Cenal donó libros a la Biblioteca José María España de La Guaira

El Centro Nacional del Libro (Cenal), ente rector de la Plataforma del Libro y la Lectura del Ministerio del Poder Popular para la Cultura (MPPC), hizo entrega de libros en calidad de donación a la Biblioteca Pública José María España del estado La Guaira.

La entrega de los textos fue realizada por el viceministro de Fomento para la Economía Cultural y presidente del Cenal, Raúl Cazal, a Milagros Ávila, directora de la biblioteca, quien expresó su agradecimiento por este aporte para fomentar la lectura en la región.

El acto tuvo lugar en el marco de la 21.ª Filven La Guaira, instalada en la ciudad histórica de esta entidad del 19 al 22 de noviembre, con el lema Leer humaniza.

“Creemos que la Biblioteca Pública en este momento es la mejor receptora de estos libros para poder socializarlos y que sea parte de la gran promoción del libro y la lectura”, expresó el viceministro y presidente del Cenal.

Indicó que en especial los niños, niñas y jóvenes tendrán la oportunidad de explorar nuevas historias con los ejemplares donados.

Entre los libros entregados se encuentran títulos clásicos de autores venezolanos como Teresa de la Parra y Andrés Eloy Blanco, por ejemplo.

Los publicaciones donadas cuentan con el sello de El perro y la rana, La estrella roja, Garzamora Ediciones, Editora Isabel De los Ríos, Editorial Tinta Papel y Vida, entre otras casas editoras públicas, privadas e independientes.

Homenajearon a Gustavo Meléndez con bautizo de su libro “Memorias de un actor”

En el marco del Festival de Teatro Venezolano (FTV) 2025 fue bautizado el libro “Memorias de un actor” de Gustavo Meléndez (1949-2025), texto editado por El perro y la rana donde este maestro del teatro habla de su amor y entrega por las artes escénicas.

El bautizo se realizó con una emotiva ceremonia en la Librería del Sur ubicada en el Centro de Estudios Latinoamericanos y del Caribe Rómulo Gallegos (Celarg), en Caracas.

Aplausos, palabras de afecto y una lluvia de pétalos de rosas marcaron este acto como homenaje póstumo a Meléndez, figura del teatro venezolano que sumó casi 60 años de trayectoria artística.

El evento contó con la participación de autoridades, personalidades de la cultura nacional y familiares del actor.

La presentación del libro estuvo a cargo del viceministro de Fomento para la Economía Cultural y presidente del Centro Nacional del Libro (Cenal), Raúl Cazal, y el director de la Compañía Nacional de Teatro (CNT), Carlos Arroyo.

Arroyo destacó que esta obra aporta a la memoria y al reconocimiento de los hombres y las mujeres del teatro. El texto “habla de un hombre íntegro, con fuerza y presencia en el teatro venezolano, con una impronta y un legado que dejó en muchos hombres y mujeres del teatro nacional”, dijo.

En ese sentido, el viceministro de Cultura y presidente del Cenal, Raúl Cazal, resaltó la importancia del libro para preservar la memoria cultural del país. Indicó que en estas memorias se encuentran las nuevas ideas de la dramaturgia venezolana, que será vista por las nuevas generaciones.

“Por eso son importantes los libros, el registro y este trabajo que se viene desarrollando desde la Compañía Nacional de Teatro y nuestra Plataforma del Libro para que nuestra memoria sea un lugar de resistencia en estos tiempos en que nos están avasallando con ideas de guerra”, sostuvo el viceministro Cazal.

Subrayó el trabajo conjunto entre el Cenal y la CNT, a través de las Bienales Nacionales de Literatura Apacuana y César Rengifo, para dar a conocer las potencialidades del pueblo creador.

Teatro y vínculos entrañables

El dramaturgo Rodolfo Porras expresó su admiración y afecto por Gustavo Meléndez, destacando su sensibilidad y voluntad creadora. Refirió que su libro, además de mostrar las vivencias del autor, retrata la historia de la Venezuela donde se desarrolló como artista.

