Vestigios coloniales sin héroes

El “fin de la historia” fue el grito de victoria del neoliberalismo. Era la época en que intelectuales y poetas preferían refugiarse en la “palabra”, el “lenguaje”, como si esa fuera la Patria. También renegaron de los héroes, pero resultó que la historia continuó su curso.

Aún hay vestigios de esa visión en que es mejor no tener historia de independencia y héroes, de ver el pasado como la “tragedia” del presente y pretender responderlas con personajes del imperio. 

Pongamos por caso El Pacificador, de Francisco Suniaga, que narra las vicisitudes del general realista Pablo Morillo en tierras venezolanas. Aunque la novela histórica comienza en Cádiz, con una supuesta conversación con el generalísimo Francisco de Miranda preso en La Carraca, el autor da a entender que Venezuela era la gran “preocupación” del enviado del rey Fernando VII desde antes de partir hacia Tierra Firme con más de 10 mil hombres en 42 barcos y 18 buques de guerra.

Suniaga se propone hacer una radiografía de un tiempo violento en donde hombres y mujeres son sospechosos para el general realista. Cada quien, desde su postura política, religiosa, filosófica —quién la tuviera— y militar, se expresa sobre el contrario como ser aborrecible. Pero, si el contrincante es un republicano o, por tomar un solo ejemplo, Simón Bolívar, aumentan las maledicencias contra el héroe independentista, considerado como un joven mantuano desleal al rey de España y sanguinario.

A través de los personajes se mantiene la tesis de que la guerra de independencia fue cruenta y despiadada por culpa del Decreto de Guerra a Muerte. Es decir, ayer y hoy, Bolívar es el causante de todos los males de Venezuela.

Esta concepción conservadora y al mismo tiempo liberal —porque en definitiva, liberales y conservadores abonan la misma causa política— ha calado en ciertos personajes de la “izquierda” e incluso en quienes consideran intelectuales. Tomaremos como ejemplo a José Ignacio Cabrujas que escribió a su antojo a favor y en contra de Bolívar, como héroe o bufón, todo con tal de desmontar el argumento del contrario.

En las novelas históricas se da por sentado que hay ficción y datos rigurosos de la historia, de los personajes. En El Pacificador se desconoce qué hay de lo uno y lo otro, hasta el punto de descreer que quien venció a Napoleón Bonaparte, hombre de batallas entre la espada, la sangre y la muerte, se perturbe emocionalmente porque cometió en nuestras tierras pecado carnal fuera del matrimonio en dos oportunidades y que sólo se sintió librado de culpa cuando logró confesarse en Caracas.

El texto está plagado de citas extensas entre comillas, que parecieran cartas o memorias que juegan un extraordinario papel literario como diálogos. También es notorio que al término de cada capítulo van unos textos en cursivas que al principio se desconoce quién es el personaje que habla, pero a medida que avanzan los capítulos, se percibe que quien escribe es un Miranda amargado y, a veces, reiterativo.

De acuerdo con los personajes y el autor —en la medida que maneja los hilos invisibles—, la peor decisión fue haberse embarcado tanto para liberar a Venezuela de la colonia española (Miranda), como ir en defensa del rey Fernando VII (Morillo). Es condescendiente con los realistas Domingo de Monteverde y José Tomás Boves, porque al final de cuentas no eran militares sino unos personajes a quienes arrastró la vorágine de la guerra independentista incitada por Bolívar.

Antes de llegar al colofón, es necesario precisar que El Pacificador apareció en España bajo el sello Editorial Alfa (diciembre, 2024) y en Venezuela se puede conseguir una pésima edición del departamento de publicaciones de la Universidad Católica Andrés Bello (abediciones, 2024), en donde quedan mal parados, además de los editores, quienes estuvieron a cargo de la diagramación, corrección e impresión.

El Pacificador es la novela de los derrotados y de los que sostienen la conseja conservadora de que todo tiempo pasado fue mejor, incluso si ese pasado es de hace más de doscientos años.

Solo Bernarda pacifica al general

Francisco Suniaga sabe echar un cuento; maneja un lenguaje profuso sin excesos; lo usa con una fluidez que lleva al lector con placidez de una página a otra; y mantiene una tensión narrativa que hace difícil despegarse de la historia.

