La Feria Internacional del Libro de Venezuela (FILVEN), que tiene lugar cada año en la ciudad de Caracas, es la gran fiesta de la cultura en nuestro país, pues reúne en un solo espacio ameno y bien organizado a los actores que imprimen un esfuerzo incansable los 365 días del año para hacer avanzar con pie firme la industria editorial y llevar productos de calidad al público, la razón de ser de su pasión. Una de las tareas más nobles que encontramos en la feria es la que desempeñan los encargados de los stands de las editoriales, quienes desde muy temprano, durante todo el evento, disponen de todo para hacer que quienes acudan a comprar sus libros no entren en un mero intercambio comercial, sino que tengan una experiencia humana memorable que los deje con ganas de volver. Y vaya que la estrategia da resultados. Para muestra la charla que sostuvimos con dos de ellos, Luis Montenegro, de la editorial Vadell Hermanos; y Julio Villamizar, de Libros La Merideña. Estos dos libreros de la feria nos contaron cuán satisfechos estaban por la inmensa cantidad de público que ha acudido a la feria y que han salido con las manos llenas de libros, de toda la sabiduría que ellos guardan. Los encargados de los stands de Vadell Hermanos, cuyos libros son de corte político; y de Libros La Merideña, enfocado en la venta de clásicos de la literatura universal, latinoamericana, y de libros infantiles; nos cuentan un poco acerca de los diferentes tipos de público que los visitan y que van desde aquellos que preguntan por títulos específicos hasta aquellos que se pasean con la mirada por los ejemplares exhibidos y deciden adquirir alguna obra que llame su atención y que, a veces, conversan con el librero y le piden su opinión o alguna recomendación, confiando en su sapiencia y su larga marcha en este mundo de las letras y el papel. Al final de cada jornada, es difícil ver gente que salga de la feria con las manos vacías; y es que parece pecado para el público visitar este paraíso de la literatura nacional y no llevar consigo al mundo real un recuerdo de su aventura, escogido de la mano de los siempre amables libreros.