Enfatizó que el texto tiene grandes logros literarios. “Hay un gran acierto literario que tiene que ver con esa manera de contar que, asombrosamente, se va modificando mientras pasan los años. Cuando él cuenta de la infancia hay un tono en el texto, cuando habla de su adolescencia y del teatro hay otro tono. Incluso hay textos de análisis políticos, porque eso era parte del proceso que estaba viviendo. Este libro es un testimonio de su gran vida”, detalló Porras.

Por su parte, el dramaturgo, director y actor Armando Carías se refirió a su vínculo de amistad con Meléndez, catalogándolo como “el autor intelectual” de su ingreso a la Universidad Central de Venezuela (UCV), donde se incorporó al teatro universitario. “¡Gracias, camarada!”, manifestó.

Gisela Sotillo, viuda del actor, agradeció al Ministerio del Poder Popular para la Cultura por este homenaje y destacó la trascendencia del artista. “Gustavo seguirá siempre en nuestras vidas”, afirmó.

Gustavo Meléndez fue un actor y director de teatro, nacido en Caracas en 1949. Se inició con los grupos teatro de Carpa del Banco Obrero, Arte de Venezuela y Teatro Universitario de la UCV desde 1987. Creó la sala de ensayos del T.U., trabajó locutor y productor de Radio Nacional de Venezuela, y fue primer actor del elenco estable de la CNT. Recibió el Premio Rafael Briceño 2020 a la trayectoria teatral.

Obras ganadoras del 1er Concurso Nacional Juvenil Teresa de la Parra fueron compiladas en un libro

Durante este 2025 se celebró exitosamente el 1er Concurso Nacional Juvenil de Literatura Teresa de la Parra, promovido por el Centro Nacional del Libro (Cenal), y como parte del premio se editó un libro con las 42 obras galardonadas de los 220 manuscritos postulados desde diferentes estados del país, en las categorías cartas, cuentos y ensayos.

La publicación, dada a conocer en la 21.ª Filven celebrada en Caracas, en julio pasado, fue presentada este 17 de noviembre en la Sala de Autogobierno Popular y Comunal de la comuna Herederos de Guaicaipuro, en Charallave, con la participación de las jóvenes ganadoras del concurso por el estado Miranda.

En esta entidad resultaron ganadoras Divianny Veramendez, Frangelis Sánchez y Vanessa Leal, estudiantes de la Unidad Educativa Estadal Carmen Ruiz, de Charallave.

La presentación del libro estuvo a cargo de la gerente de Estrategias del Cenal, Yris Villamizar, y el secretario de Juventud de la Gobernación de Miranda, César Patiño.

También participaron Niyelsy Núñez y Jania Romero, jefas de los vértices Vamos a divertirnos, en el ámbito nacional, y Vamos a comunicar, en el estado Miranda, de la Gran Misión Venezuela Joven; la secretaria coordinadora para el Buen Vivir y la Protección Social de Miranda, Mayerling Oropeza; y Leonardo Cádiz, docente y promotor de lectura en el municipio Cristóbal Rojas.

La gerente de Estrategias del Cenal, Yris Villamizar, destacó que el concurso, inspirado en una de las grandes escritoras de Venezuela del siglo XX, busca incentivar a niñas y jóvenes a expresar su creatividad a través de la narrativa, el ensayo y otros géneros literarios.

Indicó que las obras galardonadas y compiladas en el libro destacaron por las habilidades y potencialidades estéticas y literarias en el ejercicio de la escritura de las participantes. Fueron seleccionados 31 cuentos, 7 cartas y 4 ensayos.

Villamizar también resaltó la orientación que brindaron a las jóvenes concursantes los docentes de Castellano y Literatura de Educación Media que cursaron el seminario Tras la huella de Teresa de la Parra, organizado y facilitado por el Cenal a través de la Escuela Taller de Narración de Venezuela (Estanave). Ahí adquirieron herramientas para promover la lectura y escritura en los centros de educación donde se desempeñan.

Villamizar informó que se está planificando la segunda edición del Concurso Nacional Juvenil de Literatura Teresa de la Parra para 2026.

Relatos inspiradores

Vanessa Leal, de 13 años de edad, se postuló al concurso con su cuento titulado “La fuerza de una familia unida”, con el que quiso relatar cómo, a pesar de las divisiones y conflictos, el amor y el apoyo pueden prevalecer en los momentos más difíciles.

