera mano de que no continuaría por la poca calidad literaria. Así que me propuso que dirigiera la novísima colección para Alfadil y que participara en el jurado como presidente.

El premio, que se llamó Letra Erecta, tuvo tres ediciones y los ganadores fueron la cubana Vivian Jiménez, el español José Luis Muñoz (Premio Sonrisa Vertical, 1990) y el peruano-venezolano Jorge Gustavo Portella. La colección logró tener las firmas de Denzil Romero con La esposa del Dr. Thorne (Premio La Sonrisa Vertical, 1988) y Ana Teresa Torres con su novela La favorita del Señor (finalista del Premio La Sonrisa Vertical, 1993). También entró en el catálogo Israel Centeno con La casa del dragón (2004).

En la última edición del premio una escritora pidió la valoración de por qué no había logrado alguna distinción. El certamen era bajo seudónimo y los manuscritos debían ser inéditos, pero reveló su autoría al enviar la petición a través de un correo electrónico. Este no fue respondido porque no estaba estipulado en las bases, pero a los días insistió con una llamada telefónica a la gerente editorial de Alfadil pidiendo explicaciones.

Mi respuesta a la Gerente, si mal no recuerdo, fue que para que una novela erótica sea considerada como tal, primero tiene que ser novela y luego erótica. No pongo comillas porque perdí el correo, pero es algo que puedo sostener en cualquier momento. “Soy de pocas ideas, pero fijas”, como decía el matemático Frank Baíz Quevedo.

Traigo a colación esta historia personal porque en la víspera de la Feria del Libro de Madrid, Rosa Montero promocionó por las redes sociales el libro de una autora que ha logrado fama con la literatura erótica: “Si queréis comprar una novela magnífica, os aconsejo que compréis La tarde que Bobby no bajó a jugar, de la cubana-portorriqueña Mayra Montero (nada que ver conmigo pese al apellido) que es un libro fabuloso, que además de ser literariamente buenísimo está basado en la realidad, en una historia increíble del tremendo ajedrecista Bobby Fisher. Os va a encantar, os lo aseguro”.

Mayra Montero (1952) fue finalista del premio La Sonrisa Vertical  en 1991 con La última noche que pasé contigo, pero en 2000 logra alzarse con el premio con Púrpura profundo. Antes de aparecer su más reciente novela, publicó entre otras, una novela histórica sobre Francisco de Miranda, El caballero de San Petesburgo.

La tarde que Bobby no bajó a jugar ha sido publicitada como una historia real. Supuestamente la autora guardó el secreto hasta que desaparecieran físicamente su madre; pero en especial, su esposo. El secreto tan bien guardado confirma que el morbo no escapa ni siquiera al mercado editorial español.

La novela está escrita extraordinariamente bien, como una relojería suiza, en donde además, tenía que serlo, puesto que unos relojeros polacos —y sus descendientes cubanos— son parte de la historia con Bobby Fischer, el talentoso ajedrecista, cuando fue a Cuba a la edad de 13 años con su madre a participar en las sesiones de simultáneas en el Club Capablanca, en donde ganó diez partidas y empató dos. En ese año, 1956, comenzó a ser reconocido por el público y la prensa.

La historia transcurre en alternancias con 1966, su segunda visita a Cuba en donde Mayra, bajo el nombre de Miriam en la novela, ha sido utilizada como peón del tablero de ajedrez puesto que el personaje, desde sus 14 años critica a la revolución cubana, pero idealiza el entramado en que ella estuvo sometida e idealiza una supuesta relación amorosa. La abuela y escritora Mayra Montero, sin ser diestra en el juego del ejército, hizo jaque al ajedrecista estrella de Estados Unidos, a quien ahora algunos lectores no verán con los mismos ojos.

Crónica del alfil y la reina

Esta es la novela más personal de Mayra Montero. Lo ha dicho ella misma. Narra un acontecimiento de su vida que mantuvo oculto, a lo largo de muchos años, incluso de sus parientes más cercanos, léase madre y marido. Ese hecho, en apariencia simple, puede que haya marcado no solo el rumbo que tomaría el relato, sino incluso la calidad del mismo al compararlo con otras de sus obras.

