La realidad está por las nubes

Conocí fugazmente a Julio Miranda; de él recuerdo dos condiciones que saltaban a la vista, ser un lector incansable y no censurar sus opiniones acerca de la literatura en general y en particular sobre la literatura venezolana, a la que se dedicó con ahínco apenas echó pie en estas tierras.

Autor de varios libros de poesía y narrativa, lo más conocido de su obra es la dedicada a sistematizar períodos y movimientos, tomando como punto de partida el énfasis en ciertos temas.

De esa su vocación por la lectura, que no se centra solo en una obra o en un autor, sino que tiende a establecer orden y definir estilos, heredamos un conjunto de títulos que, muchos años después de su muerte, siguen siendo paradigmáticos a la hora de estudiar nuestra producción literaria. Basta con pensar en títulos como Proceso a la literatura venezolana (1975); Poesía, paisaje y política (1992); o La imagen que nos ve: ensayos sobre literatura y cine de Venezuela (2010).

Otro tanto puede decirse de su vocación de antologista, que lo llevó a proponer recopilaciones como la que hoy nos ocupan sobre cuentos venezolanos de ciencia ficción, de un lado, y narraciones fantásticas, del otro, recogidos ambos en la curiosa edición bifronte del El Perro y La Rana.

No era Miranda hombre de aferrarse a teorías literarias o a supuestas metodologías de análisis. Lo suyo fueron siempre conceptos operativos que creaba con la agudeza de quien mucho ha reflexionado sobre literatura en el ejercicio de la crítica.

Sea por ese desinterés en conceptos preestablecido, o porque pensara que lo que proponía era de conocimiento común, lo cierto es que no contamos en ninguna de las dos recopilaciones con una introducción que explicite su punto de partida a la hora de catalogar un relato como ciencia ficción o como fantástico.

Se entiende que eso sucediera si se piensa que Miranda estaba abriendo camino a una mirada sobre la producción literaria nacional hasta ese momento inédita, lo que explicaría también la amplitud del criterio utilizada para elegir los relatos que integran ambas antologías.

Lo cierto es que hay una notable diversidad en esos relatos, y si nos atuviéramos a categorías ya establecidas, concluiríamos que se mezclan allí relatos de ciencia ficción con otros fantásticos y otros más que rozan lo maravilloso o que simplemente apuntan a una cierta ironía política que nunca despega los pies del terreno de lo real.

Llama la atención el papel que juega el acontecer político en muchos de los cuentos recopilados por Miranda. Si bien es cierto que todos ellos asoman elementos de ciencia ficción o fantásticos, pareciera que les resultara imposible a los narradores desligarse de lo que sin duda ha sido uno de los temas más recurrentes de nuestro devenir literario desde el momento mismo de la independencia nacional.

El mejor ejemplo de lo anterior tal vez sea el cuento “La nube de humo” de David Alizo, en el cual se construye una supuesta máquina del tiempo con el único fin de eliminar a algunos representantes de la clase política.

En casos como ese, la narración no suele alcanzar la famosa suspensión de la incredulidad de la que hablaba Coleridge, lo que produce como resultado que los elementos sobrenaturales o extraordinarios resulten poco convincentes y terminen situándose, antes bien en el campo del humor o la ironía, ambos utilizados, esto sí, con notable maestría.

Otro ejemplo de lo dicho es “Narración de las nubes”, en el que un escritor al que solemos asociar con un discurso circunspecto, orientado a lectores jóvenes, deja asomar su vena humorística acompañada de un talento especial para el doble sentido y no pocos asomos de erotismo.

Si lo fantástico es, como lo estableció Todorov, un relato que siembra en el lector la duda de si lo que lee sucede en la realidad más terrena o en el ámbito de lo inexplicable, entonces hay que decir que lo que más se acerca a esa categoría en esta recopilación es el extraordinario cuento de Francisco Massiani titulado “Había una vez un tigre”.

Como dije antes, Julio Miranda exploró, en ambos libros, nuevas formas de mirar algunas muestras de nuestra narrativa. Hay que entrar en ellos con deseos de sorpresa, pero no de homogeneidad.

Cenal comenzó a dictar talleres de formación lectora con textos de Teresa de la Parra

El Centro Nacional del Libro (Cenal) continúa con su plan de formación de mediadores de lectura en diferentes comunidades del país a través de los talleres “Leamos junto a…”, ahora en una nueva etapa con textos de la insigne escritora Teresa de la Parra como herramienta motivadora de futuras narradoras venezolanas.

Esta nueva fase de los talleres del Cenal orientados a la formación de mediadores de lectura con textos de Teresa de la Parra inició el pasado viernes 25 de octubre en el estado Nueva Esparta, en el Complejo Cultural Francisco Lárez Granados, en Juan Griego.

Ahí el Cenal, representado por su gerente de Estrategias y promotora de lectura Yris Villamizar, formó a 16 nuevos mediadores de lectura con base en cuentos de la autora, reconocida universalme también por sus novelas Ifigenia y Memorias de Mamá Blanca.