Suniaga, más que hechos, suele contar ideas. Digo contar y no exponer porque una parte medular de su trabajo consiste en disponer un escenario para que los personajes desplieguen su interpretación de los acontecimientos, sus creencias políticas e, incluso, su filosofía de la vida; todo sin que se pierda la dinámica propia de una anécdota concreta.

 Suniaga se decanta por esta forma de narrar a partir de su segunda novela El pasajero de Truman, en la que expone su visión de Venezuela al momento de la malograda candidatura presidencial de Diógenes Escalante. Antes había escrito unas magistrales crónicas sobre la isla de Margarita y una novela negra, que para nada anunciaban su posterior evolución.

Tanto El pasajero de Truman, como El Pacificador, su última novela, encajan a la perfección en la categoría de novelas históricas, pero más allá de eso, son también novelas de tesis, un poco al estilo de Rómulo Gallegos; obras en la que se puede percibir la interpretación de la historia del propio autor y su proyección al presente.

 El Pacificador reposa sobre una galería de conceptos políticos. No en balde, toda la novela es una reflexión acerca de la conquista, la colonia y, en particular, el período independentista.

Tal la razón por la cual en una novela que comprende un período lleno de eventos bélicos, con las consiguientes movilizaciones de tropas, batallas, negociaciones y conciliábulos, la parte gruesa del relato se nutre de discursos analíticos, reflexivos, o memoriosos. Ello da pie, claro está, a la emisión de juicios sobre todos los aspectos y personajes de la etapa independentista, de donde sale, sin mucha ambigüedad, una posición del autor acerca de aquellos acontecimientos.

En esta novela, el narrador asume el reto de presentar la gesta independentista desde la óptica de un militar español, Pablo Morillo, de quien se nos dice, desde la primera línea, que se trata de un personaje honesto y lleno de buenas intenciones. Opinión, por cierto, con la que ya hace mucho difiría Rafael María Baralt, quien calificó a Morillo de ser “duro y cruel por sistema más que por inclinación (…) Lo que le hacía mayormente temible era su profunda ignorancia en todas las materias…”.

En esta visión de la guerra desde la perspectiva de un español, quizás demasiado inclinada a atenuar la violencia ejercida por la metrópolis, resalta la abundancia de juicios negativos y maledicentes acerca de Simón Bolívar; algo que se mantiene a todo lo largo de la novela, salvo en los dos capítulos finales. Por momentos, resulta difícil determinar si tal visión negativa responde al mero trabajo de construcción del personaje, o si por allí se filtra la particular visión del escritor, siempre interesado en sugerir la identidad entre lo que él concibe como caudillos del pasado y del presente.

En esta misma dirección, Suniaga incluye la figura de Francisco de Miranda como una especie de corifeo que comenta, interpreta y profetiza, en el último párrafo de cada capítulo, los eventos de la guerra de independencia, con una visión bastante negativa y distanciada de la de los rebeldes independentistas.

 Atrapado por la historia, parecería que, por momentos, Suniaga hubiese sido incapaz de deslindar lo pertinente de los subsidiario al armar su anécdota. No son pocos los capítulos que abundan en digresiones acerca de acontecimientos secundarios, que alargan sin necesidad la obra. Aunque no abundan, vale la pena resaltar los pocos episodios en los que Suniaga se permite abandonar la rigurosidad del discurso histórico para narrar, con una poética de sugestión, los encuentros eróticos entre el general español y su amante Bernarda, una bella mulata que sirve de bálsamo a los peores momentos, físicos o morales, de Pablo Morillo. Esas pocas líneas son también un respiro para el lector, que puede alejarse momentáneamente del rigor analítico para mirarse en el brillo untuoso de la piel de Bernarda.

El pensamiento crítico es el arma de lucha contra la dictadura del algoritmo

El escritor y periodista cubano José Ernesto Nováez presentó el libro “La dictadura global del algoritmo: Una batalla por la humanidad”. En su disertación abordó la amenaza real que constituye el sector de las “big tech” en el mundo contemporáneo y cómo únicamente a través del pensamiento crítico la sociedad puede liberarse de esa hegemonía comunicacional y tecnológica.