Montero ha declarado que no escribió antes esta novela porque vivían su madre y su marido pues el asunto les podía resultar muy espinoso. Por muy humano que parezca, no deja de ser controvertido que un autor justifique de ese modo lo que publica y lo que no. Antes bien, pone en juego un elemento de domesticidad que para nada ayuda a la idea que el lector puede hacerse de la obra, aun antes de leerla.

La proximidad autobiográfica no es siempre un factor que potencie el relato. De hecho, es posible que se convierta en una rémora implantada allí por una valoración de lo que se cuenta que el lector no está obligado a compartir.

La novela se desarrolla en dos grandes vertientes. De un lado, la reconstrucción de la vida habanera antes y después de la revolución; del otro, una mirada amplia al mundo de las competencias de ajedrez, especialmente en las décadas de los 50 y 60, con las implicaciones políticas que esas competencias adquirían en la época de la guerra fría.

El seguimiento a Bobby Fischer se hace con una minuciosidad documental absolutamente convincente. De hecho, la escritora se  ocupa, al final de su obra, de suministrar información acerca de sus fuentes y de agradecer a quienes colaboraron en la recopilación de tales datos. Digamos que, para los aficionados al ajedrez, el relato ofrece un interesante seguimiento de la vida y desempeño de uno de los grandes maestros del siglo XX; además de dar una imagen no siempre edulcorada de unos individuos que, según la propia novela, son realmente guerreros que, apaciguando el ánimo belicista, se conforman con volcar su violencia sobre un tablero: aunque por momentos esa violencia pueda desbordar las sesenta y cuatro casillas  e invadir la realidad hasta mancharla de sangre.

Y aquí viene el asunto de lo autobiográfico. La historia de una niña  de catorce años que va en pos de un autógrafo del ajedrecista estrella y termina con él en la cama resulta poco convincente, por muy verdadera que sea la historia. Una prueba más de que la literatura solo sigue sus propias leyes y no suele prestarse para jugar solo el papel de registro documental.

Aunque sea imposible saber dónde termina lo autobiográfico y dónde empieza la pura ficción, lo cierto es que el argumento según el cual un grupo de muchachas le imponen a la protagonista que consiga el autógrafo para, todas ellas, recibir a cambio un disco de los Beatles resulta increíblemente débil. La narración no logra, aquí, que peripecia y personajes alcancen una mínima verosimilitud y que no terminen siendo un pretexto mal logrado para entrar a lo que verdaderamente importa, es decir, el encuentro con Bobby Fischer.

Lo mejor  de esta parte de la novela puede que sea la descripción de la cotidianidad familiar en la Cuba de la primera década de la revolución. Aunque contado desde el disentimiento, es posible familiarizarse con los avatares de un cambio político que se inicia y el impacto, no siempre agradable, que tal cambio tuvo en la vida privada de los individuos.

En cierta forma todo es tangencial en esta novela. Personajes y acontecimientos existen solo para que, casi por accidente, lleven agua al cauce que arrastrará a la niña que narra al encuentro con Bobby Fischer. Sucede con los tres individuos que integran la familia de relojeros de origen polaco. Sin duda los personajes más convincentes y mejor construidos de toda la obra, con una admirable complejidad de caracteres. La peripecia amorosa de uno de ellos produce algunos de los capítulos más logradamente conmovedores de todo el libro, aunque también, todo hay que decirlo, algunos de los más telenovelescamente melodrámaticos.

En fin, una novela bien escrita, con notables altibajos en el desarrollo de la anécdota, que vale la pena leer siempre que se moderen las expectativas.