En su historia, Leal explora la situación de una familia dividida por tensiones entre hermanos y que finalmente encuentra un momento esperanzador para reencontrarse. “Quiero transmitir que la familia siempre debe estar unida, incluso en los momentos más difíciles de la vida”, indicó Leal.

Por su parte, Divianny Veramendez, de 12 años de edad, concursó con su relato “Olive”, donde fundió su creatividad con reflexiones acerca de la identidad.

“Este cuento trata sobre una aceituna que caza plagas en el bosque”, comentó la joven. “Un día, mientras está en el baño, sufre una desrealización que la lleva a escapar de su casa y, en su travesía, un sapo rosa llamado Cotufa la salva de un acantilado”, expuso.

Presentan libro de Luis Britto García en turco

En el III Encuentro de Escritores Iberoamericanos que organizó el Instituto Cervantes de España en la ciudad de Estambul, Turquía, se bautizó la edición bilingüe turco-castellano del libro de cuentos Rajatabla, de Luis Britto García.

Rajatabla es un libro de la “adolescencia o de muchacho”, “muy desordenado, muy anárquico y por eso creo que ha sobrevivido en un mundo anárquico y desordenado”, explicó Britto García antes de finalizar su participación en el encuentro.

El escritor irrumpió en la literatura venezolana cuando Rajatabla obtuvo en 1970 el premio Casa de las Américas, Cuba, en la categoría cuentos. 

El intelectual venezolano participó en el III Encuentro de Escritores Iberoamericanos con la conferencia “Literaturas y realidades”, en donde hizo un bosquejo sobre los sueños y la racionalidad, la filosofía y la religiosidad, el barroco, la picaresca y el romanticismo hasta llegar a las vanguardias literarias del siglo XX.

El III Encuentro de Escritores Iberoamericanos contó con la participación de la escritora madrileña Sara Mesa, el director general y cofundador de la Fundación Gabo Jaime Abello Banfi y escritores y ensayistas de Ecuador, Panamá y Perú, entre otros países.

En la Universidad de Ankara también se presentó la edición bilingue turco-castellano de Rajatabla, en donde el escritor Britto García estuvo acompañado por las autoridades académicas y el embajador venezolano en Turquía, Freddy Molina.

En la Universidad de Ankara dio una conferencia sobre la literatura latinoamericana en donde destacó el papel literario de la novela Doña Bárbara, de Rómulo Gallegos.

Universidad de Ankara

El mar implacable de donde venimos

Hay novelas que tienen diferentes lecturas con el pasar del tiempo. Las corrientes literarias en boga generalmente marcan el destino del mercado editorial o viceversa. Mientras esto sucede el escritor o escritora, convertido en demiurgo, forja una historia como un concierto, en donde diferentes almas tienen trazados un mapa de escape en medio de un laberinto.

Es por ello que regresamos a El mar que me regalas, de Jorge Rodríguez Gómez, finalista del premio Rómulo Gallegos 2025, editada inicialmente en Venezuela por Acirema, en 2023, al año siguiente pasó a distribuirse en Latinoamérica al formar parte del catálogo de Fondo de Cultura Económica, de México, y en las librerías y ferias de libros de España gracias a la edición de la editorial Arzalia.

 Hay quienes leen la novela de Jorge Rodríguez como una novela negra o policial, que también es política porque el género “descubrió la relación entre el crimen y la política y lo puso en el centro de la escena literaria desde el principio”, como reflexionó Ricardo Piglia cuando recibió el Gallegos en 2011.

En pocas palabras, la novela policial ha sido eficaz en la crítica al capitalismo y la trama de El mar que me regalas trata esencialmente sobre el secuestro en Venezuela de un agente encubierto de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés).

La CIA existe, aunque descrean los desencantados e ignorantes. No es ficción ni pasado, solo que han diversificado las acciones de estos agentes con otras agencias (Usaid, NED, etc.) y cuando estos no logran sus objetivos, mandan a los “chacales”, como afirma John Perkins en Confesiones de un gánster económico

El emperador de turno recientemente anunció una acción militar contra Venezuela en conjunto con la CIA. Es conocido que estos agentes están desplegados en el país —y por todo el mundo— para asesinar a quienes enfrentan sus intereses coloniales.