De acuerdo con Villamizar, en los talleres se aborda lo que es la lectura y los procedimientos a ejecutar para integrar este hábito a la cotidianidad. También estos espacios permiten al Cenal conocer qué se está leyendo y de qué manera se está haciendo.

Próximamente, el viernes 8 de noviembre, el Cenal dictará el taller Leamos juntos a Teresa de la Parra en el estado La Guaira, en el marco de la Filven que se llevará a cabo en el terminal de Catia La Mar. El facilitador será el docente y promotor de lectura Leonardo Cádiz.

Teresa de la Parra, autora ilustre

Originalmente estos talleres, como parte del Plan Nacional de Lectura Manuel Vadell, iniciaron con textos del Libertador Simón Bolívar, entre ellos el Discurso de Angostura y El Parte de Carabobo, a través de los cuales se buscó fomentar el pensamiento crítico.

En esta nueva etapa se incorporan cuentos de Teresa de la Parra, una de las autoras venezolanas más ilustres del siglo XX quien realizó con sus escritos una contribución importante en cuanto a la situación de la mujer en medio de una sociedad patriarcal.

Los cuentos de esta escritora seleccionados son Historia de la señorita Grano de Polvo, bailarina del sol; El genio del pesacartas y El ermitaño del reloj, todos compilados y presentados en una publicación editada este 2024 por la Fundación Editorial El perro y la rana.

Además, se recurre a lecturas complementarias de textos escritos por autores como Laura Antillano, con Las alas de la lectura; Luis Beltrán Prieto Figueroa, con La magia de los libros; Juan Antonio Calzadilla Arreaza, con Crear con la palabra, entre otros.

El propósito del Cenal, ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura, es la promoción del libro y la lectura como práctica emancipadora desde su creación en el marco de los procesos educativos y culturales del país.

Unidades de Lectores

Posterior al taller, el Cenal invita a los mediadores de lectura a la creación de unidades de lectores con un coordinador y de cinco y hasta diez integrantes.

Estas unidades pueden registrarse en el sitio web del Cenal www.cenal.gob.ve. Así el Cenal mantendrá un vínculo con estas unidades de lectores en todo el país para su incorporación en otras actividades relacionadas con el libro y la lectura.

Los interesados en participar en estos talleres pueden contactar al Cenal a través de los correos electrónicos plandelecturacenal2022@gmail.com y agonzalez.cenal@gmail.com.

Rolando José Graterol Guzmán ganó la VII Bienal Nacional de Literatura Argimiro Gabaldón

El escritor larense Rolando José Graterol Guzmán ganó la VII Bienal Nacional de Literatura Argimiro Gabaldón, mención Ensayo, con su obra “Petróleo y poder: la injerencia extranjera en Venezuela 1902-1958”.

El jurado designado por el Centro Nacional del Libro (Cenal), integrado por Diana Pérez, Christiane Valles y Cósimo Mandrillo, decidió por unanimidad declarar ganadora la citada obra firmada con el seudónimo Salvador Aguilar y que, una vez abierta la plica, correspondió a Rolando José Graterol Guzmán.

De acuerdo con el veredicto del jurado, el trabajo de Graterol Guzmán fue seleccionado “por su agudo análisis del desarrollo histórico de la industria petrolera nacional, la cual se documenta con suficientes fuentes documentales”.

Además, agrega el veredicto, “el ensayo tiene la ventaja de estar escrito en un lenguaje de fácil comprensión, lo que pondrá al alcance de un amplio público lector un tema de interés para cada venezolano y de absoluta pertinencia en la actual coyuntura política y económica del país”.

Este ensayo fue escogido entre 52 documentos recibidos por el comité evaluador. Pérez, Valles y Mandrillo resaltaron la excepcional calidad del conjunto de trabajos examinados, “lo que pone de manifiesto el vigor del pensamiento y la escritura en Venezuela, así como la diversidad de líneas reflexivas y de investigación que revelan una densa dinámica intelectual en todo el territorio, en correspondencia con la trayectoria humanista de Argimiro Gabaldón”.

Graterol Guzmán recibirá como premio cien mil bolívares (Bs 100.000,oo) y la publicación de su obra por Monte Ávila Editores.

Este autor, nacido en El Tocuyo (1975), es un escritor e historiador con una amplia experiencia en el estudio de la historia local, nacional y de América Latina. Tiene una trayectoria de más de 25 años en la investigación y la docencia en la que cuenta su participación en diversos congresos y seminarios sobre historia y cultura.

Ha publicado ensayos y artículos en revistas especializadas. Entre sus obras destacan La Guerrilla de Fabricio Ojeda Frente “Rudas Mezzone” (2009);
Colonialidad de la Historia Local. Reflexiones desde la Historia Local de El Tocuyo Colonial (2023); Pedro León Torres arroyo humano, obra ganadora del primer lugar del Concurso Nacional sobre la Trayectoria Histórica del General de División Pedro León Torres (2022), y Expansionismo, Doctrina Monroe y Destino Manifiesto: Un análisis histórico (2023), con la cual ganó el Concurso de Ensayos Históricos Bolivarianismo vs Monroismo: 200 años de la Doctrina Monroe, convocado por el Centro de
Estudios Simón Bolívar.