Filven 2024: Un baluarte en tiempos de resistencia cultural y de unión en la diversidad

La 20ª Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven) 2024, ha cerrado sus puertas luego de diez intensos días de intercambio cultural y literario, consolidándose como uno de los eventos más significativos en el panorama cultural venezolano. Esta edición, que tuvo como lema “Leer transforma”, no solo celebró casi dos décadas de existencia ininterrumpida, sino que también reafirmó su papel como baluarte de resistencia cultural.

Desde la Galería de Arte Nacional (GAN), se desarrolló este 21 de julio el acto de clausura con la presencia del ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas Poljak; el viceministro de Fomento de la Economía Cultural y presidente del Centro Nacional del Libro (Cenal), Raúl Cazal; el presidente del Centro de la Diversidad Cultural y escritor homenajeado, Benito Irady; la embajadora de Sudáfrica, país invitado de honor, Lindiwe Michelle Maseko, y el embajador de la República árabe de Egipto, Kareem Esaam El-Din Amin, el próximo país invitado de honor a la venidera feria internacional.

La feria no solo cumplió una función de difusión literaria, sino que también se ha convertido en un instrumento de diplomacia cultural, tendiendo puentes entre naciones y culturas diversas. La participación de Sudáfrica como país invitado de honor en esta edición es un claro ejemplo de cómo la literatura puede ser un vehículo para el entendimiento intercultural y la solidaridad internacional.

Espacio de fomento literario y encuentro cultural

La Filven, una creación del comandante Hugo Chávez, ha logrado mantenerse como un espacio de encuentro y difusión literaria a lo largo de 20 ediciones. El ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas, destacó este logro: “Se dice rápido pero ya van 20 ediciones de esta feria, 20 ediciones ininterrumpidas, una creación del comandante Hugo Rafael Chávez Frías, legado que no se ha detenido en las más difíciles circunstancias y que, al contrario, ha crecido y seguirá creciendo cada vez más.”

La feria ha contado con la participación de países invitados de honor tan diversos como Colombia, Vietnam, México, China, Turquía, Cuba, Argentina, Ecuador, Bolivia, Uruguay, Brasil, Puerto Rico, Francia y Rusia, evidenciando su carácter internacional y su capacidad para tender puentes culturales.

Sudáfrica: Un puente entre continentes a través de las letras

En esta edición, Sudáfrica fue el país invitado de honor, lo que permitió un acercamiento único entre la literatura africana y latinoamericana. La embajadora sudafricana, Lindiwe Michelle Maseko, expresó: “Esta feria les ha permitido a nuestros autores interactuar con sus colegas venezolanos, tener conversatorios a través de todas las ferias, y hacer llegar ese crisol de nacionalidades que hay en Sudáfrica, a través de su literatura y de estas charlas al pueblo venezolano.”

El tributo a figuras como Nelson Mandela, no como un ícono desactivado sino como un revolucionario en plena vigencia, refleja una postura crítica frente a los intentos de despolitización de actores históricos significativos.

La participación de 18 autores sudafricanos, representando diversas regiones y géneros literarios, enriqueció el panorama cultural de la feria. Fiona Snyckers, una de las autoras invitadas, resaltó la importancia de este encuentro: “En estos días que hemos estado aquí los autores de Sudáfrica, hemos hecho muchas conexiones con todos ustedes, hemos hecho intercambios de los sitios webs y de nuestros correos electrónicos para este intercambio futuro. Nosotros creemos que con todo esto que hemos hecho estamos sentando las bases para futuras relaciones y vínculos que nos van a propulsar hacia un futuro mejor”, declaró.

Benito Yradi: Homenaje a la cultura popular venezolana

El escritor homenajeado y presidente del Centro de la Diversidad Cultural, Benito Yradi, con 55 años dedicados a la cultura popular de Venezuela, manifestó su gratitud ante un tributo que no esperaba. “Este es un reconocimiento para el pueblo, el que yo llamo el país profundo, y han estado aquí con su música, con sus cantos, con toda esa riqueza de este país que amamos tanto.”

Proyección regional e internacional

La Filven no solo se limita a la capital venezolana, sino que se extiende por todo el país a través de ferias regionales, llevando la literatura y el conocimiento a diversos rincones de Venezuela. La feria ya mira hacia el futuro, con Egipto como país invitado de honor para la edición de 2025.