El mar que me regalas es la historia de una generación que decidió arriesgar la vida contra el sistema en tiempos en que parecía que todo estaba perdido y lo que quedaba (para algunos) era tararear canciones de Joan Manuel Serrat. 

Pero la vida es un entramado que difícilmente puede contarse linealmente. Es como el mar que nos trae olas y forma diferentes rocas o en las orillas de la playa una urdimbre con conchas marinas y en la arena las huellas borradas.

La novela de Rodríguez expone la miseria humana, su lado más desalmado, así como los sueños y la desesperación, la ternura y el amor. El sexo nunca ha estado fuera de su literatura y en El mar que me regalas tiene los ingredientes necesarios, pero eso no lo hace novela erótica, sino más vívida, real, si se quiere decir de otro modo.

Es la pulsión humana lo que está detrás del demiurgo que entiende que entre la vida y la muerte todo está escrito, sólo hay que conocer las claves para contarla y que esta ponga en suspense al lector, algo que Jorge Rodríguez retrata magistralmente a los antagonistas en la dimensión de sus acciones, sin fórmulas maniqueas, sin pudor, sin necesidad de que cada uno renuncie a sus miserias o valores. El lector sabrá de qué lado de la balanza está su vida.

En varias oportunidades nos hemos hecho la pregunta de qué cuentos o poesías llevó a Jorge Rodríguez a esculpir esta obra en donde se estrena como escritor de novelas, la catedral de los géneros literarios. Podemos intuir que es la vida contra la muerte, las injusticias, pero sobre todo el mar, el río, las aguas que van y vienen, que no es lo mismo mirarla que estar en ella, pisando fondo o en la superficie.

El mar que me regalas tiene la singular particularidad de que el lector va a ser cómplice por la búsqueda de respuestas a los acertijos, los sueños empeñados, la utopía. Genera la sonrisa y la furia, la tristeza y la alegría, el recuerdo sin remordimiento y estar atento a la eterna amenaza.

La ficción tiene más de realidad que de invención y por ello podemos hacer diferentes lecturas sin importar el tiempo, que a veces es implacable, como el mar que nos regala Jorge Rodríguez en forma de novela.

Símiles disímiles

Mucho de thriller y otro tanto de novela negra; relato político, con una notable revisión de la historia nacional; discurso de denuncia en el que afloran la corrupción y las miserias de una élite dirigente que por décadas, si no por centurias, usufructuó el poder político y militar; aventura amorosa que explora intimidades y salta por encima de inveteradas barreras morales.

El mar que me regalas, de Jorge Rodríguez, es una novela continente y el intento de caracterizarla, o hacer un inventario de los temas que toca, podría añadir un número indefinido de líneas al párrafo anterior. Pero, como se sabe, para que haya literatura no basta con el puro cuento, por muy interesante que sea, se requiere, también, de un lenguaje con capacidad propia para la búsqueda expresiva.

La prosa de Jorge Rodríguez posee una peculiar especificidad que la hace inconfundible. Así, pues, de El mar que me regalas puede afirmarse que tiene estilo propio, vale decir, un particular manejo del lenguaje profundamente personal y reconocible.

Rodríguez construye imágenes de notable originalidad, apoyadas principalmente en el símil y la metáfora.

Las figuras retóricas funcionan como destellos de lucidez en medio del aparente caos narrativo producto de las múltiples aristas que sostienen la historia. Gracias a ellas, se establecen conexiones inesperadas entre conceptos dispares que estimulan la recepción del texto de parte del lector; asimismo, dotan a la narración de un halo que puede variar, sin transición, de lo poético a lo extravagante.

Estas figuras no son meros adornos literarios, sino dispositivos que se balancean entre lo concreto y lo intangible, de la realidad observable a los vericuetos de la psicología humana.

En fin, se trata de la construcción de un estilo literario, ese modo particular de enfrentar el lenguaje al que cada narrador aspira, a fin de desarrollar lo que la crítica literaria suele identificar como la voz propia, única e inconfundible de un autor. La suma de sus elecciones lingüísticas: sintaxis, ritmo, vocabulario, tono y, por supuesto, el uso de figuras retóricas.