Actualmente se desempeña como cronista del municipio Moran, al sur del estado Lara, y realiza investigaciones sobre diversas temáticas históricas y políticas de Venezuela y América Latina.

La Bienal Nacional de Literatura Argimiro Gabaldón es impulsada por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura (MPPC), a través del Cenal, y está dirigida a escritores venezolanos o extranjeros residenciados en el país que deseen participar con sus obras inéditas.

María Virginia Guevara Carrillo ganó la IV Bienal Nacional de Literatura Lydda Franco Farías

La escritora merideña María Virginia Guevara Carrillo ganó la IV Bienal Nacional de Literatura Lydda Franco Farías, mención Poesía.


El jurado, convocado por el Centro Nacional del Libro (Cenal) e integrado por Coral Pérez Gómez, Sara Otero Santiso y Venus Ledezma Azuaje, decidió por unanimidad otorgarle el premio único a la obra “Sólo dioses”, firmada con el seudónimo “Procella” y que, una vez abierta la plica, correspondió a María Virginia Guevara Carrillo.


De acuerdo con el veredicto, el jurado consideró la obra “por su alta elaboración en el lenguaje, que es laboriosa y cuidada composición de imágenes poéticas cuya aleación entre forma y fondo logran, en cada poema, piezas únicas de notoria belleza y profundidad, lo que hace de esta obra un corpus luminoso y revelador, de rico contenido temático. Sin duda, una poesía y una voz poderosa, del más alto vuelo”.


“Sólo dioses” es el primer libro de María Virginia Guevara Carrillo, quien es editora, traductora y promotora cultural, graduada en Lenguas y Literaturas Clásicas en la Universidad de los Andes. 


La autora es cocreadora de las colecciones Taima-Taima y Juventudes Comandantes de la Fundación Editorial El perro y la rana, casa editora de la cual fue directora ejecutiva.


Es cofundadora de la Editorial La Estrella Roja, directora de la revista Síntesis y ha sido colaboradora en diversas casas editoriales del país, como Biblioteca Ayacucho y el Fondo Editorial Fundarte.

Guevara Rivero recibirá como premio cien mil bolívares (Bs 100.000,oo) y la publicación de su obra por Monte Ávila Editores.


La Bienal Nacional de Literatura Lydda Franco Farías es impulsada por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura (MPPC), a través del Cenal, y está dirigida a escritoras venezolanas o extranjeras residenciadas en el país que deseen participar con sus obras inéditas.

El mundo entero es una pecera

Existen tantos libros, muchos más que autores, que cuesta estar al día con las novedades literarias. Si se planifican las lecturas, a principios de octubre todo puede cambiar porque se revela el Premio Nobel de Literatura, más si se desconoce al autor o autora que se lleva el galardón de la academia sueca, como fue el caso de este año.

Han Kang, escritora surcoreana de 53 años, fue la ganadora de 2024 “por su intensa prosa poética que confronta traumas históricos y expone la fragilidad de la vida humana”, reza el veredicto.

El jurado esgrimió que Kang “tiene una conciencia única de las conexiones entre el cuerpo y el alma, los vivos y los muertos, y en su estilo poético y experimental se ha convertido en una innovadora de la prosa contemporánea”.

El veredicto no menciona ningún título en particular de la escritora surcoreana, pero hace un guiño al anunciar que su obra “confronta traumas históricos” y “conjuntos de reglas invisibles”.

Después de leer Actos humanos, de Han Kang, no queda la menor duda de que se refieren a este libro publicado hace 10 años en Corea del Sur, en los días en que se cumplieron 34 años de la masacre en Gwangju, que es el tiempo y los sucesos que refiere la novela.

Aunque también alude al presente de ese país, porque la violencia sistemática instaurada mediante las dictaduras durante 45 años, entre 1948 y 1993 —bajo la venia y apoyo de los gobiernos de Estados Unidos—, todavía se mantiene intacta.

En 1959, mientras en Corea del Sur padecían a Syngman Rhee, su primer dictador; en Italia, Italo Calvino publicaba sus “respuestas a nueve preguntas sobre la novela”. Una de ellas plantea si “es posible reconstruir acontecimientos y destinos que no sean puramente individuales, y fuera del tiempo histórico”, a lo que contestó con una sola oración: “La novela histórica puede ser un excelente sistema para hablar del presente y de uno mismo”.

Desde la ficción Han Kang escribe sobre una masacre sin pretender hacer novela histórica, aunque pensemos que efectivamente pertenece a ese género, porque también se planta en el presente y mientras habla en segunda persona, interpela al lector o al personaje de la obra; al que se “salvó” de las torturas, porque está muerto o no sabe que va a morir.

Entonces, uno es un alma leyendo la historia de aquellas que no quieren despegarse de los cuerpos inertes de los asesinados ese 18 de mayo de 1980, de los que cayeron antes y después por reclamar unos derechos que han sido proclamados universalmente y que actualmente están impresos en papel desechable. 