El embajador egipcio, Kareem Essam El-Din Amin, expresó su entusiasmo. “Desde hoy trabajaremos con todas nuestras fuerzas, mano a mano con nuestros hermanos de Venezuela para tener una gran exhibición el año que viene, mostrando distintos aspectos de la cultura egipcia con autores y libros, algunos de hace miles de años y otros de autores contemporáneos”, expresó.

La 20ª Feria Internacional del Libro de Venezuela se ha erigido como un ejemplo de resistencia cultural en un contexto político y económico complejo. Su capacidad para mantener y expandir un espacio de intercambio literario y cultural durante casi dos décadas es un logro significativo que trasciende las fronteras venezolanas.

La Filven cierra con éxito y ya mira hacia el futuro

La Feria Internacional del Libro de Venezuela se mantiene como un bastión de resistencia contra la hegemonía cultural, ofreciendo una plataforma para voces diversas y narrativas alternativas. Este evento no solo se consolida como un referente cultural de primer orden en la capital, sino que también asume el desafío de expandir su alcance hacia sectores más amplios de la población.

A través de la literatura y el intercambio de ideas y saberes, la Filven demostró el poder transformador de la cultura como herramientas de cambio social y resistencia ante factores dominantes, posicionándose como un indicador significativo de la vitalidad cultural y la resiliencia de nuestro país.

FIN/FILVEN/BC/REP

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Juan Carlos Monedero presenta “Política para indiferentes”, un libro para la acción colectiva

El politólogo español Juan Carlos Monedero presentó en la 20ª Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven) 2024 su más reciente obra, “Política para indiferentes”. El evento contó con la presencia del filósofo y escritor Miguel Ángel Pérez Pirela y el viceministro para el Fomento de la Economía Cultural y presidente del Centro Nacional del Libro (Cenal), Raúl Cazal.

Monedero explicó que su obra busca alejarse de la academia tradicional, que solo escribe para los académicos. En su lugar, propone un texto accesible y práctico que sirva como un llamado a la acción. En ese sentido, enfatizó la importancia de la participación ciudadana en la política: “Si no hacemos política nos la hacen, y siempre que nos hacen la política desde fuera nos la hacen a mayor gloria de los poderosos y se olvidan de los pueblos”. El libro, por eso, se propone como un “antimanual” que ofrece un itinerario de conceptos básicos para comprender y participar en el campo político.

Miguel Ángel Pérez Pirela destacó la relevancia de la obra en el contexto actual. “Uno de los más grandes propósitos del capitalismo, del cual se habla aquí, es dejarnos indiferentes frente a la política, es decir, dejar que la política quede en manos de algunos”. En este sentido, el libro se presenta como una herramienta para contrarrestar esta tendencia.

Para Pérez Pirela, “Política para indiferentes” pone a Juan Carlos Monedero a la vanguardia de la discusión filosófica, política y contemporánea. “Cita a los clásicos, pero también a los clásicos contemporáneos. Tiene una metodología científico-social, con un conglomerado de fuentes y de citas que ya nos hace leer el libro más desde la fuente que desde los textos, es decir, es un apoyo teórico también muy grande”.

Por su parte, Raúl Cazal agradeció la presencia del politólogo y el hecho de que el libro se hiciera posible gracias a los acuerdos del Cenal con el Fondo de Cultura Económica. Ambas instituciones “tienen políticas similares con respecto a lo que nosotros hacemos en la plataforma de libros, son similares nuestros planes, nuestras formas de ver el libro, nuestras formas de ver a los lectores, que no lo vemos como mercancía”, expresó el viceministro, quien felicitó que el libro estuviera dentro del ranking de los 10 títulos más vendidos del Pabellón Venezuela.