 El mar que me regalas está llena tanto de símiles como de metáforas que se caracterizan por fracturar cualquier asomo de lógica. Si bien es cierto que esa norma suele cumplirse en muchos textos literarios, dado que todo escritor intenta alejarse de lo conocido y del lugar común, en este caso resalta lo insólito e inesperado de ciertas asociaciones.

Así, por ejemplo, el mutismo puede ser “alto y ancho como una habitación sin muebles”.

El coito se realiza con “un movimiento de ratón de monte, de peces bullendo en las redes, de aves migratorias rompiendo de repente la monotonía del cielo”: o “con jadeos de combate chino”.

Del cuello de un esbirro recién apuñalado salen “chorritos de sangre, que se elevaban y caían con la elegancia aterciopelada de las fuentes de chocolate que ponen en las bodas”.

Rodríguez demuestra una habilidad particular para encontrar puntos de conexión entre elementos disímiles, estableciendo relaciones comparativas que desafían la percepción convencional y obligan al lector a reconfigurar su mirada sobre la realidad representada. Estas imágenes, lejos de ser ornamentales, son el núcleo de una exploración que trasciende la anécdota para sumergir al lector en una experiencia sensorial e intelectual profunda.

Lo cotidiano, o al menos lo concreto, suele adjetivarse con relaciones inestables y fluidas que, o bien son difíciles de asociar con la realidad inmediata, o transportan al lector hacia referentes lejanos en los que, mezclados con un tono poético, se hacen presentes objetos y criaturas con un carácter contradictoriamente grotesco y no pocas veces sombrío.

El mar que me regalas desafía así la percepción ordinaria en un proceso que a la vez describe y reinventa la realidad. Su prosa no se limita a contar una historia, sino que la dota de una dimensión sensorial única con capas de significado que multiplican las eventuales lecturas del texto.

Dije en otra parte que Jorge Rodríguez maneja con maestría la tensión narrativa propia del cuento. En esta novela, esa tensión narrativa se ve reforzada por una historia que se desplaza sin sobresalto, del humor a la tragedia, y se alimenta con el uso continuado de unas figuras retóricas que no dan descanso a la capacidad del lector para sorprenderse.

Activan círculos de lectura en Salas de Autogobierno Comunal del municipio Cristóbal Rojas

En las 22 Salas de Autogobierno Popular y Comunal del municipio Cristóbal Rojas del estado Miranda se comenzaron a activar círculos de lectura tras la donación de mil 248 libros realizada por el Centro Nacional del Libro (Cenal) a circuitos comunales de esta jurisdicción.

El acto de recibimiento de los títulos literarios se realizó en la Sala de Autogobierno Popular y Comunal de la “Comuna Indios Charavares”, el pasado 30 de octubre, y desde entonces, bajo lineamientos de la alcaldesa Yuhismar Hernández, se contempló que cada viernes se realicen círculos de lectura en estas sedes de autogobierno comunal.

Una muestra es la conformación del círculo de lectura en la Sala de Autogobierno Popular y Comunal Diosdado Cabello, en la parroquia Las Brisas.

Ahí se registró el viernes 7 de noviembre el primer encuentro de lectura con voceros de las seis áreas de trabajo de esta sala de autogobierno dedicadas a la Economía productiva, Ciudad y servicios, Seguridad y defensa, Suprema felicidad, Organización y Planificación y Ecosocialismo, ciencia y tecnología.

La lectura inició con el libro “La palabra de hoy” de Anibal Nazoa (1928 – 2001), poeta, periodista y humorista, considerado “uno de los escritores venezolanos que mejor retrató el siglo XX”.

Mercedes Guevara, responsable de llevar el área de Suprema felicidad en la Sala de Autogobierno Popular y Comunal Diosdado Cabello, expresó que estos círculos de lectura permitirán a los integrantes de las comunas enriquecer conocimientos lingüísticos y generar nuevas ideas.

“Se brindarán herramientas para la lectura; es una oportunidad para desarrollar nuestro pensamiento revolucionario”, aseguró.

Círculos de lectura en Maracay y Guanare

También en espacios de las Librerías del Sur se están desarrollando círculos de lectura, con especial atención en los jóvenes.