¿A dónde estaba mirando el mundo cuando en Corea del Sur se estaba masacrando a su pueblo? ¿Qué pasó en 1980 que a nadie le importó esos muertos? Y acto seguido, décadas después, le limpiaron la cara como si fuera un país idílico, con un supuesto milagro económico que es capaz de exportar su baile de K-Pop como si allí no hubiese pasado nada.

El británico Simon Johnson, uno de los ganadores del Nobel de Economía 2024, en entrevista transmitida por Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), afirmó que “Corea del Sur comenzó siendo un país pobre tras la Segunda Guerra Mundial y, al principio, era bastante autoritaria”. 

“No fue un camino fácil”, admite el Nobel en Economía, porque los asesinatos y masacres para quienes ven cifras y cuadros, al fin de cuentas, son daños colaterales.

Han Kang le responde a Simon Johnson, si este se dignara a leer Actos humanos —y no tendría por qué creerle, porque en la edición en inglés, en la portada especifica que es “una novela”, es decir, ficción—: “Hay recuerdos que no cicatrizan nunca. Pasa el tiempo y la memoria no se difumina, sino que queda únicamente ese recuerdo y todos los demás se van borrando”.

Johnson y Kang seguramente se cruzarán en la celebración del Nobel cuando reciban el premio. Él vestirá de etiqueta, pensando en sus teorías para el “progreso” y el papel de la tecnología en la sociedad; mientras ella, acompañada de todas las almas de su pueblo, podrá exclamar como un personaje en Actos humanos: “¡El mundo entero es una pecera!”.

Una masacre polifónica

Difícil saber si la reciente premio nobel de literatura, la coreana Han Kang, decidió por sí misma que su novela, llamada en el original coreano “Un chico llega”, se titulara en la traducción al castellano, y en otros idiomas, Actos humanos. Fuese o no su decisión, lo cierto es que la novela nos llega con una dramática carga de ironía impresa ya en título.

Si el adjetivo humano indica que se está dotado de “naturaleza de hombre”, como lo apunta el DRAE, en una segunda acepción ese mismo adjetivo califica actos de carácter humanitario, caritativo, bondadoso y altruista.

La ironía reside en que, desde la primera página del libro, el lector se enfrentará con la narración de una tragedia opuesta, como es de suponer, a cualquier cosa parecida a bondad o compasión.

Al contar los sucesos de una masacre con miles de víctimas, cometida por el entonces dictador de Corea del Sur, Chun Doo-hwan, Han Kang elige un formato que oscila entre la ficción y el reportaje periodístico, emitido por las voces de múltiples narradores que se alternan en la reconstrucción del caso desde su propia experiencia como víctimas.

Aunque no queda del todo claro, es posible que, en el artificio novelesco que Kang edifica, estemos leyendo la transcripción de unas cintas magnetofónicas donde se recoge, muchos años después, el testimonio de algunas víctimas de la masacre. Poco alcanzamos a saber del origen de esas cintas, pero es que, en general, tampoco sabemos quién nos habla o a quien le hablan las distintas voces que participan en el relato. De este modo, Han Kang afirma el carácter real de lo sucedido, al tiempo que trabaja en la construcción de personajes literarios dolorosamente creíbles.

Esos personajes, más allá de poseer un nombre propio, parecen diluirse en un contexto sobre el cual no tienen dominio alguno. A tal punto llega este desleírse, que en cierto momento, sin darnos cuenta, escuchamos el relato de la masacre de boca dc un narrador de ultratumba que observa con horror cómo su cuerpo se desintegra bajo el peso de otros cadáveres.

Tampoco nos es dada la certeza de hasta dónde esos personajes son solo ficción o copian a seres de carne y hueso. El libro cuenta con un curioso epílogo en el que una voz, hasta allí desconocida, parece reconstruir los eventos en retrospectiva. Por un momento, resulta fácil asociar esa voz con la de la propia autora, ocupada en explicar cómo entró en contacto con la historia de la masacre. Se trata de una especie de repaso del proceso de redacción de la novela; de la definición de los personajes y de la peripecia de cada uno de ellos. Pero Kang ha sabido insertar sin ruido, en el contexto de la ficción, ese pequeño arranque de metaliteratura que para nada desvía al lector del curso de la historia. No se trata, pues, de una reflexión extra novela sobre sobre el acto de escribir, sino que forma parte constitutiva del drama de rehacer los sucesos trágicos del 18 de mayo de 1980 en Kwangju, ciudad natal de la escritora.

Una particularidad de esta novela es que no apunta casi nunca a las causas de la brutal represión desatada por el gobierno de entonces. Quienes relatan, cuentan siempre las consecuencias, sean estas inmediatas a los acaecimientos o revisitadas años después, cuando aún sufren las secuelas de tan traumáticos eventos. Son visiones personales que se acumulan frente al lector hasta desplegar el panorama completo de represión, tortura y asesinato; todo asumido con una especie de resignación, como si no se tuviese, por lo menos, el derecho de escandalizarse.

Kang ha sabido fundir, así, realidad y ficción con una maestría poco común. Y si es verdad que su novela se centra en la masacre de mayo de 1980, su texto transmite al mismo tiempo una manera cultural y existencial de enfrentarse a los acontecimientos, con un estoicismo sin duda extraño para el lector occidental. De ese modo, más allá de la masacre, Han Kang transmite una visión panorámica de la sociedad surcoreana.Actos humanos puede descargarse en internet. La vegetariana, la novela más conocida de Kang, se encuentra como audiolibro en Youtube y Spotify.