Recuperando el lenguaje de la política

Uno de los elementos clave que Monedero resalta en su libro es la importancia de recuperar el propio lenguaje de la política. “Vivimos en sociedades saturadas audiovisualmente, y uno de los elementos esenciales es recuperar el propio diccionario para que no nos gobiernen con las palabras de los otros; por tanto, me detengo en el libro a analizar toda la construcción del lenguaje neoliberal, el lenguaje de la flexibilidad, el lenguaje donde casi no podemos hablar ni de capitalismo, ahora parece sustituirlo la economía del mercado”, reflexionó.

En palabras de Monedero, “Política para indiferentes” tiene como objetivo ser “un manual, en realidad quiere ser un antimanual de política, para que todo el mundo que se adentre en este libro tenga un itinerario de las cosas básicas que hay que saber para saber de política”.

El politólogo concluyó su presentación haciendo hincapié en la importancia de la imaginación y la creatividad para enfrentar los desafíos de este siglo: “Los grandes retos del siglo XXI los vamos a resolver tomándole el pulso a la realidad con imaginación”.

“Política para indiferentes” se presenta como una obra fundamental para comprender los desafíos y las claves del pensamiento político contemporáneo. Lejos de la torre de marfil académica, Monedero ofrece una herramienta práctica y accesible para la participación activa en la construcción de un proyecto transformador.

La obra está disponible en el Pabellón Venezuela de la feria, donde ya se encuentra entre los diez libros más vendidos. Promete ser una lectura fundamental para todos aquellos que buscan comprender y transformar la realidad política de nuestro tiempo.

FIN/FILVEN/BC/REP

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Filven, un lugar para el reencuentro donde nuestro norte sigue siendo el sur

El tiempo pasa, “y yo me iré, y se quedarán los pájaros cantando”. Así, el poeta Juan Ramón Jiménez nos recuerda con esa imagen demoledora de qué se trata la transitoriedad del momento. La 20ª Feria Internacional del Libro de Venezuela 2024 traslada a los espacios de la Galería de Arte Nacional el estruendo de las voces del pueblo que ha tendido un puente inquebrantable con el conocimiento.

Después de una semana completa de esta gran fiesta literaria, y faltándonos apenas dos días para que inicie su recorrido itinerante, es un buen momento para sentarnos y evaluar: ¿Cuál es el balance? ¿Qué hemos aprendido? ¿Qué expectativas teníamos y con qué nos hemos encontrado?

En una semana tan activa, no extraña encontrarse a una personalidad como Juan Carlos Monedero, comunicador social y profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, y escuchar sus análisis.

“La política tiene que ver con metas colectivas, con la sociedad. En democracia, tiene que ver con la construcción de una esfera pública. Esa esfera pública solo se puede construir con diálogo. Además, para conversar necesitamos palabras, para tener palabras necesitamos alfabetización y así poder luego profundizar en el mensaje. Aprender a leer y a escribir es un primer paso, y la Feria del Libro para el pueblo es un paso superior y una prueba de que se gobierna para el pueblo. Por eso, estar aquí me hace sentir parte de un proyecto hermoso que hermana a los pueblos”, aseveró.

Aquí mismo, en Caracas, también te puedes encontrar una celebridad del cine, como el sudafricano Jerry Mofokeng, quien regresó a su país conociendo “in situ” nuestra musicalidad y nuestro carisma. “Thank you, for this” (Gracias, por esto), respondió a quien le compartió un poema de nuestra América después de uno de los tantos conversatorios que ofreció.

Encuentros inesperados

Quizá te puedes conseguir a una leyenda del rock nacional como Paul Gillman, escuchando al filósofo Miguel Pérez Pirela presentar su libro. Otros tuvieron la oportunidad de hacer bailar el trompo con el ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas, quien con el noble corazón de un niño aprovechó la oportunidad de jugar con un desconocido a quien se encontró en la Feria.

La Filven también es una oportunidad para compartir con amigos que, al igual que tú, tal vez no buscan libros novedosos, sino un buen vino añejo como la “Paz y la guerra”, de León Tolstói, o “Crimen y castigo”, de Fiódor Dostoyevski.