El texto es obra del periodista, escritor y diputado venezolano Gustavo Villapol. “Es un arma de lucha en contra de la dominación simbólica que, a la vez, sustenta y produce la dominación económica y política real del capitalismo contemporáneo”, resaltó Nováez desde la 33° Feria Internacional del Libro de La Habana.

“Es un libro que nos ayuda a entender las redes sociales y el funcionamiento del algoritmo como una lógica aglutinadora de muchos de estos espacios virtuales en los cuales existimos y a los que gustosamente cedemos todos los días información de qué comemos, qué nos gusta, a dónde vamos, con quién salimos, todo. Saben más de nosotros que nuestros padres, nuestras parejas o nuestros hijos”, explicó.

Nováez considera que la única forma de combatir esa manipulación mediática y esa construcción de sentido hegemónico es con la educación del pensamiento crítico. “Y el primer momento de surgimiento del pensamiento crítico reside en la sospecha de que la verdad que consumimos por los medios hegemónicos de comunicación pudiera no ser toda la verdad o, incluso, no ser verdad”.

Asimismo, instó a estudiar las armas teóricas e intelectuales que generaciones de hombres y mujeres han forjado. “El libro sistematiza mucho conocimiento e incluye la perspectiva crítica de diversos pensadores contemporáneos que se han acercado a ese tema. (…) En ese sentido, la lectura y el estudio del pensamiento comprometido es fundamental”, aseveró.

Por último, recordó que hoy los grandes motores económicos del capitalismo contemporáneo son las empresas de la comunicación y las telecomunicaciones, cada vez más interconectadas con la estructura del poder en los Estados Unidos como país hegemónico.

La plusvalía de los datos

Por su parte, el autor del libro, Gustavo Villapol, explicó que la función más importante que tienen los algoritmos es procesar millones de datos que nosotros mismos les damos al utilizar las aplicaciones digitales que concentran hoy la atención del ser humano. A este proceso lo denominó “plusvalía de los datos”, por ser una “mercantilización ingente de nuestras vidas, a través de nuestros datos”, que hace a sus creadores cada vez más multimillonarios.

“Hay una dictadura y es global, personalizada en los algoritmos”, enfatizó. Entonces, definió su libro como un llamado de alerta sobre un conjunto de temas vinculados al mundo digital que cada quien debe analizar con luz propia y así saber escoger qué uso darle a las aplicaciones, qué contenidos consumir y cómo interpretarlos: si como un espejo de la realidad o como un espejismo que debe corregirse.

Abiertas convocatorias para Bienales Nacionales de Literatura 2025

El Ministerio del Poder Popular para la Cultura (MPPC) y el Centro Nacional del Libro (Cenal) convocan a escritoras y escritores venezolanos y extranjeros residenciados en el país a participar este 2025 en siete Bienales Nacionales de Literatura.

Estos certámenes premiarán obras inéditas en las categorías Novela corta, Narrativa infantil, Ensayo, Crónica, Poesía y Décima infantil.

Se trata de la VII Bienal Nacional de Literatura Rafael Zárraga, mención Novela corta, abierta hasta el 24 de junio; la II Bienal Nacional de Literatura Infantil y Juvenil Carmen Delia Bencomo, mención Narrativa infantil, hasta el 15 de julio; la IX Bienal Nacional de Literatura Félix Armando Núñez, mención Ensayo, hasta el 31 de julio; la VII Bienal Nacional de Literatura Antonio Crespo Meléndez, mención Crónica, y la XI Bienal Nacional de Literatura Ramón Palomares, mención Poesía, hasta el 15 de agosto; la VII Bienal Nacional de Literatura Gustavo Pereira, mención Poesía, hasta el 15 de septiembre, y la VIII Bienal Cruz Salmerón Acosta, mención Décima infantil, hasta el 30 de septiembre.

Estas Bienales Nacionales de Literatura se realizan como parte de las políticas culturales del Gobierno Bolivariano orientadas a promover la producción literaria e incentivar el desarrollo de nuevos autores.

Los ganadores serán publicados por Monte Ávila, editorial adscrita al MPPC, y recibirán por el Cenal ciento cincuenta mil bolívares (Bs 150.000,00).