Inaugurada la 20.ª Filven Cojedes

Fue inaugurada este viernes 11 de octubre la 20.ª Filven Cojedes en el Complejo Cultural Mauricio Pérez Lazo, situado en San Carlos, en donde estará abierta al público hasta el domingo 13 de octubre, para encuentro de escritores, lectores, promotores de lectura, editoriales y demás agentes relacionados con el libro en este estado, bajo el lema “Leer transforma”.

El acto inaugural estuvo encabezado por la directora general del Gabinete Estadal de Cultura de Cojedes, Karina Rojas, en compañía de la escritora regional homenajeada, Deibi Díaz, y la escritora Invitada Edy Barboza.

La inauguración comenzó con la presentación de la agrupación de violín “Cipriano Blanco” y posteriormente se presentó “La Unión Zamorana”.

Durante su intervención, Karina Rojas agradeció a escritores y a todos los involucrados con la Filven Cojedes por sumarse a esta fiesta literaria para todos los cojedeños.

El encuentro con las letras también cuenta con el tradicional pabellón infantil para las niñas y niños, quienes con sus sonrisas llenaron de alegría el acto de inauguración. Ahí pueden leer, realizar dibujos, compartir, escuchar parrandas, cuentacuentos, entre otras actividades recreativas y culturales.

“Por aquí también están unos compañeros emprendedores que se han sumado, pero, sobre todo, una gama de poetas, escritores, que se han sumado a esta gran feria del libro. Al equipo del Centro Nacional del Libro (Cenal) un fuerte aplauso”, expresó Rojas.

Reconocimiento al talento regional

Por su parte, la escritora homenajeada en esta edición regional de la Filven, Deibi Díaz, mostró su gratitud con los organizadores de la feria por elogiarla en este evento tras años de trayectoria literaria.

“Para mí es un honor y un orgullo estar siendo reconocida aquí en esta Filven 2024, en el estado Cojedes. Estoy desde los años 90 participando como escritora en el estado y es muy satisfactorio que reconozcan tu trabajo”, declaró.

Asimismo, agradeció al Gobierno Bolivariano por brindar apoyo a la literatura y promover la lectura con estos encuentros.

En ese sentido, Deibi Díaz resaltó el apoyo en Cojedes de la Fundación Editorial El perro y la rana, adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Cultura, lo cual ha permitido descubrir nuevos talentos de la escritura.

De acuerdo con Díaz, muchos cojedeños se han entusiasmado en materia literaria y se ha evidenciado una cantidad de temas en la escritura cojedeña “que te hablan del llano, de sus mismas vivencias, de su historia local, de su historia nacional, de la llaneridad”.

Díaz es autora de “Antología de mi palabra ausente”, poemario que se puede adquirir durante los tres días de la Filven Cojedes.

Además, escribió “Dama de noche”, un libro de dramaturgia, y “De San Carlos a la Victoria”, para narrar la historia del Libertador Simón Bolívar cuando estuvo en Cojedes en 1811.

“Pies de verano” en San Carlos

Por otra parte, la escritora invitada Edy Barboza, proveniente del estado Yaracuy, y quien presenta en Filven Cojedes su poemario Pies de verano (El perro y la rana), instó a visitar la feria para impulsar la lectura y el encuentro entre los ciudadanos.

“La feria es un camino que se traza, una ruta para que leamos más, para que conversemos más, porque cuando leemos más, tenemos más temas de conversación”, resaltó Barboza.

La escritora también estará en la feria para presentar por Monte Ávila el libro “La caja de los truenos, de Benito Yrady, escritor nacional homenajeado de la 20.ª Filven.

Durante la jornada inaugural, el Gabinete Estadal de Cultura de Cojedes entregó diplomas de reconocimiento a las escritoras Deibi Díaz, homenajeada; Edy Barboza, invitada nacional; al músico Cipriano Blanco y a la agrupación musical “La Unión Zamorana”, que engalanó la actividad junto a su director Ricardo Cuba.

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Inaugurada la 20.ª Filven Trujillo

Este jueves 10 de octubre se inauguró la 20.ª Filven Trujillo en la plaza Bolívar, Casa de los Tratados “Bolívar y Sucre” y la Biblioteca Pública Central “Mario Briceño Iragorry” de la ciudad de Trujillo, donde estará abierta hasta el sábado 12, bajo el lema “Leer transforma”.

El acto inaugural estuvo encabezado por el alcalde del municipio Trujillo, Carlos Terán, acompañado por la autoridad única en cultura del estado Trujillo, Temístocles Cabezas Morales, y los escritores regionales homenajeados Hugo Sánchez Carrasquero, Alí Medina Machado y Jesús Felipe Rubio.

Las autoridades presentes hicieron un recorrido por el recinto ferial, donde apreciaron la diversa oferta editorial que además confluye con la feria del café instalada paralelamente.