En la Librería del Sur de Maracay, estado Aragua, se formó el club de lectura “La nave de los libros”, que integra literatura, arte y creatividad.

Esta iniciativa incluye a jóvenes estudiantes de la Escuela Técnica de Artes Visuales Rafael Monasterios y de la Escuela de Artes Musicales Federico Villena.

Asimismo, en la Librería del Sur de Guanare, estado Portuguesa, se desarrolla los lunes y jueves la “Ruta escolar” con talleres de narración oral, lecturas dramatizadas y actividades de lectoescritura para niñas y niños.

La invitación es las comunidades a estar pendientes de los centros de lectura y actividades literarias promovidos por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura (MPPC) a través del Centro Nacional del Libro (Cenal) y los entes que integran la Plataforma del Libro y la Lectura.

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Élida Salazar presentó su libro “Asalto armado al Museo de Bellas Artes”

El libro “Asalto armado al Museo de Bellas Artes” de la investigadora y crítica de arte Élida Salazar fue presentado en la 16.ª Feria del Libro de Caracas bajo una edición de El perro y la rana, editorial adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Cultura.

Desde una perspectiva institucional, curatorial y de gestión cultural, Salazar reconstruye con precisión histórica y profundidad analítica el asalto al Museo de Bellas Artes de Caracas emprendido en 1963 por el Destacamento Urbano Livia Gouverneur de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), un caso que tuvo un impacto mediático internacional sin precedentes, y que, en sus palabras, lejos de tratarse de un robo común se trató de una operación concebida para denunciar públicamente al Gobierno nacional de la época.

La presentación del libro contó con la participación de la autora Élida Salazar, acompañada por Raúl Cazal, viceministro de Fomento para la Economía Cultural y presidente de la Fundación Editorial El perro y la rana y el Centro Nacional del Libro (Cenal), y el cronista Antonio Trujillo, Premio Nacional de Cultura mención Literatura.

El viceministro Cazal destacó el valor del libro de Élida Salazar en un contexto de memoria histórica. “Cuando uno lee un libro como este uno lo siente y uno se da cuenta de la importancia que tiene nuestra historia, de lo que vivimos hoy tiene un antecedente”, resaltó el también escritor y editor.

El texto de Salazar aborda, mediante una investigación hemerográfica, la inauguración de la exposición Cien años de pintura francesa en diciembre de 1962 en el Museo de Bellas Artes y el asalto de cinco obras que tuvo lugar en enero de 1963. Fueron sustraídas las obras Bañistas de Cézanne, Naturaleza muerta de Picasso, Lirio en un vaso de cobre de Van Gogh, Naturaleza muerta con abanico de Gauguin y Naturaleza muerta con peras de Braque.

“El asalto fue concebido como un llamado de atención al mundo sobre la represión del gobierno de Rómulo Betancourt”, explicó Salazar, exdirectora de la Galería de Arte Nacional, para quien el acontecimiento significó un desafío abierto a las autoridades.

El comando guerrillero de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional “realizó la operación con el claro deseo de resaltar la violencia y la injusticia del régimen en su momento”, dijo. “Esa noticia recorrió el mundo y el mundo se enteró de lo que estaba pasando en Venezuela”, afirmó Salazar.

En el libro, la autora comenta: “Las obras pasaron a ser rehenes por 72 horas. Nadie sabía el destino que les esperaba, luego las obras volvieron al mes siguiente a la exposición y luego la exposición se cerró cuatro meses después, con un gran público, porque había sido un gran acontecimiento”, comentó Salazar.

La Feria del Libro de Caracas es organizada por la alcaldía del municipio Libertador a través de Fundarte en la Galería de Arte Nacional y culmina este 10 de noviembre.

Poemas de Asdrúbal Meléndez entre 1956 y 1978 recoge obra reeditada por El perro y la rana

Una reedición del libro “El infinito es el fin”, que recoge los poemas de Asdrúbal Meléndez desde 1956 hasta 1978, mostrando no solo su talento literario sino también su pasión por las artes en general, fue presentada en la 16.ª Feria del Libro de Caracas bajo el sello de El perro y la rana, editorial adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Cultura (MPPC).