Las bases completas de cada bienal, con los requisitos de participación y otras especificaciones, están disponibles en el sitio del Cenal www.cenal.gob.ve en los siguientes enlaces:

VII Bienal Nacional de Literatura Rafael Zárraga

II Bienal Nacional de Literatura Infantil y Juvenil Carmen Delia Bencomo

IX Bienal Nacional de Literatura Félix Armando Núñez

VII Bienal Nacional de Literatura Antonio Crespo Meléndez

XI Bienal Nacional de Literatura Ramón Palomares

VII Bienal Nacional de Literatura Gustavo Pereira

VIII Bienal Cruz Salmerón Acosta

Una mirada al cine en clave ecofeminista sale en defensa de la mujer palestina

El libro “Cine en clave ecofeminista. Apuesta por despatriarcalizar y descolonizar la mirada” es un mensaje contra el neocolonialismo y el horror que viven las mujeres palestinas en Gaza y en el mundo. Su autora, la periodista y escritora Aminta Beleño Gómez, fue víctima de la violencia y del fascismo en Colombia hasta “Venezuela me adoptó”.

“La cultura del patriarcado data desde mucho antes. Para nosotros, las mujeres, era muy difícil que nos publicaran, eso ha cambiado. En Venezuela, por ejemplo, Chávez ha sido una experiencia política y humana para las mujeres demasiado inmensa”, aseveró desde la Feria Internacional del Libro de La Habana.

El texto analiza películas de hasta 40 países. Sin embargo, “tiene una dedicatoria especial a Palestina y el ecogenocidio que sufren allá, donde está muriendo toda vida posible. Entre la filmografía destacó un documental sobre las mujeres palestinas exiliadas que muestra cómo se les estereotipa y se les dibuja como si solo sirvieran para tener hijos, cuando en realidad son puntales en la resistencia contra la ocupación y en la transformación de un pueblo luchador”, comentó.

Para la escritora, “el cine ecofeminista es una insurgencia que ha tomado todos los espacios y plataformas del cine, pero todavía no se concientiza eso. Refiero películas que abordan el tema, incluso, sin que los directores lo asuman así”.

Por último, invitó a los hombres a leer su obra, porque aclaró que “el feminismo no es una lucha contra los hombres, sino contra el patriarcado que los oprime a ellos también. Desde niños los enseñan a adversar su propia naturaleza, les dicen que no pueden llorar y los rompen porque el llanto es una necesidad”, entre tantas otras realidades que sufren.

Un libro personal y afectivo

En la actividad, la documentalista y asesora musical de cine, televisión y teatro cubana, Lizette Vila Espina, destacó que el libro “le hace muy bien a Cuba, porque las ecofeministas cubanas no hemos logrado tener ese espacio para decir todo esto que está pasando en el mundo”. (…) Tantas mujeres hacen tanto por la tierra, por la vida, por el agua y no saben que son ecofeministas

Igualmente, acotó que el libro tiene un sentido muy personal, muy afectivo para ella. “Me une también a este libro Chávez, porque Chávez al pronunciar y decretar que Venezuela es una nación feminista me llegó al alma”.

Por último, el historiador venezolano Amilcar Figueroa, fundador de la Editorial Trinchera responsable del texto, invitó a más mujeres a sumarse a la escritura, asegurándoles que desde su plataforma seguirán editando, publicando y apoyando proyectos que promuevan el ecofeminismo y a autoras femeninas”.

“Hugo Chávez, el candidato del pueblo” revela detalles de su ascenso a la inmortalidad

A semanas de cumplirse 12 años de su siembra, una vez más el espíritu del Comandante Chávez iluminó el pensamiento del pueblo cubano. Durante la presentación del libro “Hugo Chávez, el candidato del pueblo”, en la 33° Feria Internacional del Libro de La Habana, el texto describe detalles de cómo forjó su pensamiento y sus ideas trascendieron hasta la inmortalidad.

Esta obra recopila ocho discursos de Chávez “que reflejan su línea de pensamiento, su mensaje permanente a la juventud. Porque si no logramos la formación integral de la juventud, correremos siempre enormes peligros”, resaltó Adán Chávez, embajador de Venezuela en Cuba y presidente del Instituto de Altos Estudios del Pensamiento del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías.

En sus palabras, recordó la importancia de haber tomado el camino electoral a finales de la década de 1990. “Fueron meses de intensos debates que nos dejaron dos corrientes de ideas: la primera proponía una revolución por la fuerza, por la lucha armada. Y la segunda defendía la necesidad de probar por la vía pacífica y democrática, a través de elecciones. Elegimos tomar la segunda, pero fue el comandante Chávez quien nos convenció de hacerlo”.