Participan 26 editoriales nacionales con una variada oferta de libros a precios accesibles. Están disponibles más de 150 títulos de las editoriales El perro y la rana, Monte Ávila y Biblioteca Ayacucho, adscritas al Ministerio del Poder Popular para la Cultura (Mppc).

Además, la feria ha congregado a 36 escritores del estado Trujillo y a 8 escritores provenientes de diferentes zonas del país.

También se encuentran 33 artesanos y artesanas participando en este evento, lo que enriquece el encuentro literario.

Como parte de la apertura realizaron una puesta en escena llamada “Ciudad y memoria”, con la participación de los niños Sofia y Alfonso.

Trujillo está de gala

El alcalde Carlos Terán destacó que la ciudad de Trujillo, que celebra 467 años de asentamiento y 214 de independencia, se viste de gala con la Filven en la histórica plaza Bolívar de la capital andina.

Recordó que Trujillo tiene un don especial y en sus cercanías se firmaron importantes tratados de la guerra de independencia. “Este lugar es un símbolo de historia, cultura y resistencia”, expuso.

En ese contexto, también indicó que “Trujillo es una fuente de inspiración, y hoy reconocemos a poetas y escritores trujillanos, como Jesús Felipe Rubio, un gran dramaturgo y escritor; también honramos a Alí Medina Machado, un maestro y biógrafo muy querido, y a Hugo Sánchez, un poeta galardonado en la Bienal Nacional de Literatura Ramón Palomares”.

“La literatura, la poesía y el diálogo son pilares fundamentales de la identidad trujillana”, afirmó Terán orgulloso de la riqueza y herencia cultural de esta región.

Por su parte, la autoridad única de Cultura, Temístocles Cabezas Morales, comentó que esta feria es una celebración del libro y el café.

“No hay mejor combinación que disfrutar de una buena taza de café mientras se lee un libro”, refirió, al tiempo que señaló como fundamental mantener y enriquecer la cultura del café de la región.

Presentaciones de libros

En este primer día de la Filven en Trujillo se presentaron los libros Agua desnuda y El jardín de su cuerpo me conduce a Eva, del homenajeado Hugo Sánchez, y Una cosa entre dos ríos, de Enmanuel Colmenares, todos editados por El perro y la rana.

Otro título presentado fue Maja mía, de Ernesto Villegas Poljak, publicado por la editorial Nosotros Mismos. La actividad estuvo a cargo de Temístocles Cabezas Morales.

Asimismo, se presentaron Con el río a la espalda, de Pedro Ruiz, editado por Acirema, y En primera, de Ennio Tucci, por Monte Ávila Editores.

También se presentaron las novedades de Vadell Hermanos Editores, con su directora Valentina Vadell, y de la editorial de la Defensoría del Pueblo, con Carolina Brito.

Este sábado 12 se bautizarán siete libros regionales, escritos por talentosos cultores, así como 15 libros nacionales.

Entre ellos se encuentra el libro de Pedro Ruiz, que fue celebrado con otros compañeros en la Casa de los Tratados.

Homenajeados regionales

Como parte de la jornada inaugural, el alcalde de Trujillo y la autoridad única de Cultura del estado Trujillo reconocieron los aportes de los escritores homenajeados con la entrega de piezas realizadas por el artesano Reinaldo Bastidas, llamado El Quijote y el café.

Hugo Sánchez señaló que “es un regocijo para el pueblo trujillano compartir la palabra como un intercambio de vida, amistad y compromiso. La palabra crea un universo que abre brechas en el alma y nos ayuda a vivir de manera más humana y amorosa”.

Añadió: “Es un honor estar en este evento junto a grandes poetas que han fortalecido nuestra cultura. La poesía nos cubre y nos alienta a seguir adelante en el camino, aunque sea difícil. Invito a todos a ser amigos del libro y de la palabra, ya que en ellos reside la vida humana”.

Por su parte, Jesús Felipe Rubio dijo sentirse muy contento de ser homenajeado, “especialmente porque se está reconociendo la dramaturgia, una forma de escritura poco común en nuestra región”.

“Estoy emocionado de compartir este espacio con poetas como Pedro Pérez y Pedro Ruiz, personas sensibles y humildes. La feria es un encuentro con el libro y con nuestra identidad”, adicionó Rubio.

Alí Medina, otro de los tres escritores regionales homenajeados, igualmente se mostró emocionado y subrayó que la feria “celebra la palabra, el espíritu y el humanismo”.

Medina rememoró que Trujillo, con su rica historia y su vasta cantidad de escritores, es una ciudad bibliográfica y cultural.

“Cada casa parece una biblioteca, y la ciudad cuenta con 17 escenarios para la dramaturgia, lo que resalta su compromiso con la educación y la cultura. La Filven Trujillo no solo representa un espacio de paz, sino también una oportunidad para revalorizar nuestra identidad cultural. Un libro abierto es una lección de moral y humanismo, y espero que esta feria inspire a las nuevas generaciones trujillanas a participar activamente en la cultura”, manifestó Medina.