Sin duda alguna, también hay que felicitar la labor editorial de “El Perro y la Rana”, por visibilizar trabajos que en otra época, en otro momento, sería imposible siquiera imaginarlos en un estand. Gracias, por el conocimiento ancestral de la sábila. Gracias Casimira, por mostrarnos la sabiduría de nuestras parteras negras. Más de una generación de madres en el campo, cantando nuestros pasajes, no hubieran visto este nuevo tiempo si no hubiera sido por la asistencia de esas parteras.

La Filven también es un espacio donde el niño, el joven, el adulto y los abuelos se reconocen más allá de la edad, la raza, el credo o la fe. “Esta Feria está llena de esa riqueza particular que nos dejan distintos libros y autores venezolanos. Pero, por ser una feria internacional, no se puede despreciar la importancia que tiene ese intercambio fecundo de Venezuela con otros países del mundo”, comentó en un breve encuentro en los pasillos el homenajeado principal de este año, Benito Yrady.

Sabemos que esta celebración es una digna manera de expresar esa política y diplomacia de paz y de entendimiento que siempre hemos defendido como venezolanos. En un espacio para el reencuentro. Acá nos encontramos los continentes, aquellos que inconformes con la injusticia siembran nuevos campos para la vida. Porque, de eso trata esta fiesta, de celebrar la lectura y la vida, recordando siempre que “Leer transforma”. Los esperamos en la GAN hasta este domingo 21 de julio.

Juan Carlos Torres

FIN/FILVEN/MG/MR

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“Maja mía”, una odisea de amor, memoria y resistencia

Desde el corazón de la 20ª Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven), Ernesto Villegas Poljak, figura polifacética que conjuga en su ser al periodista, al escritor y al ministro, presentó su novela “Maja mía”. La obra surgió de las entrañas de la memoria y el amor filial, fruto de un año entero de escritura robada a las madrugadas.

Este libro, el quinto publicado por Villegas, es un canto a la resiliencia, un homenaje a las raíces que se niegan a ser arrancadas por los vientos de la historia. El autor lo describe como un esfuerzo de reconstrucción histórica sobre la vida de su madre, Maja Poljak, escrito con ocasión de los 100 años de su nacimiento.

En la Sala Filven se reunieron Cósimo Mandrillo, narrador y autor ganador de la VII Bienal Nacional de Literatura Gustavo Pereira; la periodista y directora editorial Klara Aguilar, el dramaturgo Pablo García Gámez y el autor, Ernesto Villegas, ministro del Poder Popular para la Cultura.

Al hablar de “Maja Mía”, Mandrilo alabó que más allá del relato familiar, la obra enriquece el panorama del lector en su tratamiento de los hechos históricos y del contexto social que envuelve a sus personajes, producto de una intensa investigación.

“Lo familiar es el hilo conductor del relato, pero a medida que va contando las peripecias de su familia, el traslado de un país a otro y las persecuciones, va tejiendo un bagaje de conocimiento y de información con respecto a lo que acontecía en el contexto mundial. De esa manera, el libro deja de ser simplemente una crónica familiar”, expresó Mandrillo.

También aplaudió el análisis que ofrece sobre la situación en Venezuela. “No es la información escueta de un historiador, es información vista a través de los ojos de una persona que vivió acuciosamente esa realidad, analíticamente a través de lo que escribe y del tipo de lucha que libraba Maja Poljak”, expresó.

Un personaje fantástico

García Gámez recordó con gran afecto a “la señora Maja”, como solía llamarle desde que la conoció siendo niño, cuando trabajaba con su madre. En la obra, la describe como “un personaje fantástico”, de una militancia muy arraigada y que hacía todo en función del bien social.

“Es una mujer que enfrentó a la sociedad de su momento, que llegó a Venezuela aprendiendo el idioma y al poco tiempo escribía en periódicos. Una mujer que intuye lo que 30 o 40 años después llamamos feminismo, esa desigualdad que hay en la sociedad a partir de los géneros”, expresó García Gámez, rescatando esta obra como un saldo a favor de la memoria histórica y la lucha personal.