En ese sentido, aseguró que esa decisión significó una gran alegría en la mayoría del pueblo y una gran preocupación en la oligarquía. “Por eso comenzaron los ataques contra el comandante y el sentir popular. Pero, mientras más lo atacaban, más crecía su popularidad y el apoyo a su proyecto bolivariano y revolucionario”.

Asimismo, resaltó las ideas, el pensamiento y el legado de Chávez es la base fundamental para “seguir acumulando victorias electorales y lo que nos permitirá seguir construyendo nuestro socialismo bolivariano en paz. Hagan lo que hagan el imperialismo y sus aliados, no podrán echar atrás lo logrado en este mundo pluripolar y multicéntrico que debemos a Chávez y a Fidel”.

El triunfo definitivo

El académico y diplomático cubano Germán Sánchez Otero también participó en la actividad y recordó las múltiples charlas que sostuvo con Chávez cuando estaba a cargo de la embajada de Cuba en Caracas, precisamente en los años 90. “El hecho de que un militar, un golpista se presentara elecciones tuvo un tremendo impacto en la sociedad venezolana”.

Sánchez Otero rememoró cómo en apenas seis meses el apoyo popular a Chávez se incrementó incontrolablemente, a pesar de los ataques en su contra, solo con la fuerza de sus ideas. “El fenómeno Chávez lo llamaron. Y así ganó las elecciones (…) con su humor, su genio político, sus explicaciones, su encanto”.

Una vez obtuvo la victoria, en su primer discurso de Chávez como presidente electo ante su pueblo comenzó clamando “Qué grande es el pueblo de Bolívar”. «Y esto no está en el discurso que aparece en el libro, pero yo lo recuerdo porque estuve allí, el pueblo lo respaldó con una consigna: “El pueblo unido jamás será vencido”. Y allí entonces su conexión definitiva con su gente».

La Habana abrió sus puertas al “rey del bandolín morocho” en la FILHCUBA

Cruz Quinal fue un músico, compositor y artesano del oriente de Venezuela que, a pesar de fallecer a los 53 años (1934-1987), dejó un legado imborrable en la historia musical del país. Con ese renombre, su memoria irrumpió en la 33º Feria Internacional del Libro de La Habana, gracias al más reciente libro del maestro Benito Yradi, titulado “El Libro de Cruz Quinal”.

El Fondo Editorial Fundarte es responsable del texto y por eso su gerente, Rosa Fernández, fue la encargada de presentar el libro ante el público cubano y extranjero asistente. Recordó que Yradi ganó el Premio Nacional de Literatura Stefanía Mosca en 2021, en la categoría de Crónica.

“Estoy aquí con ustedes en nombre de Benito, quien no pudo venir. Se trata de un gran escritor, poeta, investigador, periodista y presidente de la Casa de la Diversidad Cultural de Venezuela. Es una de las personas que más conoce del ámbito patrimonial en nuestro país”, destacó Fernández.

La editora resaltó que “El libro de Cruz Quinal” rinde tributo a un personaje venezolano conocido como el “rey del bandolín morocho”, un instrumento musical de cuerdas único en el mundo, con dos trasteras (de 18 trastes cada una), hecho de cedro y pino. En total, Quinal fabricó con sus manos más de 20 tipos de instrumentos musicales.

“En este libro nos encontramos con la representación del soñador sufriente venezolano, alguien que abrió su sendero propio chapeándole a la vida” y que con su obra dejó un recuerdo que perdurará por siempre en la música, relató Fernández.

Un personaje del pueblo

En tanto, el poeta y cronista Leonardo Ruiz Tirado también participó en la actividad y elogió la obra de Benito Yradi, quien ha dedicado su vida a la investigación del patrimonio material e inmaterial de Venezuela. “En esta y en todas sus obras, su narrativa le da voz a un personaje del pueblo, de manera tal que este sustituye al escritor en su narración, enfatizó.

“El libro de Yradi se puede leer como una novela, como un reportaje, como el testimonio de un artista popular (Quinal) que se sirve de la pluma de un escritor que sabe cómo describir la magia con la que Cruz Quinal construyó un universo cultural y musical profundamente vinculado a su comunidad, a su gente y al oriente venezolano”, detalló Ruiz Tirado.