Entre otras noticias que se anunciaron durante la inauguración, se pudo conocer el desarrollo de trabajos en la Casa de Cristóbal Mendoza, con apoyo de la gobernación de Trujillo y el Ministerio del Poder Popular para la Cultura.

Así mismo, se instalará una sucursal de Librería del Sur en la Casa de los Dotados, donde se llevarán a cabo conversatorios y actividades para toda la Fundación Cristóbal Mendoza, que preside Edgar Barreto.

La Filven también se inaugurará en el estado Cojedes este viernes 11 de octubre, en San Carlos.

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Inaugurada la 20.ª Filven Apure

Se inauguró este viernes 4 de octubre en Guasdualito la 20.ª Filven Apure, en la región llanera, al suroeste de Venezuela.

Con esta edición regional de la 20.ª Filven, la fiesta del libro y la lectura más importante del país, que lleva por lema “Leer transforma”, inicia su recorrido por los 23 estados del territorio nacional luego de inaugurarse en Caracas, Distrito Capital, durante julio de este año.

Con ambiente de regocijo reflejado en las sonrisas del pueblo lector y el entusiasmo de autoridades locales por dar bienvenida a la Filven, este encuentro con las letras en Apure se lleva a cabo en los espacios de la plaza Bolívar de Guasdualito municipio Páez, la segunda ciudad más importante de la entidad llanera, después de su capital, San Fernando.

En este importante punto fronterizo que conecta a Venezuela y la ciudad de Arauca, en Colombia, este encuentro con las letras permanecerá abierto hasta el domingo 6 de octubre.

La programación, prevista de 10:00 a.m. a 6:00 p.m., está integrada por 51 actividades, entre presentaciones de libros, foros, conferencias, conversatorios y pabellón Infantil.

En cuanto a las novedades editoriales, se brinda a las apureñas y apureños una oferta de más de 300 títulos de El Perro y la Rana, Monte Ávila y Biblioteca Ayacucho, casas editoras adscritas al Ministerio del Poder Popular para la Cultura (Mppc), que llegan a través de Librerías del Sur.

La ceremonia inaugural estuvo presidida por el alcalde del municipio Páez, José María Romero, y la directora general del Gabinete Estadal de Cultura de Apure, Luisa Martínez, quienes estuvieron acompañados por los escritores regionales homenajeados Ramón de Jesús Ojeda Crusate y María de Jesús Ortega, así como por quienes durante estos tres días de fiesta literaria participarán en diversas presentaciones de libros, conversatorios y actividades culturales.

A ellos se sumó el invitado nacional Próspero Guillermo González Méndez, oriundo de Valle de la Pascua, estado Guárico, quien ha participado en publicaciones académicas como educador con una sólida formación en el ámbito de las Ciencias Humanas y Sociales, entre otras personalidades del ámbito político, cultural e intelectual de la región.

Los libros son un recurso imprescindible

La primera en tomar la palabra fue Luisa Martínez, quien reiteró el agradecimiento del equipo del Gabinete Estadal de Cultura de Apure con el ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas, y con el gobernador de esta entidad, Wilmer Rodríguez.

“Estamos muy agradecidos, esta Filven tiene como objetivo mostrar los libros como un recurso imprescindible para el proceso formativo”.

Recordó que la lectura permite imaginar, describir, viajar y conocer sobre el mundo alrededor, razón por lo que es fundamental fomentar este hábito en las niñas, niños y adolescentes.

“Es primordial, además, mostrar ese cúmulo de manifestaciones artísticas que se han dado cita hoy en este escenario”, añadió Martínez, quien también agradeció al Gobierno Bolivariano del presidente Nicolás Maduro por la creación de la “Gran Misión Viva Venezuela, mi Patria Querida”.

En ese sentido, abrió la posibilidad de junto al alcalde del municipio Páez, José María Romero, de convertir a Guasdualito, tierra llanera a las orillas de los ríos Sarare y Arauca, en sede del Festival Mundial Viva Venezuela, que busca impulsar la música, el canto y los bailes populares de nuestras regiones, así como rescatar, preservar y difundir los valores tradicionales.

Cabalgando en el lomo indómito de la libertad

Por su parte, el alcalde José María Romero inició su intervención saludando a las maestras y maestros.

“No hay mejor conducto por donde podemos llevar la cultura al territorio que a través de los y las maestras”.

Detalló que son ellos quienes llevan al territorio, a los niños, el mensaje, la obra que es Venezuela.

“Esa obra que tallaron Bolívar y Zamora y nuestros libertadores, que debemos preservar. Pero debemos hacerlo desde el campo más sublime, que es la cultura, la batalla cultural”.

En ese contexto, refirió que esta Filven les cayó como un evento “extraordinario para arrancar y no soltar el paso del galope hasta el 21 de diciembre, Día de la Llaneridad”.

Reiteró toda su disposición de acompañar la Filven durante estos tres días de actividades literarias, así como de apoyar el tema cultural, uno de los vértices más importantes de su gestión.