Con la pluma como brújula y el corazón como mapa, Villegas Poljak guía al lector por los laberintos del siglo XX a través de los ojos de Maja, su madre, quien como un Ulises moderno atravesó océanos de incertidumbre huyendo de la sombra nazi que azotó a Europa a finales de los años 40, para finalmente anclar su destino en las cálidas costas venezolanas.

En su intervención, Villegas agradeció la presencia de familiares y amigos entrañables, y la oportunidad de poder compartir sobre la vida de su madre. “Sus decisiones permitieron que estemos nosotros aquí con ustedes, porque ninguno de estos Villegas aquí presentes seríamos los mismos. Todo ha sido posible gracias a ella, el mejor legado fue su unión con el negro Cruz Villegas”.

No, en el nombre de Maja

Como autor, leyó un fragmento de la dedicatoria de su obra: “A las niñas y niños víctimas del holocausto europeo, de la conquista y colonización de América y África, del genocidio en curso en Palestina”. Además, recordó una expresión entre judíos y descendientes de judíos opuestos al genocidio en Palestina: “No en nuestro nombre”, y agregó el ministro: “y yo diría no, en el nombre de Maja”.

“Maja mía” trasciende lo individual para convertirse en un testimonio universal de resistencia y esperanza. En sus páginas, gestadas en los intersticios entre el deber público y la pasión privada, se reivindica la personalidad de una increíble mujer. Maja emerge de estas páginas, no como un apéndice de la historia de otros, sino como protagonista de su propia odisea. Periodista, militante, revolucionaria; cada faceta de su ser brilla con luz propia, desafiando los estereotipos y las simplificaciones.

La obra, publicada bajo el sello “Nosotros mismos”, es un acto de amor filial y un ejercicio de justicia histórica. Es un recordatorio de que nuestras vivencias son hilos en el gran tapiz de la historia universal, y que cada vida, por aparentemente pequeña que sea, contiene en sí misma la semilla de lo extraordinario.

En la Filven, entre estantes repletos de mundos por descubrir, “Maja mía” se alza como un faro, invitándonos a explorar la vida de una mujer excepcional y también los recovecos de nuestra propia humanidad.

FIN/FILVEN/BC/MR

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La Filven es un espacio para el reencuentro y el disfrute del arte y la literatura

En la Galería de Arte Nacional (GAN), situada en la avenida México de Caracas, conviven las artes plásticas y la literatura tras acoger la 20ª Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven) 2024, evento que fomenta la lectura y el intercambio cultural con otros países.

Al entrar en la GAN, los visitantes pueden recorrer los estands de las distintas casas editoriales, tanto nacionales como internacionales, para escoger los libros de su preferencia. Novelas, poesías e historias son parte de los productos editoriales que pueden ojear mientras disfrutan el olor de los libros.

Además, la feria sirve para reencontrarse con amigos, conocer nuevas personas con gustos en común, intercambiar saberes con otras naciones, disfrutar del arte, gozar de la literatura y hasta tomarse un cafecito.

En la galería se instalaron salas para las presentaciones de libros y conversatorios, donde se aborda la lectura como un acto de transformación en la sociedad.

De acuerdo con la socióloga María del Carmen Salinas, quien estaba recorriendo la feria, en el sitio las horas pasan y los visitantes pierden la noción del tiempo, al estar intercambiando conocimientos y dialogando con otras personas que comparten la misma afición por el libro.

Para ella, la literatura permite fortalecer el intelecto, estimular la imaginación y gestar sueños, que luego “se convierten en proyecto, por eso es importante leer”.

La feria estará en la GAN hasta el próximo 21 de julio, con una amplia programación que puede disfrutarse con amigos, familiares o de forma individual.

Los niños tienen un espacio especial para escuchar cuentos y conocer más de la historia de Delta Amacuro, estado homenajeado en esta edición.

FIN/FILVEN/FD/REP

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