En julio pasado, durante la Feria Internacional del Libro de Venezuela 2024, Yradi presentó su obra y destacó que Quinal “fue un verdadero luthier (…) un músico completo (…) tenía esa capacidad de esperar que el árbol creciera, como el hombre, al menos 20 años. Así se refería Quinal a la planta de cedro, con la que fabricaba sus instrumentos. Ahora, imaginen ustedes lo que significa en un tiempo de vida tan corto (53 años) construir 10 mil instrumentos de cuerda con sus propias manos”.

El chavismo como espiritualidad y escuela de revolucionarios marca pauta en la FILHCUBA

El libro “La siembra del Comandante Chávez líder popular y hombre de Estado. Estrategia triunfante: Unión pueblo-Fuerza Armada” nos sumerge en las transformaciones de la Revolución Bolivariana, un proceso político, social, cultural y democrático que ha impactado en la región latinoamericana y en el mundo entero.

Así lo expresó el académico y diplomático cubano Germán Sánchez Otero, durante la presentación del texto de Alirio Liscano en la 33° Feria Internacional del Libro de La Habana. En sus palabras, definió la obra como “un texto emotivo escrito desde el alma de la Revolución y del pueblo bolivariano. Liscano se adentra con pasión y nos entrega su mirada sobre los distintos momentos y dimensiones del Chávez nuestro”.

Para entender la relación de Chávez con su pueblo y con las Fuerzas Armadas, resaltó que el texto describe con hechos la “visión antiimperialista de Chávez, tan profundamente humanista e incluyente, que derivó en los conceptos de un mundo pluripolar y multicéntrico” que hoy son una realidad.

“El libro refleja pinceladas de una lírica profunda, como toda la obra de un gran estudioso como Chávez”, enfatizó. “Es emoción, raciocinio, interpretación, no es un simple ensayo. (…) No se forjó en una oficina, ni frente a un computador, sino desde la impronta de la candela, del momento, de los hechos, del combate militar revolucionario, de ideas y de emociones”, describió Sánchez Otero.

Chávez en grado superlativo

Por su parte, el escritor, investigador e historiador Alirio Liscano destacó que su obra “es un libro de la espiritualidad, porque el chavismo es una espiritualidad, así como el castrismo, en el sentido de que es una escuela de revolución, de ética, de moral, de transformación, de cambios, honesta e incorruptible”.

Para Liscano, “solo los revolucionarios hacen revoluciones y para consumarlas se requieren dos cualidades especiales: estar poseídos por una gran convicción revolucionaria y confiar infinitamente en las masas populares: Chávez contaba con ambas en grado superlativo”.

Ante el público presente, afirmó que Chávez era un combatiente irreductible de nuestra cultura profunda, tierra rebelde, espíritu indomable, fibra amorosa, historia y cultura. “Chávez está aquí, no se ha ido nunca, es un guerrero de nuestra historia tenaz, metido hasta las tuétanos en ella, como estudioso y analista, pero más prominentemente como líder popular, jefe militar y estratega revolucionario, aparte de maestro”.

Venezuela participa en al menos 30 actividades de la 33º Feria Internacional del Libro de La Habana. Este espacio constituye una oportunidad única para que editores, escritores, poetas y gestores literarios del mundo compartan sus experiencias y las realidades de sus países.–

El derecho al olvido digital como medida de protección del honor en redes sociales

El libro “La protección del honor y la reputación en las redes sociales frente a la garantía de libertad de expresión”, de Carmen Eneida Gómez Navas, presenta una propuesta para combatir los crímenes de odio en Internet: el derecho al olvido digital. Su autora es integrante de la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela y en varias ocasiones ha sufrido daños a su honor en las redes sociales.

“Al leer el libro, muchos se identificarán porque quizá se han sentido ofendidos o dañados en su honor o su reputación y no han conseguido en ninguna parte una asistencia rápida, eficaz y eficiente que los han sentirse protegidos”, expresó Gómez Navas durante la presentación del libro en la 33° Feria Internacional del Libro de La Habana (FILHCUBA 2025).