Esta reedición, que mantiene el espíritu de la obra original y homenajea el legado del autor, guarda la esencia de sus poemas y dibujos con tinta china hechos a mano.

La presentación estuvo a cargo de Raúl Cazal, viceministro de Fomento para la Economía Cultural del MPPC y presidente del Centro Nacional del Libro (Cenal) y de la Fundación Editorial El perro y la rana, y Manuel Fernández, sobrino de Asdrúbal Meléndez.

El viceministro Cazal recordó a Meléndez como un extraordinario poeta y artista integral y destacó su impacto en el mundo del arte.

Fernández indicó que el autor “fue pintor, escultor, actor y poeta, pero sus dos pasiones más grandes fueron la literatura y el cine”.

Durante la presentación recordaron que el título de la obra “El infinito es el fin” hace alusión a las matemáticas y a conceptos filosóficos profundos que el autor exploraba.

Ese título resonaba profundamente con Meléndez, comentó su sobrino Manuel Fernández. “Era una frase que le gustaba y con la que se conectaba”.

El libro es una representación de la obra poética de Meléndez desde el 56 hasta el 78 que captura su esencia.

El autor interpreta sus composiciones o las une a sus dibujos y pinturas. Poemas caligrafiados en cursiva suelta a tinta china, ilustrados con dibujos a la aguada, fotografías y su logotipo de Moebius, símbolo del infinito, el fin de su vida.

“La primera edición era completamente artesanal, ahora esta es semi-industrial, pero el texto y los dibujos siguen siendo los mismos”, detalló Fernández, y agregó que “la calidad y el mensaje permanecen intactos”.

La Feria del Libro de Caracas es organizada por la alcaldía del municipio Libertador y estará abierta en la Galería de Arte Nacional hasta este 10 de noviembre.

Juan Manuel Romero ganó la VIII Bienal Nacional de Literatura Cruz Salmerón Acosta

El escritor mirandino Juan Manuel Romero Ángel ganó la VIII Bienal Nacional de Literatura Cruz Salmerón Acosta, mención Poesía infantil bajo el género Décima, con su obra “Décimos estudios michianos (para niños que quieran doctorarse en maullidos antiguos)”.

El jurado, integrado por María Elena Franco, Orlando Martínez y Rod Medina, declaró como ganadora la obra presentada con el seudónimo Leopoldo Felini, la cual, una vez abierta la plica, resultó ser de la autoría de Juan Manuel Romero Ángel.

El veredicto exalta la calidad de la obra literaria y refiere que “el patrón de la décima en este poemario genera una musicalidad interna que fluye con naturalidad y resulta fácil de memorizar, convirtiéndose en un juego auditivo que estimula la oralidad infantil”.

Además, el jurado indica que “la genialidad de estos textos radica en la capacidad de una forma poética rigurosa para acoger un lenguaje llano, imágenes cercanas y una visión lúdica de la vida cotidiana”.

“Al sumergirnos en sus octosílabos descubrimos un imaginario renovado y una invitación a reinventarlo; allí afloran el talento y la creatividad que distinguen este maravilloso género poético”, concluyeron los miembros del jurado, quienes consideraron la capacidad para condensar en un verso, con sensibilidad y esmero, el asombro de la infancia frente al mundo.

La bienal, convocada por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura (MPPC) a través del Centro Nacional del Libro (Cenal) y dirigida a escritores venezolanos y extranjeros residenciados en el país, cerró el pasado 30 de septiembre con la participación de 27 decimistas.

Sobre el autor

Juan Manuel Romero Ángel (Ocumare del Tuy, estado Miranda, 1980) es poeta, cuentista, ensayista, cronista, narrador oral, investigador y profesor de Lengua y Literatura.

Autor de los libros de cuentos Historias que hacen daño (UPEL-IVILLAB, 2007) e Historias de reflejos extraviados (IPASME, 2009), con el que obtuvo el Premio Nacional de Narrativa Corta de esa institución. Varios de sus poemas y relatos han sido publicados en la revista Para las telarañas, del Taller Literario “Marco Antonio Martínez” (UPEL-IVILLAB).

Fue galardonado en dos ediciones consecutivas (2019 y 2020) con el Premio de Cuento Policlínica Metropolitana para Jóvenes Autores.