Manifestaciones artísticas presentes

Como parte de las manifestaciones musicales y culturales apureñas, se presentaron la Agrupación Elite de la Fundación para la Cultura y el Turismo del Municipio Páez (Fundacutur), Fundación Bailadores Recios del Llano, Fundación Cultural Llanera Luz de Diamante, alumnos de la Cátedra de Canto de Fundacutur, la Escuela de Joropo La Llanería y la Fundación Carrao de Palmarito del Gabinete Estadal de Cultura del estado Apure.

La Filven Apure es organizada por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura (Mppc), a través del Centro Nacional del Libro (Cenal) y el Gabinete Estadal de Cultura del estado Apure, en coordinación con autoridades regionales.

Apure se convierte en el primero de los 23 estados del país en recibir la 20.ª Filven, tras su exitosa celebración en Caracas, Distrito Capital, durante julio de 2024, en la Galería de Arte Nacional (GAN), con Sudáfrica como país invitado de honor, en homenaje al escritor nacional Benito Yrady, a la Biblioteca Ayacucho por sus 50 años, a la revista Tricolor por sus 75 años y a la novela Ifigenia, de Teresa de la Parra, por el centenario de su publicación, y con una participación especial del estado Delta Amacuro.

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Periodismo que recupera memoria

El reportaje es considerado el género mayor en el periodismo, puesto que en él se reúnen los demás géneros de este “oficio”, como dijo Gabriel García Márquez. Además, en la medida en que se permite ciertas licencias a la hora de concebir el texto, es lo más cercano a la literatura en la manera de exponer los hechos. 

Fue por esa vía como entró en escena el llamado “Nuevo Periodismo”, que a ciertos escritores —aunque no es una regla— les da ventaja a la hora de escribir historias que no son de ficción. De hecho, los que lo fundaron dictaron cátedra. 

Tomás Eloy Martínez consideraba que el Nuevo Periodismo nació en Venezuela. Podemos mencionar al escritor Enrique Bernardo Núñez como antecedente a este género, quien después publicar las novelas Sol interior (1918), Después de Ayacucho (1920), Cubagua (1931) y La Galera de Tiberio (1938), se destacó en la prensa nacional entre 1943 y 1945, con los textos que luego compusieron el libro Orinoco y Tres momentos en la controversia de límites de Guayana.

Núñez se alejó de la ficción y se dedicó a escribir historias de nuestra historia —sin desligarse del periodismo— mientras revisa y reescribe Cubagua y La Galera de Tiberio, sus “novelas eternas”. 

“Desearía escribir una nueva versión de Cubagua, de igual modo que a veces nos viene el deseo de hacer una nueva versión de la vida”, escribió en 1959.

Convencido de que “la historia es la conciencia de los pueblos”, escribió para El Universal, en 1942,un artículo de opinión que tituló “Historia contemporánea”, en donde expresó que “se ha decidido que no haya historia de los últimos tiempos. La historia contemporánea viene a ser zona prohibida. […] sabemos poco acerca de la historia de nuestro país en los últimos cuarenta o cincuenta años por lo menos.Lo sabemos de un modo vago”.

Bajo la premisa de recuperar nuestra memoria están escritas El hombre de la levita gris —que explora un momento crucial en el periplo vital de Cipriano Castro—, Orinoco (Capítulo de una historia de este río) y Tres momentos en la controversia de límites de Guayana, entre otros escritos. Hoy, Orinoco y Tres momentos… se publican juntos en edición preparada por Alejandro Bruzual.  

Núñez consideraba que la “ignorancia retarda nuestro progreso e impide una noción clara de hombres y hechos de nuestra historia. Nuestra misma vida particular se resiente de tal ignorancia. […] Escribir de historia contemporánea es penoso, no hay duda, pero necesario. No pueden quedar esas lagunas en la historia de nuestro país”.

Orinoco (Capítulo de una historia de este río) es un texto que se lee como si fuera un cuento y así fue considerado, al punto que fue impreso en 1991 conjuntamente con la novela Cubagua en la Biblioteca Popular Venezolana, bajo la coedición del Ministerio de Educación y la Academia Nacional de la Historia.

Hay que adentrarse en la historia para comprender nuestro presente. Es por ello que Núñez no escatima en sumergirse en documentos y diarios de piratas y personajes que representan los intereses imperiales para demostrar los derechos de Venezuela.

Orinoco está escrito como si fuera una novela de aventuras —que aunque hay piratas, pues no es de aventura— y Tres momentos en la controversia de límites de Guayana, una historia de intrigas —que efectivamente lo es, pero en donde el ejercicio del poder imperial de la época jugó perversamente con un laudo arbitral en Paris, el 3 de octubre de 1899, hace exactamente 125 años—.

El interés por Venezuela era evidente. No es casual que un año antes se haya publicado El soberbio Orinoco, del escritor francés Julio Verne, justo en el país en donde la Doctrina Monroe hizo que se firmara el fraudulento laudo arbitral que adjudicó nuestra Guayana a la corona Británica.

Recientes son las obras en donde nuestros ríos y mares son parte del imaginario con filibusteros, entre ellos, Pirata, de Luis Britto García, e Historia del señor Cody, de Benito Yrady.

Así como es referencia en el periodismo Enrique Bernardo Núñez, también es vital y literaria para quienes quieran pisar los terrenos de la historia y la ficción venezolana.