La jurista recordó que en la mayoría de los casos las personas que ofenden se ocultan detrás de las redes sociales de forma anónima o viven en otros países donde las leyes venezolanas no pueden alcanzarlas. “No se puede permitir que una persona diga lo que le dé la gana por una red y otras ocho mil personas comenten y descarguen su odio”.

Como ejemplo, citó que “si una niña de 14 años sube una foto y alguien le hace un comentario ofensivo, entonces ella debe cargar con eso incluso cuando llegue a 30 años y tenga su vida hecha. Es una cadena perpetua, porque el comentario seguirá saliendo en Internet y cualquiera puede condenarla”.

Entonces, al momento de escribir el texto concluyó que una solución para proteger la dignidad de una persona en las redes sociales es el derecho al olvido digital. “Que uno escriba el nombre de una persona en una red y no salga en los buscadores, que desaparezca de la nube” detalló.

En ese sentido, el libro diferencia el honor y la reputación con el concepto de libertad de expresión como derecho universal. Tras revisar diferentes decisiones judiciales en Venezuela y otros países como España y Colombia, Gómez concluyó que existe un elemento esencial para limitar la libertad de expresión: el respeto a la dignidad humana.

“He sido víctima de esta situación en Venezuela, mi familia se ha visto afectada. Esto trasciende la reputación negativa en línea, va más allá, ataca tu vida personal, familiar y profesional. (…) No se puede permitir que esa libertad de expresión la utilicen personas que se esconden detrás de las redes para dañar la reputación de otros, enfatizó.

Ante esta situación, comentó que el texto la motivó a llevar la propuesta del “derecho al olvido digital desde el TSJ a la Asamblea Nacional, porque permitiría actualizar el acervo jurídico de la Nación” en una época dominada por el mundo digital.

Por último, hizo “un llamado a crear un compendio jurídico, unificado entre países aliados, para atacar este gran flagelo que daña a tantas personas en el mundo entero”.–

“Terrorismo (Seguridad de la Nación)” ofrece una fórmula matemática para condenar este flagelo

El pueblo cubano recibió a Elsa Janeth Gómez Moreno, titular de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela y autora del libro “Terrorismo (Seguridad de la Nación). Definición del Terrorismo e Intensidad del Acto Terrorista”. Este valioso texto posee entre sus particularidades que ofrece una fórmula matemática para condenar una acción de este tipo.

“Este libro es un hijo, porque cuando escribimos uno expresa todo lo que llevamos dentro de nosotros”, comenzó diciendo en su intervención Gómez Moreno. Explicó que para su redacción tuvo que revisar hechos ocurridos en Venezuela con características de terrorismo, en función de definir un término que no existía hace 20 años en el país.

En ese proceso, definió siete ámbitos estratégicos dentro de los cuales deben limitarse las acciones a evaluar: político, social, económico, militar, cultural, ambiental y geográfico. Asimismo, la acción debe afectar alguno de estos diez intereses nacionales: vida, salud, libertad, justicia, igualdad, soberanía, independencia, responsabilidad social, derechos humanos, integración territorial y pluralidad política.

Una vez definido todo, la autora se planteó una serie de preguntas, cuyas respuestas transformó en una fórmula matemática para que los jueces y personas del mundo judicial puedan analizar con mayor claridad y eficiencia los hechos delictivos y aplicar una sanción justa. “La idea es acercarnos a la verdad, a la justicia, con responsabilidad en el trabajo que realizamos, porque ese es el objetivo último de quienes administramos la justicia”.

Además, refirió que el texto puede ser de utilidad para el Ejecutivo Nacional al momento de decidir si establecer o no un estado de excepción, cuando se presenta una situación de conmoción o de terror dentro de la sociedad.

En su intervención, mencionó algunos hechos que investigó para llegar a esa fórmula: la explosión del avión cubano por Luis Posada Carriles, el golpe de Estado de 2002, el sabotaje de la industria petrolera, el asesinato del fiscal del Ministerio Público Danilo Anderson, la explosión de oleoductos y atentados contra embajadas, entre otros cuyo objetivo fue atentar contra el estado democrático.

Venezuela participa en al menos 30 actividades de la 33º Feria Internacional del Libro de La Habana. Este espacio constituye una oportunidad única para que editores, escritores, poetas y gestores literarios del mundo compartan sus experiencias y las realidades de sus países.–